No esperaba que lo echaran y hoy parte con un restaurante: “Sirve para distraerme”
Fue el quinto DT desvinculado en la B y se fue tras la primera rueda. Espera otra chance en la banca y mientras se volcó a su emprendimiento: “Es un sueño”.


“Estoy en Puerto Montt. Mi hija está en la universidad acá y nosotros ya estamos radicados en la ciudad. De aquí vamos a salir a trabajar a otro lado si Dios quiere”, dice Erwin Durán al contestar el llamado de AS. El DT fue despedido del cuadro sureño luego de la derrota por 2-0 ante Santiago Wanderers que dejó a los albiverdes en el último lugar de la tabla de posiciones, y su salida no pasó inadvertida en el Campeonato Ascenso tras la primera rueda. Se le escucha tranquilo, analítico y con buena disposición para abordar su adiós del club y lo que tiene en mente hacia adelante.
“Uno sabe que los resultados mandan en la carrera de nosotros, pero todavía quedaba mucho campeonato. A mí, cuando renové con Puerto Montt para este año, lo único que se me pidió, así claramente, fue salvar la categoría y darle énfasis al trabajo con los muchachos de las series menores. Esto último estaba dando muy buenos resultados, porque trabajamos desde el año pasado con un grupo de 16 jugadores formados en el club”, afirma el DT nacional, quien fue el quinto en dejar el cargo en la división.
“Hicimos un trabajo de más de un año para que ellos se fortalecieran en todo aspecto. Ese es el trabajo que más contento me tenía y los hinchas estaban felices, porque veían que los jugadores formados en casa iban creciendo y habían tenido sus oportunidades. Nos preocupamos de que crecieran, de que realmente fueran un aporte y, en el momento de jugar, se sintieran bien. Ese trabajo no lo había hecho ni un técnico en la historia de Puerto Montt y debutaron alrededor de siete u ocho juveniles”, agrega Durán, quien antes del ciclo reciente obtuvo el título de Segunda División con el club en 2015.
- ¿Cuáles fueron los objetivos al comenzar el año?
- Lo otro que se me pidió, en forma muy clara, fue salvar la categoría. Cuando armamos el plantel este año, el club tenía muchos problemas económicos y ellos sabían que esta temporada iba a ser complicada y difícil. Les dije que íbamos a pasar momentos difíciles y complicados. Que íbamos a estar apremiados, pero que había que ser fuertes y dar la cara. Lo que ellos me pidieron a mí fue eso. Todavía quedaban 12 fechas para salvar la categoría, no sé cómo se rigen ellos, pero se tomó la decisión. Cuando vieron que estábamos un poco complicados, ahí cambió todo con respecto a lo que se me había pedido.
- ¿Se sorprendió entonces con la decisión de despedirlo?
- Sí, porque en ningún momento se habló de que, a lo mejor, podía ser el último partido, como en algún momento se quiso hacer entender. Tenía claro que la situación estaba difícil, pero también confiaba en lo que se me había pedido, que era salvar la categoría y que se iba a respetar eso. Los dirigentes sólo se plantearon la permanencia y, con respecto a eso, tenía que tratar de hacer mi trabajo con lo que ellos fueron capaces de entregarnos.

- De todas formas, era un proyecto riesgoso…
- Sí, a lo mejor haberles explicado a los dirigentes que la división está cada vez más competitiva. Los equipos se reforzaron fuertemente, la gran mayoría, y nosotros nos despotenciamos. Quizá tendría que haber sido un poco más duro. De todas maneras, hay cosas que nosotros analizamos y tenemos que seguir mejorando para potenciarnos como cuerpo técnico. Eso es parte de una evaluación interna. Entre los responsables de lo que estaba pasando con Puerto Montt no estoy sólo yo, hay responsabilidades compartidas, pero para afuera uno sabe que el único responsable va a ser el técnico. Lo tengo asumido y claro.
- Contaba que se moviliza constantemente por la ciudad. ¿Cómo reaccionaron los hinchas ante su salida?
- Eso me tiene contento y con una tranquilidad plena. Transito por acá todos los días, la gente me quiere y me respeta mucho. Los hinchas me llaman y me dan su apoyo y tranquilidad. Yo ando por Puerto Montt y miro a la gente a la cara. Puedo andar tranquilamente con la frente en alto, porque ellos saben cómo soy de jugado con mi trabajo y lo profesional y dedicado que soy. En la ciudad, me paran, me saludan, me conversan, me hacen notar que esté tranquilo, porque ellos saben que la responsabilidad de todo esto no fue solo mía.
- Cuando se fue hizo una crítica y dijo que una persona que recién había llegado al club (Sabino Aguad) tal vez incidió en su salida. ¿La reafirma?
- Ya no sé si vale la pena volver a hablar de eso. Mantengo mi palabra no más, pero de eso ya no quiero hablar. Lo dije bien claro y no soy de hablar una cosa y después, al día siguiente, decir otra.
- ¿Cómo son hoy sus días?
- Han sido días para compartir con toda mi familia. Estoy viendo ahora un emprendimiento, un sueño que teníamos como familia, que era lograr tener nuestro local acá en Puerto Montt, un restaurante. Estamos a poco de abrir para que la gente nos venga a visitar, a conversar también. Mucha gente ya sabe, muchos hinchas también y están esperando. Me ha ayudado a distraerme, he estado ahí con los maestros, pintando, ayudando, haciendo las compras. Viendo fútbol también, todos los partidos, porque uno no deja de hacer eso. El local se llama Austral Burger Bar. Vamos a tener productos del mar, carnes, también todo tipo de hamburguesas, sándwiches, las famosas pichangas, chorrillanas. Acá en el sur también se come mucha papa con diferentes tipos de salsas. Tendremos harta variedad en el menú.
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- ¿Ya está con ganas de volver a dirigir?
- Sí, por supuesto. Esta es mi pasión, es mi vida, es lo que he hecho toda mi vida. Jugué fútbol desde chico, logré ser jugador profesional y luego comencé mi carrera como técnico que es lo que yo quiero. También tengo claro que una rueda de resultados no óptimos no va a echar a perder lo que nosotros hemos hecho como cuerpo técnico. Tenemos ascensos en Tercera, Segunda, campeones con Puerto Montt. Hemos peleado casi dos ascensos a Primera.

