“Me di cuenta que ya estaba retirado... Jugué en un club grande, en la Roja y me gané el respeto del fútbol chileno”
Fernando Cordero reflexiona tras retirarse. “Estoy reencontrándome con mis cuatro hijas... Las llevo al colegio, al doctor, y pronto iremos de viaje”, cuenta.
Hace unos días, Fernando Cordero (38) puso fin a su carrera como futbolista. El ex lateral jugó en equipos como Unión Española y Universidad Católica, y consiguió cuatro títulos, todos con el equipo de Las Condes. Ahora, en AS, habla con orgullo de su trayectoria.
Su última experiencia la vivió en Deportes Linares, en 2024, y este 2025 le sirvió para meditar y centrarse en su rol de tesorero en el Sifup, antes de tomar la decisión de retirarse. “Este año como que no quise saber nada del fútbol. Me desencanté un poco por cómo se estaban manejando internamente los clubes... Y ahora, que llegó el fondo de retiro, me di cuenta que sí estoy retirado”, cuenta el ‘Chiki’.
- ¿Qué cosas lo fueron desencantando?
- Pasa que cuando salí de Linares, yo sí busqué club. Tuve un acercamiento con algunos clubes que me dijeron ‘oye, te vamos a mandar una oferta’ y al final nunca llegó. Eso es manejarse de mala forma... Yo lo atribuyo también a que estoy en el sindicato, y para un equipo, tener a una persona así, debe ser un problema. Sobre todo en Segunda, donde hay un montón de problemas.
- Eso lo decepcionó, entonces...
- Es que me llama la atención que un dirigente que me llama directamente, o un representante que tiene conexión con el club, te diga ‘sí’ y al otro día no te hable más... Esas prácticas a mí no me gustan, sobre todo de dirigentes que fueron jugadores.
- Hablemos de su retiro, de las sensación post anuncio...
- Me vino la nostalgia, recordé mis inicios... Recordé las veces que me lesioné, el cáncer que tuve, las fracturas de dientes, de cara, los viajes buenos, los malos... Me cayó el tejazo de que ya estoy retirado y que no estoy en la forma física para funcionar. Siempre tuve como esa pequeña esperanza (de volver), pero ya me cayó el tejazo.
- Ahora podrá tener más tiempo para su familia...
- Sí, estoy encontrándome de nuevo con mis cuatro hijas. Ahora salimos a comer, se vienen conmigo, y para el verano me las quiero llevar de viaje. Ahora las voy a buscar al colegio, las llevo al doctor, vemos la salud mental de ellas, así que agradezco haber salido... Por eso tampoco me metí a ser técnico o lo que hacen normalmente los jugadores.
- ¿Qué balance hace de su carrera? ¿Cumplió o le faltó algo?
- Para mí, tarea cumplida. Hasta los 16-17 años, que fue mi primer entrenamiento con el primer equipo en Unión, no tenía el sueño de ser futbolista. Pero ya cuando agarré el ritmo, la disciplina, el llegar siempre a la hora, vi que podía competir. No creo que me haya faltado algo. Aunque fue poco, jugué en Argentina (en San Martín de Tucumán), en la Selección. Tengo guardada mi camiseta de la Roja...
- Es un orgullo para usted...
- Sí. También salí del equipo que yo elegí para ser futbolista profesional, que fue Unión, jugué en un equipo grande (Universidad Católica), fui campeón... Conocí a un técnico con el cual estoy muy agradecido, que es Mario Salas. No creo que me haya faltado algo.
- ¿Cuál fue el momento más feliz y el más triste de su carrera?
- El bicampeonato con Católica ha sido lo más lindo que he vivido. Estar en la historia de ese club es algo que jamás voy a olvidar. Es algo que cualquier jugador quisiera vivir. Y el más triste fue el campeonato que perdimos con Unión Española en el 2009, contra la U. Teníamos todo para ser campeones y no se nos dio.
- Tuvo una carrera de casi 20 años, ahora es dirigente en el Sifup... ¿se siente un tipo respetado en el fútbol chileno?
- O sea, así me lo han hecho saber compañeros, hinchas, periodistas. Siempre trato de responderles a todos. Yo tengo un toc...
- ¿Cuál?
- Que no puedo tener notificaciones en el celular, porque me desesperan (ríe), entonces siempre trato de contestarles a todos. A los mismos hinchas, mando saludos a las alianzas, y así yo creo que me fui ganando el respeto. Y sobre todo con el hincha de Católica...
- Ahí no le tocó fácil...
- En algún momento hasta me pifiaban cuando estábamos con (Julio) Falcioni, pero yo agarraba la pelota y nunca me escondía. Entonces, ese respeto me lo gané siendo respetuoso con todos.
- ¿Cómo sobrelleva la responsabilidad de ahora ser tesorero en el Sifup?
- Yo pasé de director a secretario, y de ahí a tesorero. La pega al final es la misma. Tengo confianza con demasiados jugadores y mi personalidad hace que yo mismo los llame. Algunos vienen a concentrar acá, y yo los atiendo, para que estén en confianza. Te tengo una anécdota...
- A ver, cuéntela...
- Por ejemplo, con el ‘Cachorro’ Andía, cuando vino con Limache al complejo, me llamó y me dijo ‘Chiki, no tenemos agua caliente’. Y ahí yo fui a la habitación y le dije ‘oye, hueón, si en Santa Bárbara, tu pueblo, te bañabas en el río, con agua heladísima. Ahora quieres agua caliente’ (ríe). Esas tallas las tiro porque tengo la confianza. Ese es mi rol en el sindicato, y ahora, como tesorero, la responsabilidad es mayor, porque hay que pagar sueldos y estar atento a los gastos.
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- Además del Sifup, ¿se visualiza en algún otro proyecto?
- Bueno, quiero comprar departamentos en unos dos o tres años, y así poder llegar a los clubes y arrendarles a los jugadores. Que no le pongan tantas trabas, porque ese es uno de los grandes problemas que viven los futbolistas. Quiero ayudar desde ese sentido.