Partió como DT y lo echaron tras un triunfo: “La evaluación no fue profunda”
Su labor se extendió por cerca de 10 meses y comenzó en 2022 con el equipo al borde del descenso en la B: “Queda la tranquilidad de haber entregado todo”.


En mayo, Cristián Muñoz se convirtió en el primer entrenador en dejar su cargo en el Campeonato Ascenso 2023. El ex volante había asumido en agosto del año pasado, evitando finalmente la caída a Segunda División de Santiago Morning en su debut como DT, pero tuvo que dejar el cargo. Fue tras la victoria por 2-1 ante Rangers y generó sorpresa pues el cuadro metropolitana se encontraba a cuatro puntos del último cupo en la liguilla por el segundo ascenso. Semanas después de su salida, Muñoz conversó con AS Chile.
“Cuando uno trabaja, cuando se dedica a lo que hace, las sensaciones son positivas. La tranquilidad que te queda es de haber entregado todo, de que lo que quisiste implementar dentro del club funcionó. Independiente de que hubo desvinculación del club hacia nuestra parte, llegando a un acuerdo, la sensación igual es positiva. Soy un técnico que tuvo su primera experiencia, tengo 26 partidos dirigidos en Primera B y eso es importante”, manifestó el técnico nacional.
“Además está el hecho de que el año pasado habíamos salvado al equipo del descenso. Este año en las primeras fechas habíamos estado dentro de los puestos de liguilla y después tuvimos una pasada que no fue muy buena. Fue cuando se cambiaron las localías y estuvimos un mes completo como visita. Después, cuando volvimos a jugar le ganamos a uno de los equipos que es candidato al título. El balance es positivo en cuanto al trabajo, en cuanto a la idea y a lo que uno piensa sobre cómo tiene que jugar un equipo. Nos fuimos conformes, pero a veces se evalúa mucho el resultado en un proceso y eso termina definiendo todo”, agregó Muñoz.
- ¿Qué autocrítica realizó?
- Yo creo que, cuando uno comienza, hay muchas situaciones que desconoce, cosas que uno va vivenciando en el proceso. Hay un aprendizaje constante cuando uno es técnico. La situación el año pasado cuando llegamos a salvar el equipo fue muy diferente a lo que me tocó ahora. Fue desde el comienzo del torneo, partimos de cero, con una base. Sí, hice una autocrítica en el tema de cómo uno va viendo las situaciones y cómo se va manejando, o cómo va determinando su actuar como técnico. También hay un análisis en la metodología, en los trabajos, en las formas de juego. Eso todos los técnicos lo tienen, es parte del crecimiento.
- Salió tras la victoria contra Rangers. ¿Lo sorprendió el momento?
- Mira, yo creo que el proceso estaba bien encaminado. Uno no puede pretender que con un equipo nuevo estés puntero de la noche a la mañana. Si uno analiza los rivales en la B, los que están punteros son los equipos que han mantenido una base y eso nosotros no lo teníamos. El equipo era totalmente nuevo. Trajimos jugadores con proyección, de Segunda División, otros que venían con pocos minutos dentro de la B. Iban a necesitar una adaptación al equipo, es parte del aprendizaje que uno va teniendo. Los errores que uno comete en ciertos partidos después se van mejorando. Sí es determinante el tema de los objetivos y ahí había que estar dentro de la liguilla, algo que en algunas semanas no logramos.

- Todavía tenían margen de acción…
- El torneo es largo, salimos en la fecha 12, estando a cuatro puntos de la liguilla y a 10 del último. Entonces creo que la evaluación pudo haber sido un poco más profunda para tomar decisiones o quizás seguir con el proceso. Nosotros teníamos constantemente entrenando jugadores de la cantera, Byron Torres debutó en la Copa Chile y fuimos haciendo un mejoramiento con los de casa. Estuvieron constantemente citados y eso también es un proceso importante. No pasar a jugar de inmediato, ir viviendo las citaciones, viendo cómo integrar un plantel, que es lo que yo quería. Creo que podríamos haber hecho un poco más hasta el término de la primera rueda. Ese era el momento importante para hacer un balance.
- ¿Cómo fueron esos primeros días posteriores a su salida?
- Uno como técnico siempre se está preparando. En Chile, es muy difícil que los equipos sigan un proceso, no lo sostienen. La otra vez escuchaba algo muy interesante. Decían ‘nosotros somos un proceso, no somos resultado’. Si un proceso es efectivo y bueno, los resultados van a llegar, tarde o temprano. Porque si nosotros nos empezamos a regir por resultados, tendríamos que salir cada vez que perdamos, pero después de eso hay una lectura. Si el equipo juega o no juega, si tiene una idea clara, si se están respetando los fundamentos que quiere la institución. Si hay proyección de jugadores de casa, que estén integrados, si el equipo tiene la intención de que estos jugadores sigan su desarrollo.
- También se evalúan los rendimientos individuales bajo la gestión de un DT…
- Mira, como hay clases A, B y C en Primera, es algo normal y real que en la B existan jugadores que hay que esperar más que otros. Por algo existen los presupuestos en los clubes. Por ejemplo, Cobreloa cuenta con planteles que vienen de una base más completa, con jugadores más calados. Nos quedamos con la tranquilidad de que se hizo bien, quedé tranquilo.
- ¿Después vio al equipo o se quiso alejar de todo por una etapa?
- Lo he visto, sigo a toda la B. Se generaron cambios, después de nuestra salida y en las tres fechas siguientes, se obtuvo un punto. Nosotros íbamos a jugar contra el colista, iba a ser una buena oportunidad por cómo venía jugando el equipo. Fue importante ganarle a Rangers y son decisiones que se toman nomás. Esto es parte del fútbol.
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- ¿Qué viene ahora para usted?
- Estoy perfeccionándome, estudiando, mejorando. Seguir implementando las situaciones que uno quiere, porque cada realidad es diferente a otra, cada proceso es distinto. También sacando conclusiones y siento que este es un proceso importante, de aprendizaje, de seguir estudiando, de seguir capacitándose para estar preparado. No puedo dirigir hasta fines de julio, cuando se cumplirán los dos meses, y desde ahí estoy abierto para ver otro proyecto. Eso es lo que espero.

