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ENTREVISTA AS

Tiene 30 años, solo ha jugado una vez en Primera y llega a Chile: “La tuve que pelear mucho”

El argentino Mateo Acosta vivió situaciones insólitas en su paso por el ascenso de su país. En AS Chile, recuerda las más llamativas.

Tiene 30 años, solo ha jugado una vez en Primera y llega a Chile: “La tuve que pelear mucho”
@mateoacosta9

Los 13 goles que Mateo Acosta marcó en Brown de Adrogué durante 2022 sedujeron a Huachipato, que decidió apostar por el capitán del equipo de la Primera Nacional de Argentina.

Para el delantero, era la oportunidad que tanto esperaba. Por segunda vez en su carrera, jugará en Primera División.

- Con 30 años, se le presentó su segunda oportunidad en el extranjero, pero su carrera principalmente la ha realizado en el ascenso de su país. ¿Cómo ha sido el camino para llegar a esta chance?

- La tuve que pelear muchísimo para poder dar el salto. Fueron años de muchísimo sacrificio, mucho desgaste que ahora dan frutos. Ojalá pueda aprovechar la chance y seguir por el camino que vengo. En los últimos tres años estuve en un gran nivel y espero sostenerlo aquí. Me toma maduro, en una buena edad para poder seguir en este camino.

- ¿Y cómo era en sus inicios? ¿Tenía otras preocupaciones, como por ejemplo, la inestabilidad financiera que es muy común en el ascenso de su país?

- Claro. Esa inestabilidad del fútbol argentino, esa locura con la que se vive todo lleva a que uno como jugador no se encuentre estable en un montón de cosas. Hoy me toca mirarlo de otra manera. Soy padre y eso influye muchísimo. También otros temas familiares que te van marcando para disfrutar o madurar de otra manera. Quizás a los 20 o 25 años uno solo se preocupa del fútbol y otras cosas, pero hoy miras todo desde otra perspectiva. Venir a un fútbol muchísimo más ordenado y tranquilo me sirve para estar bien.

- ¿Cómo se mantenía fuerte mentalmente cuando las oportunidades de dar un salto no llegaban?

- Lo primero era apostar en uno mismo, confiando en que algún día se daría, que ese esfuerzo valdría la pena en algún momento. Hoy veo ese premio y me encuentro en un fútbol que siempre quise estar y ojalá que sea una buena oportunidad.

- ¿Qué historias llamativas le dejó su paso por el ascenso argentino?

- Me pasó de todo. Recibí escupitajos y me tiraron vasos con orina. En Argentina ocurre de todo en un córner o al recibir un lateral. Pasa en partidos trascendentales o uno que no define tanto. Los defensas te pegan muchísimo porque no hay VAR o cuando juegan de local, los árbitros se las dejan pasar. Son bravísimos, pegan patadas que quizás en otras divisiones no se permiten. Me defiendo como puedo (ríe).