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CHILENOS POR EL MUNDO

“Paulo Díaz volvió a defender como si fuese un amistoso, no jugó una semifinal de Copa Libertadores”

El chileno fue uno de los más criticados en la dura caída de River contra Atlético Mineiro. La prensa argentina no lo perdonó.

“Paulo Díaz volvió a defender como si fuese un amistoso, no jugó una semifinal de Copa Libertadores”
EFE/ Joao Guilherme

Este martes, River Plate quedó al borde de la eliminación en la Copa Libertadores 2024. El conjunto de Marcelo Gallardo perdió 3-0 contra Atlético Mineiro en Belo Horizonte, por lo que en la revancha deberá ganar con una diferencia de tres goles para, mínimamente, ir a penales. En la triste noche riverplatense, uno de los más criticados fue Paulo Díaz.

El DT de River sorprendió con la posición del chileno, quien jugó como central derecho en una línea de tres junto a Germán Pezzella y Leandro González Pirez. Normalmente, Paulo Díaz juega como central izquierdo en una línea de cuatro, compartiendo la zaga con Pezzella. Sin embargo, contra Atlético Mineiro jugó por el otro sector y se vio sobrepasado. La apuesta no resultó y en Argentina, los medios deportivos no dudaron en criticarla.

En una escala de 1 a 10, TyC Sports calificó a Paulo Díaz con un 3 y lo criticó duramente. “El primer gol de Deyverson marcó lo que fue su partido. Al trote, volviendo a defender como si fuese un amistoso. No jugó una semifinal de Copa Libertadores”, detallaron.

En Olé coincidieron con la nota, aunque su análisis fue menos descarnado. “Quedó muy lejos de Pezzella para proteger la espalda del líbero en el gol de Deyverson, desvió accidentalmente la pelota en el 3-0 y fue anticipado por el 9 en un cabezazo desviado. Salió desde el fondo con pases largos”.

Estas críticas se suman a varias otras que ha acumulado post Copa América, dado que regresó desde la Selección y bajó considerablemente su nivel respecto al primer semestre, donde había sido el mejor jugador del club junto a Miguel Borja.

El próximo martes, en Buenos Aires, Díaz y compañía buscarán revertir una llave casi imposible. Y, de paso, cambiar la cara de un rendimiento decepcionante.