“Nunca pensé que mis redes serían un cementerio de jugadores... Palestino hace un trabajo enorme”
“Lograron que su comunidad hable de lo que pasa”, dice Leyla Hamed, periodista marroquí-española y seguidora del cuadro chileno.
En las dos primeras partes de su entrevista con AS Chile, Leyla Hamed habló sobre la conexión Chile-Marruecos en el Mundial Sub 20 y el recuerdo de Alexis Sánchez en Arsenal, club del que es hincha. Ahora, la periodista marroquí-española se refiere a un tema que la moviliza y emociona por igual: el sufrimiento de Palestina.
La comunicadora participa activamente en el apoyo hacia ese país a través de sus redes sociales, como artículos periodísticos vinculados a lo que sucede allí. De hecho, deja una frase cruda, pero que refleja su sentir. “Nunca pensé que mis redes sociales se iban a transformar en un cementerio de jugadores palestinos. Y se ha transformado en eso y además, en una documentación de violencia en el fútbol como yo nunca he visto en mi vida", cuenta.
A raíz de eso, también empezó a seguir la historia de Palestino, el club chileno que se ha hecho popular en todo el mundo por su apoyo a Palestina.
- ¿Cómo empezó su relación con Palestino?
- Había escuchado sobre el club, pero lo empecé a seguir cuando me involucré directamente en el tema. Me vi con un privilegio como periodista en el que podía dar voz e informar a la gente de lo que estaba pasando de manera honesta. Me sorprendí cuando supe que el club se fundó antes de la existencia del Estado de Israel. Eso te da un contexto muy importante. Al final, el fútbol conecta al público. Pienso que el pueblo palestino siempre ha sido muy deshumanizado, entonces hemos tenido que encontrar formas de volver a humanizar a esa gente. ¿Cómo hablo yo con alguien en Chile que le gusta el fútbol sobre lo que está pasando? Pues le cuentas la historia a través de su pasión y de alguna forma logras empatizar con ese público. En Palestino han hecho un trabajo enorme.
- ¿En qué lo nota?
- Han logrado que esa comunidad hable de lo que pasa. A mí me escriben muchos fans de Colo Colo, por ejemplo, y me dicen ‘soy de Colo Colo, pero a mí me encanta lo que hace Palestino’. Es muy bonito ver que incluso entre rivalidades, se va a dar esa conexión humana, que es lo que hemos visto también en el Mundial Sub-20.
- ¿Pudo tener contacto con el club?
- Sí, de hecho me regalaron una camiseta muy linda, a la que tengo mucho cariño, porque es muy especial para mí. Deseo poder ir pronto a Chile para vivir el club desde adentro.
“Sabía que se me iban a poner las cosas más difíciles y lo he sufrido, no voy a mentir, pero no me arrepiento”
- Pues mira, para mí fue muy sentimental (su voz se entrecorta), porque poco antes me pude poner en contacto con la familia de Suleiman, con su mujer y sus cinco hijos, que son muy jóvenes. Yo quería ofrecer ayuda, contar su historia y fue un encuentro muy humano. Me dijo: ‘los homenajes ya son muy tarde, porque mi marido ha estado aquí sobreviviendo al genocidio durante dos años, pero nadie le ha ayudado’. Al final lo de UEFA quedó solo en un gesto, porque a esa familia a día de hoy ni UEFA, FIFA o la Confederación de Asia se han puesto en contacto con ellos para ayudar de alguna forma.
- ¿Recibe mensajes ofensivos de quienes no están de acuerdo con su visión respecto al conflicto?
- Sí, pero a la misma vez ha habido muchísima gente que ha cambiado de opinión y es entendible por cómo se ha contado la realidad sobre todo en occidente. Ya son más de 400 futbolistas palestinos asesinados, entonces tenemos que contarlo de alguna forma, porque nunca hemos vivido una tragedia tan grande en el fútbol como lo que se está dando en Palestina. Si esto pasara en cualquier país de occidente sería portada de revistas. Pasó con Ucrania, que estoy muy de acuerdo de cómo se informó, pero ¿por qué no en Palestina?
- ¿Qué sintió cuando vio el boicot de los hinchas de Italia en el partido ante Israel?
- Me parece maravilloso, porque creo y juraría que no me equivoco cuando digo que probablemente sea la primera vez también en nuestra historia, que vemos tantos estadios unidos por una misma causa y exigiendo que la FIFA cumpla con sus propios estatutos, ya que los fans están pidiendo igualdad, porque se tomaron cuatro días para expulsar a Rusia después de su invasión a Ucrania. Entonces, ¿por qué después de dos años de genocidio aún no se ha expulsado a Israel? ¿Por qué se le deja participar a un estado que está cometiendo crímenes de guerra?
- ¿De qué forma le afecta, siendo futbolera, ver a Israel en este tipo de competiciones?
- Trae una mala vibra muy grande, no lo podemos negar. Aparte es innegable que la mayoría, por no decirte todos estos futbolistas, tanto del equipo nacional de Israel, como clubes, han sido soldados y probablemente hayan cometido crímenes, ya sean algunos en Gaza y otros en Cisjordania. Y luego los vemos traer su pasado militarizado a las canchas de fútbol, me parece horrible. Si en 2022 le hubiéramos preguntado a cualquier entrenador o presidente de club si hubiera fichado a un jugador ruso que haya participado en la invasión a Ucrania, te habría dicho que no. Eso no es lo único.
- ¿Qué otras cosas ve?
- Hay niños asesinados mientras llevan la camiseta de Cristiano Ronaldo, de Messi, del Liverpool, del Real Madrid... Los hinchas de los clubes israelíes vandalizaron Ámsterdam el año pasado, le pegaron a taxistas, arrancaron y quemaron banderas de Palestina... ¿Por qué aceptar esto si sabemos que estos fans tienen un pasado violento y racista? Y la FIFA lo sabe, porque esto lo lleva denunciando la Asociación de Fútbol Palestina durante décadas y no se ha suspendido ni sancionado a Israel ni una sola vez en décadas. Te metes a la página de FIFA y la semana pasada sancionaron a tal club o tal selección por nimiedades comparadas a lo de Israel. Los fans de Maccabi Haifa llevaron a un estadio una pancarta que decía que la vida de un niño israelí vale más que la de uno de Palestina. Para mí es muy triste, pero tenemos que hacer lo mejor que podamos.
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- ¿Dudó alguna vez de expresarse públicamente por miedo a perder posibilidades de trabajo?
- No dudé, pero no porque no supiera que iba a haber repercusiones. Yo sabía que las habría, pero si estudié periodismo es porque me quiero dedicar a contar la verdad. Esa es parte de la ética de mi trabajo, cualquier persona debería hacerlo. Nos tenemos que dar cuenta que nosotros que vivimos lejos de la opresión tenemos un privilegio y si no utilizamos nuestra voz para contar la verdad ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer? Sabía que alguna oferta se me iba a ir, que se me iban a poner las cosas más difíciles y lo he sufrido, no voy a mentir, pero no me arrepiento ni un solo momento de lo que he hecho. Me siento muy orgullosa de haber podido contar tantas historias dentro del deporte palestino.