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Entrevista AS

“Los jugadores de la U me han dicho que estoy mejor que ellos... Aquí hay cuidado y disciplina”

“Este trabajo físico hará que el día de mañana tenga una vejez más o menos digna, y también es una ayuda mental”, afirma el ex lateral.

“Los jugadores de la U me han dicho que estoy mejor que ellos... Aquí hay cuidado y disciplina”

Manuel Ibarra (46) lleva 16 años retirado del fútbol profesional, pero no deja de realizar ejercicio. El ex lateral derecho, quien durante su carrera ganó la medalla de bronce junto a Chile en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 y fue campeón con la U del Apertura 2004, entrena a diario y hoy luce un físico sorprendente.

En su perfil de Instagram, ‘Caté' Ibarra muestra sus rutinas de entrenamiento y los elogios que recibe son múltiples. Hasta Zé Roberto, el destacado ex volante de la selección brasileña que hoy también lleva una vida muy ligada al ejercicio, le ha escrito. “Estás volando, hermano”, le dijo hace un tiempo.

En diálogo con AS, Ibarra habla de su trabajo físico: “Yo me retiré por una lesión grave en la rodilla y el ejercicio lo tenía casi prohibido. En un momento sólo podía hacer natación y bicicleta, hasta que un día me puse a estudiar algunas cosas y empecé a entrenar, a fortalecer y a tener un hábito deportivo. Hoy me siento la raja”.

- En redes sociales, la gente destaca su trabajo físico...

- Bueno, muchos jugadores que llevan poco tiempo retirados me han dicho ‘hueón, estás hecho una máquina’ y me invitan a jugar. Algunos futbolistas también me siguen y me piden algunos tips de entrenamiento. Eso es muy entretenido.

- ¿Cómo empezó a hacer un hábito el entrenamiento?

- La verdad es que esto es constancia. Y es ahí donde vienen un poco los juegos mentales... En general, la gente llega a la casa, descansa, come y reposa, y ahí yo trato de seguir la constancia. Aunque esté medio cansado y fatigado, hago mis rutinas, que son a base de resistencia muscular, con buenos pesos y repeticiones largas. Eso hoy me permite seguir jugando fútbol a una buena intensidad, con una rodilla que supuestamente está horrible, pero eso nadie me lo cree.

- Se le nota fuerte...

- Lo que sí, yo no intento ser un fisicoculturista, porque sino no podría jugar fútbol, ni hacer piques, ni subir cerros, que es lo que me gusta. Pero sí he ido aumentando mucho la masa muscular, como dos o tres kilos desde que me retiré. Hace poco me hice un examen muscular y este arrojó que tengo un 5.2% de grasa. Eso me mantiene en buen nivel para seguir creciendo.

- ¿Qué edad cree que tiene su cuerpo?

- No sé, yo me siento vital, que es lo importante. De hecho, en mayo fui a jugar por el aniversario 97 de la U y estaban los jugadores del plantel. Algunos que me siguen, me abrazaron y me dijeron ‘hueón, estás mejor que nosotros’. Me tiraron la talla... Marcelo Díaz me abrazó, me tocó y me dijo ‘estás mejor que muchos’. Entonces, eso es un poco el cuidado y la disciplina. Yo me siento la raja y trato de que las ganas de seguir esforzándome no se me quiten. Al final, es una ayuda muscular. Si eso hace que el día de mañana tenga una vejez más o menos digna, también es una ayuda mental. Estoy fortalecido, con mucho ánimo, y pasando obstáculos, como es el deporte.

- ¿Cuántas calorías consume? ¿Bebe alcohol?

- Yo como harto, porque estoy gastando 2.400 calorías en reposo. Estoy con una aceleración metabólica más o menos alta (ríe). Yo soy capaz de comerme una olla de arroz en el almuerzo y otra en la noche, no tengo problema. Y también como mi pan de marraqueta. Lo que sí, evito un poco los chocolates. Y puta, para beber, una vez a la semana, relajado, elijo la champaña. Lo que pasa es que siempre fui malo para tomar, pero cuando toca compartir, voy con unos copones más o menos grande de champañita (ríe). Con eso ya quedo doblado.

“Muscularmente, estoy mejor que cuando jugaba... Hoy podría ser defensor central”

- En lo físico, ¿se siente mejor que cuando era futbolista?

- Muscularme, sí. Y es notorio. Tengo mucha más potencia y mucha más fuerza. Eso sí, en resistencia aeróbica, imposible. Hoy me da para los arranques explosivos, de hasta 200 metros, pero ya después mi consumo físico es mucho mayor, porque tengo más masa y necesito más oxígeno. La otra vez me hicieron un test y me dijeron que ahora podría jugar como un central, yendo a la marca, siendo agresivo, fuerte y rápido. Pero ya no me podría mandar esos desbordes constantes de ida y vuelta.

- ¿Considera que con su actual físico podría haber llegado más lejos en el fútbol?

- 100 por ciento. De hecho, yo creo que me retiré antes del fútbol, porque, en ese tiempo, los resultados médicos arrojaban que no podía hacer ningún impacto. Y obviamente nadie te contrata con una artrosis. Cuando empecé a hacer ejercicios sin impacto, como la elíptica, la bicicleta, el skipping en resistencia y los trabajos de repeticiones de 200 ó 400 metros, me di cuenta que podía haber seguido jugando.

- ¿Qué le dicen en su familia por su físico? ¿Sus hijas, por ejemplo, se sorprenden?

- Sí. De hecho, mis hijas se mandan la agrandada. De repente aparecen los amigos, los pololos, y ellos les dicen que están entrenando y ellas les muestran mis fotos (ríe).

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