Las múltiples carencias de la U
Los azules tuvieron el triunfo en la mano contra Curicó, pero los problemas volvieron a condenarlos. Tres aspectos deficitarios resultaron clave en el empate.
Universidad de Chile no logra conseguir algo de tranquilidad en el Campeonato Nacional. El cuadro azul pudo finalmente ponerse en ventaja ante Curicó, con un gol de penal de Ronnie Fernández a los 86 minutos, pero la visita igualó solo segundos más tarde en el Santa Laura. Después de tres derrotas seguidas, incluida la goleada en el Superclásico ante Colo Colo (4-1), un triunfo era vital para los dirigidos por Santiago Escobar. Sin embargo, fueron incapaces de conservar la ventaja.
La presentación de la U dejó varias conclusiones futbolísticas. En la antesala del partido, la novedad fue el inédito sistema de juego que iban a emplear los azules (1-4-3-1-2) y Escobar lo conservó en la cancha hasta el ingreso de Pablo Aránguiz (72′), momento en que el DT retornó a una de las estructuras posicionales utilizadas con anterioridad (1-4-1-2-3). Lo concreto es que el elenco universitario sigue evidenciando carencias que persisten como temas relevantes y pendientes en la tarea del estratega colombiano.
Sin acompañamiento
“Buscábamos tener mejor posesión y al frente tuvimos un rival que nos incomodó”, sostuvo Escobar en su análisis del partido. Claramente el objetivo no se cumplió, porque los curicanos manejaron mayor tiempo el balón. Consiguieron un 55,7% de tenencia de la pelota, pero no fue solo un asunto estadístico.
La circulación del balón sigue sin exhibir lo prometido por el DT. Escobar pretende desarrollar un juego asociado, con intervenciones de los tres sectores del equipo (defensa, mediocampo y ataque), y mediante sucesiones de combinaciones llegar al arco rival. Sin embargo, ante Curicó la frontalidad y los envíos largos (principalmente de Hernán Galindez) fueron otra vez el rasgo distintivo. En sí, la fórmula ofensiva no reviste negatividad, pero las dificultades surgen cuando la implementación no es la adecuada.
Los locales fracasaron en la disputa de los segundos balones o rebotes. Por lo tanto, la mayoría de las acciones de Ataque Directo concluyó en los pies de los hombres de Curicó para seguir dominando en la posesión. Faltó proximidad de Jeisson Vargas, Israel Poblete y Felipe Gallegos, en cada disputa aérea de Fernández y Cristian Palacios, para acceder al balón y, ya en terreno contrario, gestionar las maniobras de ataque.
Falta de juego lateral
Otro aspecto táctico relevante tuvo que ver con el rol de los laterales. El sistema 1-4-3-1-2 les asigna un papel clave como agentes de Amplitud (”abrir” la cancha) y Penetración. En el Santa Laura, ambas conductas de juego solo recayeron en Yonathan Andía, puesto que José Ignacio Castro se limitó a controlar defensivamente la zona lateral izquierda de la defensa.
El caso de Andía también es llamativo. Desde hace un tiempo no pasa por un buen momento y esto repercute en la fisonomía del equipo. No ha recuperado la profundidad ofensiva ni la precisión en los centros que lo hizo brillar en La Calera, llegando a la Roja. Con Castro contenido en la defensa y el ex calerano sin consistencia de juego, la U careció de ataque por los costados ante Curicó y la dupla de centrodelanteros no recibió habilitaciones laterales.
Cabe consignar, eso sí, un detalle relevante de la recta final del partido en relación al cometido de Castro. La disposición defensiva del zurdo tuvo un quiebre en la recta final, aunque esto no significó una presencia del lateral en la zona de ataque. Desde mitad de cancha, realizó un par de habilitaciones con intención y peligro hacia la dupla de ataque, pero cada acción dejó en evidencia la falta de regularidad de la maniobra en pos de más trascendencia ofensiva. Probablemente, que haya sido su debut de titular incidió en esto.
Balones sin ventaja
La presencia de Fernández y Palacios, como únicos atacantes, tuvo por objetivo aprovechar la capacidad goleadora de ambos arietes. El propósito no se logró, puesto que prácticamente no recibieron balones con ventaja en situaciones de juego para anotar. Lo de ambos fue una lucha contante contra los centrales curicanos, luego de habilitaciones mayormente de espalda al arco rival y a media o gran altura.
Los azules trasuntaron la intención de buscar a ambos delanteros en forma inicial con envíos largos y frontales, lo que efectivamente obtuvieron. Pero la fase dos del procedimiento ofensivo no se materializó: el mediocampo no redujo espacios para capturar los balones divididos y empezar a jugar en campo contrario, generando habilitaciones a ambos centrodelanteros.
Solo Palacios contó con dos ocasiones con cierta libertad para convertir. La primera ocurrió luego de un despeje defectuoso de un zaguero curicano y el uruguayo cabeceé desviado frente al arco y casi en el área de meta. La otra aconteció después de un balonazo largo desde el fondo y al charrúa le faltó decisión para concluir individualmente la jugada y no intentar la asistencia a Fernández.