Entrevista AS

Pasó por los tres grandes y brilla como DT: “Le hablo con honestidad a los jugadores”

Debutó en la B y tuvo un inicio de año problemático. Ahora disputa el paso a la liguilla por el ascenso: “Estuve cerca de irme, pero el equipo agarró madurez”.

Francisco Arrué es parte del selecto grupo de quienes vistieron la camiseta de Universidad Católica, Colo Colo y Universidad de Chile. Hoy, eso sí, el ex volante vive otra etapa y avanza en el momento inicial de la carrera como DT. Al mando de San Marcos, y tras un comienzo de temporada difícil en el Campeonato Ascenso 2023, disputará el paso de los ariqueños a la liguilla por el segundo cupo en Primera División. Arrué dialogó con AS Chile.

“Siento que voy creciendo como entrenador. Cuando me retiré de jugador y partí, era un convencido de ir quemando etapas. Comencé en Segunda División y estuve allí dos años, en Colchagua y después en Trasandino. He ido evolucionando, hay situaciones que se dan en el día a día y te permiten crecer. Son otro tipo de jugadores también, más maduros, más avezados. Tuve la fortuna de liderar a varios equipos en mi etapa de jugador y ahora he repetido esa forma de liderar con este plantel”, manifestó Arrué.

- ¿Hubo situaciones negativas también?

- Claro, uno no hace todo bien, también se equivoca. Siento que he tenido la humildad para reconocer errores e ir mejorando. Eso los jugadores lo perciben y lo valoran. Siempre les hablo con honestidad y franqueza, sobre todo cuando me equivoco. Les hablo abiertamente y hasta ahora eso ha dado buenos resultados. Veo un equipo contento, los veo felices en los entrenamientos, sin perder por supuesto la seriedad que uno quiere como entrenador. Eso me tiene tranquilo e ilusiona, pero entiendo que esto es fútbol y es resultados. Hay que ganar, esto es así. Por mucho que uno pueda jugar bien, al final lo que prevalece son siempre los resultados.

- ¿Tiene metas importantes? ¿Quiere llegar a Primera División y también le gustaría dirigir en un grande?

- Por supuesto, pero yo creo que hay que ir quemando etapas. Empecé en Segunda División, ahora estoy dirigiendo en Primera B y el tiempo y Dios dirán, yo soy muy creyente. Las cosas tienen un propósito y se tiene que dar en el momento en que se tienen que dar. Lo único que puedo asegurar es que mi forma de trabajar va a ser la misma y mejor, pasando el tiempo. Claro que me proyecto, me gustaría dirigir en Primera, irme a dirigir al extranjero. Hay sueños que uno tiene como entrenador y yo trato de visualizarme, pero tengo también los pies en la tierra, porque esta carrera es súper inestable.

- Como en el comienzo del torneo, cuando San Marcos cayó consecutivamente en las fechas iniciales…

- Claro, por mucho que el equipo juegue bien, si no ganas te tienes que ir. Acá estuve a poco de irme en las seis primeras fechas. En las cuatro primeras jornadas no gané, recién empaté en la quinta y en la sexta le ganamos al puntero. De ahí, el equipo la agarró y no la soltó más. Claro que ha habido algunos resultados negativos, pero siento que ahí el equipo agarró la madurez y no ha bajado más la forma de jugar.

- ¿Cómo organizó su vida en Arica? ¿Ha conocido algunos lugares?

- Mira, la verdad es que no. Mi rutina es del departamento, al complejo (deportivo) y de vuelta al departamento. Al Morro fui cuando vino mi familia en el verano, tengo hijos grandes que están estudiando, mi mujer también trabaja. Creo que he ido tres veces a la playa en estos casi nueve meses que llevo en Arica y vivo al lado. Cuando uno abraza esta profesión, a veces el tiempo es poco. Llego a las siete de la mañana al entrenamiento, nosotros tomamos desayuno y almorzamos allá, eso también hay que destacarlo. Llego a la casa a las cuatro o cinco de la tarde y llego a ver fútbol o los entrenamientos. Eso es todo los días y al final el tiempo se te hace poco.

Momento decisivo

- ¿Siente que pueden acceder a la liguilla?

- Mi mensaje a los jugadores ha sido no pensar en el objetivo, sino que enfocarnos principalmente en el partido que viene. He tratado de gestionar las emociones que pueden tener los jugadores para mantenerlos tranquilos, con los pies en la tierra, humildes, como ha sido el equipo durante todo el año. La única forma de lograr el objetivo es que el partido siguiente sea el más importante, que todas las energías se vayan ahí. Y si logramos el resultado, maravilloso.

- Es su primera experiencia dirigiendo en el Ascenso. ¿Con qué se encontró en la categoría?

- Veo mucho mucho fútbol y estaba al tanto de la división. Sí al asumir acá, se decía que se juega mucho al pelotazo. Creo que eso depende mucho de los técnicos, porque a mí me gusta mucho salir jugando, que haya juego elaborado, pero que el ataque sea rápido. Siento que el jugador lo puedo hacer y lo hemos trabajado desde fines de noviembre que estoy en Arica. Se ha podido implementar, nos costó al comienzo, pero se ha dado.

- Algunos equipos, eso sí, desarrollan la forma típica de la división…

- Sí, siguen con esa forma de jugar mucho al pelotazo, pero hay otros equipos que me han sorprendido. Antofagasta juega muy bien, juega al fútbol, lo mismo que la Universidad de Concepción. Uno va puntero y el otro va peleando abajo, pero juegan muy bien.

- ¿Se siente satisfecho con lo exhibido por San Marcos?

- Sí, totalmente, me siento representado por el equipo. Desde que comenzó el torneo, el equipo ha jugado de la misma forma, aunque antes cometimos más errores. Hemos dado un paso más en lo defensivo, porque cuando uno propone corres riesgos y al final terminas perdiendo contra equipos que te juegan más al pelotazo y al final te encuentran mal parado. Me gustan los equipos que salen jugando, que son agresivos, que presionan alto, y en las transiciones ‘robamos’ (el balón) y vamos hacia adelante. Ahora esto es de todos los días. Hay que entrenar, seguir convenciendo, pero siento que hay una identidad del equipo, que mis pares después de los partidos también me lo han hecho sentir.

- ¿La gente en Arica le pide que el equipo cumpla con ciertos requisitos?

- Mira, regularmente se jugaba acá de la misma forma como juegan muchos equipos de la categoría, muy directo y mucho pelotazo. Lo que sí quiere la gente es que haya agresividad futbolística, eso no lo transa. Pero también le gusta jugar bonito, al presidente le gusta esa forma y por eso también terminaron contratándome a mí, por cómo jugaban mis equipos en Segunda División. Desde antes, la gente ha pedido que el equipo sea aguerrido, agresivo. Eso yo he tratado de promoverlo, porque fue una de las características que también tuve como jugador.

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