Fútbol chileno

Fue figura en el fútbol chileno y confesó grave adicción: “Sentí que no tenía salida”

El ex delantero de Everton, Maximiliano Cerato, reveló cómo superó la ludopatía. “Me sorprendí que podía volver a tener una vida mucho mejor que la que llevaba”.

Fue figura en el fútbol chileno y confesó grave adicción: “Sentí que no tenía salida”
Luis Reyes
Es uno de los fundadores de la edición chilena de Diario AS. Hoy es uno de los editores. Periodista de la Universidad Bernardo O'Higgins, convirtió un hobby de niño en su oficio: las estadísticas de fútbol. El 'Rey del Dato' es uno de los estadígrafos deportivos más reconocidos de América.
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Maximiliano Cerato (37) es recordado por su grandes campañas en Everton. Sin embargo, precisamente en Viña del Mar, comenzó el mayor calvario del delantero. En 2010, en el casino de esa ciudad, jugó Blackjack y ganó. Con los años esa afición se convirtió en ludopatía.

“Lo peor que me pudo haber pasado fue ganar. Porque ahí sentí que podía controlar el juego, que estaba por encima de la lógica y que podía ganarle siempre a la mesa. Ese pensamiento me acompañó mucho tiempo y terminó siendo el inicio de un problema más grande”, contó el atacante en la revista del Sifup.

“Al principio iba al casino como una diversión. Me parecía algo normal, una salida con amigos, una manera de pasar el tiempo (…) Cuando empecé a sentir que todo giraba en torno a eso. No estaba presente con mi familia, no pensaba en el fútbol, todo era la próxima apuesta”, reveló.

El atacante ingresó al Programa de Salud Mental del Sindicato de futbolístas y logró cambiar su vida. “Durante mucho tiempo pensé que podía resolverlo solo, que era un tema mío y que no debía involucrar a nadie más (…) Sentía que no tenía salida, que lo mío no tenía solución. Pero en ese instante entendí que el primer paso era dejarme ayudar. Levantar la mano. Y me sorprendí al descubrir que sí había una salida, que podía volver a tener una vida mucho mejor que la que llevaba”, afirmó el ex Cobreloa.

“Llamé a Gamadiel (García), me contestó y se puso a disposición inmediatamente, junto con Luis Marín, Alfonso Canales y Fernando Cordero, a quien tuve de compañero en Linares. Ellos no sólo me acompañaron, también me apoyaron económicamente en un momento crítico”, señaló un agradecido Cerato.

“Es un círculo vicioso, porque cuando pierdes quieres recuperar, y cuando ganas quieres más. Ese impulso constante fue ganando cada vez más espacio en su vida como persona, futbolista, amigo y padre de familia, hasta convertirse en un peso insostenible”, añadió.

La recuperación de Cerato

Sobre como fue el proceso de recuperación, Maximiliano Cerato contó que “fue muy duro. Estaba ahí las 24 horas sin poder escapar. Las jornadas comenzaban a las siete de la mañana y terminaban a las 11 de la noche, con actividades y grupos todos los días de lunes a sábado. El primer mes no podía ver a nadie. Recién después empecé a recibir visitas cortas de mi familia los fines de semana”.

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“Al principio tuve momentos en que quería irme, sobre todo en los primeros días, con sueños malos y emociones muy fuertes. Pero ahí estaban los profesionales para explicarme que todo eso era parte de la recuperación y que debía atravesarlo para salir adelante”, finalizó.

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