ENTREVISTA AS
“Me apuntaron con un arma en la cabeza...”: el drama de un ‘9′ que regresa a Chile
El argentino de 32 años está de vuelta en el país tras fichar en Provincial Osorno. No olvida su exitoso paso por Iquique: “Compartí con Brayan Cortés, era un fuera de serie”.
“Corea, India, Chile. Llegué a lugares que nunca pensé”. Con esa frase, el delantero trasandino Diego Bielkiewicz, sintetiza lo que ha sido su carrera futbolística. Destinos y culturas exóticas, sumado a episodios complejos que han tenido al ex Iquique fuera de su país por varios años.
Formado en la cantera de Lanús, el goleador comentó con AS Chile su complicado transitar en el fútbol argentino. Situaciones al límite, que lo han comprometido a tal punto de no querer retornar a casa. “Me han puesto armas de fuego en la cabeza, he tenido que agarrarme a “combos” con barras. Es algo que no debería suceder, pero pasa. No quería volver a Argentina”, complementó el delantero.
Hoy, como nuevo jugador de Provincial Osorno, el centrodelantero vivirá su quinta etapa en el fútbol chileno. Con anhelo, comentó que tuvo ofertas de Deportes Iquique y Santiago Morning, pero no se concretaron. Ahora solo piensa en el cuadro sureño, donde el ariete espera un 2023 lleno de sorpresas. “Es un desafío hermoso, y quiero prepararme bien”.
- Nuevamente retorna al futbol chileno, ¿extrañaba nuestro país?
- Claro que sí. Tenía muchos deseos de volver. Tengo a mi hija que nació acá, es chilena, así que quería venir, me gustó mucho el país. Ojalá el día de mañana se me de la oportunidad de vivir acá.
- Su primera experiencia internacional fue en Chile, en 2017. ¿Cómo recuerda aquel ciclo con Deportes Iquique?
- Tengo los mejores recuerdos. Estoy agradecido del club por abrirme las puertas y darme la posibilidad de llegar a un club tan lindo como Deportes Iquique. Jugar una Copa Libertadores fue impresionante. Sigo agradecido con la gente del norte que siempre se ha portado bien conmigo. Siempre me mandan algún mensajito. Es un cariño mutuo.
La relación con Brayan Cortés
- Compartió camarín con jugadores consolidados en el elenco nortino, como Rodrigo Naranjo, Mathias Riquero, Manuel Villalobos. Al igual que, con futbolistas que daban sus primeros pasos, como el portero Brayan Cortés...
- Aquella temporada teníamos un gran plantel. Con respecto a Brayan, tuve la suerte de compartir con él en sus primeros años. El titular era Rodrigo (Naranjo), sin embargo, se rompió el tendón e ingresó Cortés. No soltó mas el arco. Era una fiera, daba mucha seguridad. Centro que nos tiraban lo cortaba. La pelota nunca se le escapaba, entonces nos daba mucha seguridad.
- Luego emigró al fútbol coreano. ¿Qué nos puede contar de su experiencia en Asia?
- Fue una hermosa experiencia. Hoy me arrepiento de no haber estudiado inglés cuando pequeño, me hubiera servido bastante. Es un fútbol muy competitivo, con jugadores muy buenos, y esto se refleja en su selección. Si Corea del Sur participa en todos los mundiales es porque su liga es muy buena. Un hermoso país.
- ¿Tiene alguna anécdota de su paso por el continente asiático?
- Algo que se respeta mucho en Corea son las jerarquías. Hay formas de referirse a los más chicos, y otras a los más grandes. Por ejemplo, a la hora de comer se sentaban los jóvenes en un lado y los adultos en otro. Y, hasta que no se servía un bocado el director técnico, ningún jugador podía comer. Otra diferencia de edades pasaba en las duchas, después de los entrenamientos. Si había un jugador chico bañándose y entraba uno mayor, el pequeño, por mas enjabonado que esté, debía salir para darle el paso al adulto. Son cosas que nunca había visto.
- Luego de su paso por Corea retornó a Chile, primero a Rangers y luego a Magallanes... ¿Qué recuerda de esos pasos?
- Llegué como jugador libre a Rangers de Talca, que ya había estado interesado en mí. No lo dudé, y apenas llegó la propuesta, la acepté. Después, me fui a Magallanes, una hermosa institución. Estoy agradecido de toda la gente que trabaja ahí, son muy amables. Siempre están al servicio del jugador porque ellos aman el club. Fue una grata experiencia.
Un violento retorno a casa
- Después volvió a emigrar a Asia para luego retornar a su país. ¿Quería volver a Argentina?
- La verdad es que no. Pasaron muchas situaciones en el pasado que no quería repetir.
- ¿Podría detallar alguna?
- Para comenzar, tuve problemas en algunos equipos de mi país con el tema de pagos. He estado en equipos donde me debían hasta seis meses de sueldo. También conflictos con las barras, se meten en el vestuario y es complicado lidiar con ese tema. Me han puesto armas de fuego en la cabeza, amenazándonos. Me ha tocado pelearme a los combos como dicen acá. Eran situaciones que ya no quería vivir, y, lamentablemente, en mi retorno a Cipolleti volvieron a suceder.
- ¿Temió por su vida en algún momento?
- Cuando era mas chico, tal vez. Ya mas grande, son cosas que sabes que van a pasar. Como jugadores, tratamos de cuidarnos entre nosotros y no vamos a dejar que toquen a algún compañero. Tocan a uno, nos tocan a todos.
- En Argentina, ¿se normalizan mucho estas situaciones?
- La verdad es que sí. Es muy normal que un club te deba algunos meses de sueldo o haya relaciones complejas con barras bravas. Son episodios que uno como futbolista no quiere vivir, pero pasan. Y en Argentina están bastante normalizadas.