Lo quiso Colo Colo, fue destacado por Bielsa y hoy se la juega con un gimnasio en Buenos Aires
Marcelo Scatolaro aún se siente mitad chileno y mitad argentino, según confiesa en esta conversación. Actualmente defiende a Sportivo Italiano de la Primera C.
Marcelo Scatolaro es chileno. Es el único de su familia que nació en el país. Vivió en San Bernardo, Rancagua, La Serena y Arica, entre otros lugares. Sin embargo, cuando tenía 12 años, se fue a Argentina y no volvió hasta que, a mediados del 2011, fichó en Huachipato. Por eso, dice, es mitad chileno y mitad argentino. “Cuando estoy aquí, saco pecho por Chile. Y cuando estoy allá, al revés (ríe). Quiero a los dos países porque tengo lazos muy fuertes”, explica. El volante recibe a AS en su gimnasio (Savage Gym), situado en el barrio de Munro, en Vicente López.
- ¿En qué etapa de su carrera se encuentra?
- Estoy en la parte final porque ya tengo 37 años, pero eso no significa que me sienta así. Soy consciente de la edad que tengo y el medio te lo hace saber constantemente porque se van cerrando puertas, pero me encuentro en una etapa buena. Estoy bien físicamente y con otra mentalidad. Uno va viviendo distintas experiencias que te van formando y la parte física es clave. Antes me aconsejaban cuidarme, descansar y tener reposo, pero después, con la ayuda de gente profesional, noté que hay que entrenar más, alimentarse bien y descansar mejor. Cuando afinas esos detalles, te ayuda a estirar tu carrera. Además, estoy en un club muy bueno y me gusta mucho.
- ¿No tiene fecha de retiro?
- En el club me siento importante y eso me mantiene vigente y con ganas de seguir. No pongo fechas porque pueden pasar años o meses. A mi me encanta el fútbol, por eso juego. Si bien es un ingreso económico, lo hago porque me gusta ponerme la camiseta, salir a jugar y tener la pelota en los pies.
*Scatolaro se formó en Platense y pasó por clubes como Atlanta, San Martín de San Juan, Huachipato, Rangers, Almagro y Sarmiento de Junín, entre otros. Actualmente juega en Sportivo Italiano de la Primera C (cuarta categoría).
- ¿Qué piensa cuando evalúa su carrera?
- Cuando miro hacia atrás, me emocionó y a veces me reprocho cosas. Trato de no mirar, pero indudablemente que uno repasa siempre su vida. He sido autocrítico y me he reprochado no llegar más alto. Cuando chico, mi ambición era llegar al máximo nivel y mi único objetivo era jugar al fútbol. Claramente iba en ascenso. Pero la vida no es solo fútbol y estoy orgulloso de mi carrera.
- ¿Cambió su forma de pensar?
- En una etapa de mi vida, justamente cuando estaba en Chile, empecé a sentir que había otras cosas por aprender. Me enfoqué en la lectura y mi atención dejó de estar al 100 por ciento en el fútbol, lo que no significaba que no lo hiciera de manera profesional. Admito que a veces pienso qué hubiese pasado si yo hubiese seguido por el otro camino, pero no tiene sentido, no está bien. No me tengo que arrepentir de nada. Lo pasé bien en todos lados donde estuve. La liga argentina es competitiva y el paso por Chile fue hermoso. Me hizo crecer mucho y fue lindo reencontrarme con gente que no veía hace mucho.
- Mucho antes de pasar por Chile, su nombre sonaba en Colo Colo. ¿Fue real?
- Uno sabe que a veces en el fútbol hay mucha información, pero sí fue real. Entre el 2009 y 2010, cuando estaba Hugo Tocalli. Yo me formé en Platense, el club de Marcelo Espina. Cuando yo era chico, él era ídolo de Colo Colo. En Platense coincidimos. Él estuvo trabajando allá, me dirigió un partido de manera interina y me dio la jineta de capitán. Me dijeron que el acercamiento venía por ahí, que él me había propuesto. Lo recuerdo porque esa vez pasaron cosas divertidas.
- ¿Qué pasó?
- Estaba en la provincia de Entre Ríos con mi familia y me llamaron al teléfono fijo de la casa. Era un amigo de la primaria, con el que no hablaba desde que me había ido a los 12 años. Me llamó más de 10 años después para decirme ‘hueón, ¿vas a venir al Colo?’ (risas). Fue sorpresivo porque desde que me había ido, nunca más había ido a Chile. Estaba más emocionado que yo (ríe). Al final no se dio y yo no supe detalles, porque era chico y delegaba esas cosas. Obviamente me hubiese gustado.
- Marcelo Bielsa lo tenía en la mira. ¿Qué recuerda de eso?
- Estaba en Atlanta, creo que fue el 2007. Me había ido bien. A Bielsa le preguntaron por un jugador en particular y él dijo ‘acá todos tienen chances’. Dio como ejemplo a un jugador que no recuerdo y a mí, que estaba en la tercera categoría de Argentina. Lo dijo, seguramente, para que todos entendieran que a él no se le escapaba nadie. Acá hubo revuelo e incluso, en Atlanta pusieron una bandera chilena.
- Y en ese tiempo no habían tantos “chilenos-extranjeros” reconocidos, como ahora.
- Claro. Y además, yo había nacido en Chile. Mi padre había jugado allá y el apellido estaba ligado, entonces la difusión en los medios empezó a crecer. Fue lindo lo que pasó, pero quedó ahí.
- ¿Le hubiese gustado jugar en la Roja?
- Me hubiese gustado jugar. Una de mis apuestas, al irme al fútbol chileno, era ser nominado. En ese momento tenía la ambición máxima, solo quería entrenar. Pero después te lesionas y el camino toma otro rumbo.
- ¿Fue una deuda pendiente?
- No. En su momento lo pensaba así, pero uno va evolucionando. Recuerdo todo con amor y cariño, lo bueno y lo malo, y soy un agradecido. Di lo mejor de mí. Pretendía ser nominado, pero acepto lo que hice y hasta donde me dio. Ya está, hay que olvidar y seguir para adelante.
- Después de su paso por Huachipato y Rangers, ¿por qué volvió a Argentina?
- Tenía la oportunidad de seguir en Chile, pero lo reconozco: quería volver. Ahí sí me movilicé y gestioné la posibilidad para retornar. Soy muy pasional y me gusta vivir el fútbol como se vive acá, a pesar de que uno, como trabajador, prefiere un fútbol más ordenado, como el de Chile, donde pagan al día. Así y todo, preferí volver. Extrañaba a la familia y quería ese nivel de competencia que hay en Argentina. Me fue bien porque llegué a Sarmiento de Junín, ascendimos y me tocó jugar contra equipos grandes.
- ¿Volvió de visita?
- Muchas veces. Tengo amigos desde la infancia y luego hice otros en mi etapa como futbolista. Está pendiente un viaje familiar, pero sí he ido por cuestiones laborales. Cuando estuve allá, aproveché de invertir en departamento, que es una posibilidad que no tenemos en Argentina y uno tiene que ir a hacer trámites. Mi intención es que el vínculo no se corte. Me gustaría tener un gimnasio en Chile.
- ¿Y cómo partió la idea de tener un gimnasio acá en Argentina?
- Lo tengo hace dos años con un gran amigo de la vida. Somos socios. Nunca pensé que tendría un gimnasio, pero como él es un deportista del área, tiene experiencia. Se nos ocurrió y fuimos para adelante. Atravesamos la pandemia, pero seguimos en pie. Mucha gente nos elige y hasta ahora va muy bien.
- Lo lleva a Chile, entonces.
- Esa es la idea. Es un gimnasio que está muy bien equipado para deportistas de alto rendimiento. Alberga a gente de distintos deportes y todo tipo de personas. Es inclusivo y eso es lo que me gusta del lugar. Ojalá resulte, sería un lindo proyecto.