“Mi hijo es lo máximo; a los 12 años salió de la casa y me dijo que sería futbolista... hoy está en un Mundial”
“Él salió de ANFA, donde ganó todo. Me di cuenta que llegaría lejos. Tiene dos Sudamericanos y un Mundial... Es increíble”, dice Alejandro, padre de Javier Cárcamo.


Alejandro Cárcamo mira hacia la cancha del Estadio Nacional y levanta los brazos buscando a Javier, su hijo mundialista con la Roja Sub 20. El futbolista de Huachipato fue uno de los 21 elegidos por Nicolás Córdova para disputar la Copa del Mundo, donde este viernes Chile buscará la clasificación a octavos de final en el Grupo A.
Luego del saludo, el padre del mediocampista toma asiento en Marquesina para hablar con AS sobre su gran orgullo. El testimonio es muy emotivo.
“Es un privilegio venir a ver a mi hijo en vivo”, adelanta.
- ¿Cómo recuerda el momento en que Javier le contó que había sido nominado para el Mundial?
- Me dijo ‘Papá, estoy listo, voy al Mundial’. Fue una emoción tremenda. Esto es un orgullo para toda la familia, que esté en estas instancias. Lloramos como nunca (ríe). El otro día (con Nueva Zelanda) también me emocioné por él. Es un privilegio tener a un hijo como él a estas alturas. Es lo más lindo de la vida.
- ¿Qué han tenido que vivir para llegar a este Mundial?
- Él ha pasado por mucho, porque somos una familia muy humilde. Venimos del sur, de Nacimiento, que es un pueblito chico. En la comuna estamos todos orgullosos de él. Estamos feliz por lo que está viviendo. Él salió de ANFA y ganó todo ahí. En ese momento me di cuenta que llegaría lo más lejos posible. Y ahora ya tiene dos Sudamericanos y un Mundial... Es increíble.
- ¿Cómo es Javier fuera del fútbol?
- El mejor hijo que puedo tener. Es cariñoso con la familia, una persona muy humilde. Le hemos enseñado que tiene que ser así y no cambiar. Estoy contento por él.
- ¿Qué es lo mejor de ser papá de él?
- (Piensa unos segundos) Qué te puedo decir... Javier ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida (se emociona). Siempre quise tener dos hijos y tenía 30 años y aún no podía, pero Diosito me regaló dos (Alejandro Ignacio y Javier), que son lo más lindo que tengo. Me cambió la vida. De chiquitito lo metí en el deporte, nunca lo dejé solo. Por él estoy aquí.
- Se emociona al hablar de ellos...
- Es que recuerdo todo. Javier salió de Forestal de Nacimiento y mira dónde llegó. Salió de la casa a los 12 años, a una pensión. Él me dijo: ‘Papito, quiero ser futbolista profesional y me la voy a jugar’. Se la jugó y aquí estamos. Mi hijo es lo máximo, estoy orgulloso de él.
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- ¿Qué le gustaría decirle?
- Que siempre estaré para él y que confiaré, porque él se pone metas y siempre las cumple.
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