Protagonizó la jugada más insólita de la B: “Se me vino el mundo encima”

El volante Alfred Canales (22) vivió los 30 segundos más extraños de su carrera. Su club, Universidad de Concepción, igualaba 2 a 2 ante Santa Cruz, cuando llegó un momento clave. A los 91 minutos, Job Bogmis fue derribado dentro del área por Joaquín Aros y los penquistas se vieron ante la gran opción de sumar tres unidades.

Canales, a préstamo desde Audax, había ingresado a los 65 minutos y no dudó en tomar la pelota, No le importó llevar solo tres partidos en el club ni que otro fuera el designado. “Le dije a Gustavo (Guerreño) que estaba con confianza y él me dio la posibilidad”, cuenta en diálogo con As.

Lo que pasó después es increíble y lleno de giros inesperados.

- ¿Cómo recuerda todo lo que pasó en ese momento?

- Me enfoqué en el penal y tuve la mala suerte de que la pelota se fue al travesaño. Se me vino el mundo encima, no sabía qué hacer, estaba bajoneado al máximo, no pensaba en nada más que en cómo me perdí ese penal y en lo que pasaría después del partido.

- Después se le vio agarrándose la cabeza un par de veces mientras la pelota seguía en el área...

- Ahí, después de lamentarme, dije ‘ya, la pelota sigue aquí, hay que pelearla’. Vi que mis compañeros seguían metiéndole, apareció el balón y lo primero que pensé es en ir al suelo para hacer una chilena o una tijera. Anoté el gol y fueron mucha emociones, fue un alivio bastante grande, algo increíble. Después del partido, mis compañeros me felicitaron, me decían que por qué no me gustaba hacer goles fáciles, jajajá.

- En estas semanas en la U. de Concepción, ¿cómo cataloga el trabajo de Miguel Ramírez?

- Nada que decir, es muy bueno. Solo nos pide ser guerreros, que luchemos, le encanta la intensidad y nos pide que sigamos peleando siempre.

- ¿Qué objetivos tiene para su futuro?

- A fin de año tengo que volver a Audax Italiano, porque aún me queda contrato. Me gustaría pelear un puesto ahí, ganarme la titularidad y mantenerme.