“Para mi hijo, estar en la Roja es un sueño... Él quiere ser el número uno de Chile”

Hirian Vigoroux, padre del portero Lawrence Vigouroux (30), atiende el llamado de AS desde Londres y lo hace con entusiasmo. Sin lugar a dudas, la presencia de su hijo en la Roja, con miras a la doble fecha eliminatoria, lo llena de orgullo y felicidad. “Es un logro grande para él y la familia. Siempre he querido que esté en la Selección”, dice.

El protagonismo de Lawrence en Swansea City, equipo del Championship inglés, fue clave para que Ricardo Gareca se fijara en él. “Se acomodó bien en el club, es el arquero número uno ahí y está en una de las mejores ligas del mundo. Apenas fichó, todos dijimos ‘ahora sí que cómo no lo van a llamar a la Roja’. Si no lo llamaban ahora, ya no lo iban a hacer... Siempre tuve fe de que eso iba a ocurrir”, afirma Hirian. En la segunda parte relata su presente en el Swansea y su breve paso por Chile. “Él estaba solo, sin su mujer, sin sus hijos, tirado en Viña del Mar; yo me indignaba”

- El esfuerzo de Lawrence ha dado sus frutos...

- Él tiene un estilo de juego muy lindo, que se lo copió a Claudio Bravo, porque él lo miraba de niño. Siempre fue de jugar con los pies y tiene estatura... De a poco ha ido subiendo y ojalá algún día lo prueben en la Selección. Estoy feliz de que lo llamen, aunque sé que no va a jugar, porque Gareca está en un aprieto: si se pierden estos partidos, olvídate del Mundial. Yo les digo a mis hijos que las cosas se dan por algo.

- Se nota que usted sueña con ver a Lawrence en el arco de la Roja...

- Sí, eso es lo que quiero. No quiero que vaya y esté de segundo o tercer arquero. Quiero que lo prueben y lo hagan jugar, para que digan ‘este tiene pata’ o ‘realmente no pasa nada, mándenlo de vuelta para Inglaterra’.

- Felizmente, se le han dado las cosas, a pesar de los obstáculos que se le han puesto en el camino...

- Y ahora, estar en la Selección, es un sueño para él. Quiere darse a conocer y ser el número uno. No es porque sea mi hijo, pero él va a ser el número uno. Te acordarás de esta conversación... Lo será, porque cumple con todos los requisitos para serlo y mejor que cualquier otro arquero que tengamos en Chile. Yo soy bien centrado y soy de los que les digo a mis hijos: ‘Mira, si tú no estás más arriba, es porque no das más y debes ser feliz donde estás’. Pero si yo veo que pueden dar más, digo ‘dale. Empuja, lucha y pelea’. Él es arquero de primera calidad y lo va a demostrar.

- ¿Qué ha conversado con su hijo en estos días?

- Bueno, he sabido que lo ha hecho muy bien en los entrenamientos. Antenoche hablé con él y me dijo que estaba muerto, porque le habían dado duro (ríe), aunque él ya tiene el ritmo de acá. Está contento. Yo le dije un día que, por la confianza con la que lo veo, va a funcionar en cualquier equipo. Es imposible que él no triunfe, algún día se le va a dar la oportunidad. Ahora nadie puede decir nada del equipo en el que él está.

- ¿Qué otro consejo le da a Lawrence?

- Bueno, siempre he dicho que la felicidad se tiene de a poco y que no hay que aspirar a mucho, porque cuando uno aspira a mucho y no resulta, hay frustración. Él es un hombre feliz, responsable, tiene tres hijos preciosos, una mujer linda, una vida decente y tuvo unos papás que siempre le mostraron lo que son los valores.

- Apuntan alto con Lawrence...

- Él me dijo ‘ahora que estoy acá y juego en una liga que es mejor que la chilena, lo mínimo que pueden hacer es probarme’. Él está con ansias de poder decirle, no solamente a Gareca, sino que a todo el mundo, ‘oigan, este es mi estilo de juego’. Él está feliz y muy orgulloso de ser chileno. Desde pequeñito me pedía que lo hiciera chileno (N. de la R: Lawrence nació en Inglaterra, pero su padre es chileno y su madre, jamaicana).