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Entrevista AS | Parte I

Llegó de Mendoza, fue peoneta y hoy es un referente de la B: “Me siento un chileno más”

Posee más de una década de carrera y se instaló en Santiago a los 14 años hasta poder sumarse a Unión Española: “El momento más emocionante fue cuando mi viejo me vio debutar”.

Llegó de Mendoza, fue peoneta  y hoy es un referente de la B: “Me siento un chileno más”

Nahuel Donadell es una de las grandes figuras de San Marcos de Arica. El argentino-chileno, quien llegó en la adolescencia desde Mendoza al país intentando convertirse en futbolista profesional, es el máximo referente del cuadro que retornó este año a la Primera B y registra también más de una década de carrera en el Ascenso y en Segunda División.

“Vine al país a través de un representante, más de la mitad de mi vida la he vivido acá. Mi señora es chilena, me siento un chileno más, porque también tengo la nacionalidad. Chile me ha permitido desarrollarme en mi carrera. Estoy muy agradecido de este país”, afirma Donadell en diálogo con AS, para abordar el largo y difícil proceso para llegar al sitio que hoy ocupa. Antes pasó por Puerto Montt, Valdivia, San Antonio y General Velásquez.

- ¿Cómo fue esa etapa?

- Estuve a prueba en Colo Colo y Audax (Italiano). Después, por un tema de la FIFA estuve con algunos problemas de documentos y recién empecé a jugar en Unión (Española) a los 18 años, en la juvenil. O sea, llegué a Chile a los 14 años y hasta los 18 estuve rondando, probándome en varios equipos, viendo la manera de sacar los documentos. Fue una etapa muy difícil en mi vida personal, fueron cuatro años de luchar para llegar a jugar en alguna cadete de algún club.

- ¿Cómo lo hizo? ¿Contaba con alguna red de apoyo?

- No, la verdad es que una persona en Santiago que se llama Guillermo Muñoz, amigo de mi representante, fue el que me recibió en su casa y me trató como su hijo. Él fue el que me adoptó prácticamente y me ayudó a que yo lograr mi sueño. No tenía nada en Chile, sin el apoyo de él obviamente no podía haber estado esa cantidad de tiempo, buscando la posibilidad de ser jugador profesional. Estoy muy agradecido de él y de su familia, que recibieron en su casa. El día de hoy esa casa es una pensión donde residen chicos de Audax y de Unión Española.

- ¿Tuvo ganas en ese momento de regresar a su casa en Mendoza?

- Sí, sí… con mi viejo hablaba todos los domingos y una opción era volver y desarrollarme en el fútbol argentino. Pero internamente sentía que era un fracaso, me había gustado acá, la calidad de vida del país y yo sentía que acá estaba mi norte. Luché y traté hasta el último de logar esa posibilidad de jugar en algún equipo cadete de acá de Chile.

Donadell en acción por San Marcos ante Cobreloa en la fecha 1 del Ascenso.
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Donadell en acción por San Marcos ante Cobreloa en la fecha 1 del Ascenso. PEDRO TAPIA/PHOTOSPORT

- ¿Fue entonces una gran satisfacción su debut más tarde en el primer equipo de Unión Española?

- Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida, cuando mi viejo me vio debutar por Unión contra Colo Colo en la noche hispana. Se sentó en la tribuna y me vio cumplir mi sueño de debutar en el profesionalismo. Ha sido uno de los momentos más importantes de mi vida.

- ¿Qué cosas hacía en esos cuatros años que estuvo deambulando entre un club y otro? ¿Estuvo estudiando también?

- Sí, estaba en el colegio, también trabajé con amigos de mi tío. Hice de todo un poco, de repente no tenía equipo donde entrenar, también me desordené un poco. Tuvo amistades que tenía que tener. Creo que fue bastante tormentoso ese tiempo, pero también pude conocer a mi señora en el colegio. Un montón de cosas que sirven para la madurez personal, no fue fácil.

- ¿Qué fue clave en ese momento para insistir en su objetivo?

- Creo que la resiliencia de querer cumplir un sueño. Mi familia también esperaba eso y, para mí, volver a Mendoza era un fracaso. Iba a ser como les había fallado a ellos. Cuando uno es más chico, siente que detrás de uno está la familia esperando verte triunfar. Eso me llevaba a seguir insistiendo. También estaba mi tío apoyando desde los 14 años acá, tenía que responderle a él por ese apoyo que daba. Fue otra persona que nunca dejó de creer en mí y la par mía buscar esa chance de ser futbolista profesional.

- ¿En qué ‘pituteó’ en esa época?

- Trabajé como peoneta en un camión. Partíamos a la papelera y repartíamos confort, tolla nova, en diferentes locales comerciales. Mi tía tenía un camión y una persona lo manejaba. Yo lo acompañaba y andábamos por diferentes comunas de Santiago repartiendo.

- ¿Qué mirada tiene de la carrera que ha podido desarrollar en Chile?

- Obviamente uno siente que pudo haber tenido una mejor carrera. Siento que maduré tarde, que perdí tiempo, por estar desenfocado. También el fútbol te va ayudando a conocer gente que te va enseñando y también las caídas de uno mismo, de repente, son las que te dejan. Te pueden aconsejar o te pueden guiar, pero creo que es uno el que tiene que darse cuenta el norte que tiene que tomar. Si hubiera madurado más joven, podría haber hecho una mejor carrera, pero tampoco siento que es una mala carrera. Lo que pasa es uno siempre tiene la sensación de que podría haber sido mejor.