Entrevista AS | Parte II

“Cuando dejé de jugar, me tomé un tiempo para ver qué iba a hacer; me gusta mi trabajo”

Fernando Saavedra ganó un histórico título con Everton y es muy recordado por los hinchas. “Lo mejor es que ahora disfruto mi familia”, dijo en diálogo con As.

“Cuando dejé de jugar, me tomé un tiempo para ver qué iba a hacer; me gusta mi trabajo”
Pablo Ortega
Periodista, Entrenador de Fútbol y ex futbolista profesional. Titulado en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y egresado del Instituto Nacional del Fútbol (INAF) de Santiago. Es columnista y redactor de Fútbol Nacional e Internacional y de temáticas de índole táctica en AS Chile.
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Fernando Saavedra es uno de los ídolos contemporáneos de Everton. El ex volante oro y cielo obtuvo el título de 2008 con el cuadro de Viña del Mar y se ganó el cariño de los hinchas. En diciembre, finalmente tendrá su despedida del fútbol en el estadio Sausalito. De esto, Saavedra conversó con AS y, en la oportunidad, también reveló en qué se encuentra actualmente.

“Estoy trabajando en las escuelas (de fútbol) municipales de Viña del Mar. Les hago clases a los niños. Cuando dejé de jugar, me tomé un tiempo para ver qué iba a hacer. Después entré ahí para ver si me gustaba o no”, manifestó Saavedra, quien dejó el fútbol en 2022 y también actuó en La Serena, La Calera y Quilmes de Argentina, entre otros clubes.

- ¿Y cómo le fue?

- Súper bien. Contento también con el recibimiento y también con el cariño de la gente, de los niños, de los apoderados. Las escuelas son talleres, uno recibe pequeños de todos lados de Viña. Y hace poco abrí mi propia escuela de fútbol acá. Era un proyecto que tenía guardado para ver si me gustaba o no.

- ¿Se convenció parece?

- La verdad… me gusta trabajar con niños. Puedo transmitir todo lo que jugué y aprendí. Me voy por el lado formativo. Mucha gente me dice que tengo pasta para ser entrenador, pero me gusta el área formativa. A lo mejor, más adelante cambio de opinión, pero por ahora no.

- Tras el retiro y cuando evaluaba qué iba a hacer, ¿no pensó en intentan con un emprendimiento, por ejemplo?

- Sí, con un amigo, Matías Febre, nos dedicamos por un tiempo a un carrito de comida, que se llamaba ‘La parada del 23′. Como estábamos en escuelas de fútbol, llevábamos el carrito para allá por el fin de semana. Después, nos empezó a faltar el tiempo y también mi señora nos apañaba. Después, lo dejamos ahí y se dio lo de entrar a trabajar a las escuelas de fútbol de Viña del Mar.

- ¿Qué ha sido para usted lo mejor fuera del fútbol?

- Sin duda disfrutar a la familia. Uno cuando juega, se pierde muchas cosas. No sé… los cumpleaños de los niños, por los fines de semana y todo eso. Ahora, mi hijo me dice ‘papá, tenemos un cumpleaños el fin de semana’ y uno le puede decir ‘ya, vamos nomás’.

“Cuando dejé de jugar, me tomé un tiempo para ver qué iba a hacer; me gusta mi trabajo”

- Al final, se quedó a vivir en Viña del Mar…

- Sí, claro. Yo de chico viajé mucho para acá. En ese tiempo, uno tenía 11, 12 años y podía viajar solo en el bus. Era otra época y era más tranquilo. Ya estamos radicados acá, los niños están estudiando y ya tienen su grupo de amigos. Y yo también. Estamos haciendo vida familiar y yendo al estadio ahora como hincha de Everton con mi hijo. Mis tres hijos son hinchas.

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- ¿Su familia quedó en Pullalli?

- Sí, mi mamá y mi papá. Está mi hermana que vive en Villa Alemana. De repente, nos ponemos de acuerdo y viajamos. Ahora, en invierno no vamos tanto, porque es bien helado por allá. Siempre cuando puedo, voy. Aparte, allá es campo, aire libre, los niños salen a andar en bicicleta y se ponen a jugar a la pelota.

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