Los secretos del jugador chileno del momento: “Hasta seis turnos al día... Tiene mucha hambre”
“Está en uno de los mejores capítulos de su carrera y siempre quiere aprender más. Es maduro, profesional y muy humilde”.
Darío Osorio no es el único chileno que vive un gran presente lejos del país. Después de seis temporadas en el fútbol mexicano, Víctor Dávila saltó al CSKA Moscú y poco a poco se ha transformado en uno de los futbolistas nacionales con mayor proyección en Europa. Eso, en paralelo, le permitió asumir protagonismo en la selección chilena.
Además de responder con grandes números en Rusia, Dávila fue una de las principales figuras en los primeros amistosos de Ricardo Gareca. Sin embargo, eso no es casualidad. El trabajo de Dávila en los últimos ocho meses ha sido incansable.
Jose Pedro Riveros, head coach de alto rendimiento humano, trabaja con él. Incluso, este último tiempo ha viajado a Europa para acompañarlo en un desconocido proceso: “El año pasado iniciamos un programa con Víctor. Incluyó un trabajo en Viña antes de la pretemporada y un trabajo presencial en las primeras tres fechas del campeonato. Estuve dos semanas en Moscú y también viajé a los partidos de la Roja. Su objetivo es marcar una diferencia”, cuenta el director de Wellness Performance a AS.
- ¿De qué se trata el programa?
- Tenemos trabajos variados. Algunos son corporales para generar plasticidad, hay otros de bioenergética que tienen que ver con vibración del cuerpo, algunos son de respiración, también hay de coaching y tenemos otros de estados meditativos más profundos donde ellos insertan ciertas imágenes que quieren crear. También se acompaña en el día a día. Si Víctor va al sauna, voy al sauna con él. Podemos ir al club, ir de compras, al médico o al veterinario con el perrito, por dar un ejemplo. Estár en el día a día me permite ver cosas que no veo en los partidos. Eso me permite obtener más información y así diseñar más efectivamente las soluciones.
- En TikTok publicó un video (ver al final del artículo) donde Dávila trabaja la plasticidad. ¿En qué consiste eso?
- La plasticidad corporal es un recurso que tenemos todos los seres humanos, que consiste en entrar a un estado y luego movernos a otro. Los niños tienen mucha plasticidad y los adultos la vamos perdiendo. Un niño puede sentir tristeza, a los 15 segundos está con alegría, a los 5 segundos está con miedo y después, si pide algo y uno no se lo da, siente rabia. Eso es plasticidad. Una de las cosas que hacemos es recuperar la plasticidad en el cuerpo. Cuando uno empieza el programa, ve la estructura del cuerpo del deportista y vemos qué emoción tiene más a la mano.
- ¿Cómo ayuda esto en la cancha?
- Cuando vemos los partidos grabados, vemos desde qué emoción juega más y de cuál juega menos. La plasticidad es tener la capacidad de ser agresivo en un momento y luego estar sonriéndole al árbitro. O estar muy concentrado, pero si alguien se cae y entra el área médica, relajarse. Eso genera vitalidad y ayuda al funcionamiento de los pensamientos y la coordinación motriz. Así, la persona es más rápida en las decisiones. Luego preguntamos ‘¿qué quieres?’ o ‘¿cuál es tu sueño?’ y diseñamos una estrategia personalizada acorde a su tipo de cuerpo y al momento en el que está en el club. En este caso, Víctor se tiene que adaptar a una cultura, a otro contexto deportivo y a una nueva forma de ver el fútbol. Nosotros le recomendamos que una de las cosas que le iba a hacer bien es aumentar la plasticidad para que no se quede pegado en un estado. Su juego fluye más cuando está suelto.
- ¿Cómo se siente Dávila actualmente?
- Él es muy disciplinado, muy profesional y muy abierto a nuevos conocimientos y métodos. Cuando viajo, es intenso. Entrenamos antes de que vaya a la práctica con el club, al regreso también y en la noche antes de dormir. A veces hasta seis turnos al día. Yo creo que está en uno de los mejores momentos de su carrera, está muy maduro y muy humilde porque quiere seguir aprendiendo. A veces a algunos atletas se les va el ego a las nubles y él es al revés. Siempre quiere trabajar más y a veces tengo que regularlo porque hay curvas donde hay que compensar. Está muy enfocado, tiene mucha hambre y quiere seguir mejorando.
- ¿Desde cuándo trabaja con Víctor Dávila?
- Empecé en Huachipato cuando él estaba subiendo de la formativa al plantel. Luego, cuando yo estaba en Rusia con Guillermo Soto, Víctor se comunicó conmigo y me dijo “mira, yo estoy leyendo sobre el ecosistema y la cultura de los rusos y me quiero anticipar, no quiero que en algún momento me cueste. Me quiero preparar para adaptar rápidamente”. Es muy inteligente. Me fui a Moscú y comenzamos el proceso.
- ¿Y ahora está conforme con su vida en Rusia?
- Lo han evaluado muy bien. Tiene grandes números con el gps a nivel físico y a nivel táctico, en la toma de decisiones. Sus números son muy buenos ofensivamente y es el mejor defensivamente. Es muy bueno lo que él ha logrado: su mentalidad y tiene un gran familia que lo apoya. También tiene nutricionista y preparador físico. Él ha creado un equipo interno, tiene muchos focos de disciplina para hacerlo bien.
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