Pasó por Colo Colo, trabaja en USA y ahora volvió a Chile para jugar por un equipo amateur

Danilo Bustos (33) es uno de los nombres más llamativos del Deportivo Bories de Puerto Natales. El volante tiene pasado en Colo Colo y la Roja, y en el duelo ante Deportes Puerto Montt por la Copa Chile pretende demostrar esa experiencia. “Si somos inteligentes y lo trabajamos bien, podemos hacer daño”, afirma a AS.

- Me comentaron que usted vino a Natales a jugar por el Bories desde Estados Unidos...

- Sí (ríe). Siempre que vengo de vacaciones juego por el Bories, así que viajé a eso y aproveché de ver a la familia. Llegué el jueves de la semana pasada.

- ¿En qué trabaja en Estados Unidos?

- Soy ingeniero civil en informática y trabajo en el área de Big Data e Inteligencia Artificial. Estoy radicado en Atlanta hace tres años y medio, y la calidad de vida es espectacular. Todo funciona de buena forma.

- ¿Cómo visualiza el partido con Puerto Montt?

- Será súper difícil. No creo que debamos salir a jugar de igual a igual... Quizás tendremos que esperar un poco, ver cómo se da el partido y después hacer lo nuestro.

- Hábleme de su etapa en Colo Colo. ¿Cómo la recuerda?

- Estuve de los 12 a los 18 años y fue una etapa súper linda. Tenían más años que yo, pero me tocó compartir harto con Matías Fernández, Arturo Vidal, Cristóbal Jorquera... Después también fui seleccionado juvenil. Estuve con José Sulantay y fuimos a dos Sudamericanos (uno Sub 15 y otro Sub 17). No alcanzamos a llegar al Mundial, pero estuvo entretenido.

- Una linda experiencia, ¿no?

- Sí, porque al final uno aprende mucho. Me tocaron técnicos como Jaime ‘Pillo’ Vera y Claudio Borghi. A veces entrenaba con el primer equipo y una vez también concentré. Fue una súper linda experiencia y no me arrepiento de nada.

- ¿En qué momento decidió dejar el fútbol?

- Dejé Colo Colo por la universidad. Cuando entré ahí me di cuenta que tenía un talento para las matemáticas, un pensamiento analítico, y definitivamente era un camino mucho más seguro que ser futbolista. En ese tiempo se combinaban dos categorías, la juvenil era de 17-18 años, otros se iban a préstamo y había mucha incertidumbre. Y al final, como el puntaje me había dado para entrar a Ingeniería Civil en la Universidad de Santiago, claramente no tenía por dónde perderme (ríe).