“Pude ir a la Lazio y al Parma, pero Colo Colo no me quiso vender”

Sebastián Toro era uno de los grandes proyectos de la cantera de Colo Colo. El zaguero debutó en el ‘Cacique’ en 2008, bajo la conducción de Marcelo Barticciotto, y llegó a ganar tres Campeonatos Nacionales con la camiseta alba. En la cancha sobresalía por su garra y algunos, incluso, lo comparaban con Arturo Vidal.

Sin embargo, el tiempo pasó y Toro se fue quedando. Le costó mantener un equilibrio y al final, tras salir del Monumental y sumar pasos por Deportes Iquique, Ñublense, Junior de Colombia, Palestino, Laçi de Albania y Deportes Colina, se retiró en Unión San Felipe en 2021, con apenas 31 años.

Hoy, el ex defensa conversa con AS y repasa su carrera: “¿Por qué me retiré tan pronto? Pasa que me corté los ligamentos... Quizás pude seguir jugando, pero no me sentía cómodo. Y después, bueno, me surgió un negocio de turismo, algo que gracias a Dios es bueno, y me dediqué a eso. No le di mucha más vuelta al tema”.

- ¿Algún club lo intentó seducir para volver a jugar en este tiempo?

- Sí, estuve entrenando en Barnechea y San Joaquín. Para mí, el fútbol siempre es lo primero, es lo que más me gusta hacer, lo que hice casi toda mi vida, pero no me sentí cómodo. Gracias a Dios tengo otros negocios y me dediqué de lleno a eso.

- En Colo Colo, usted era sindicado como el gran proyecto en la defensa, pero luego le costó mantenerse. ¿Qué pasó?

- Hubo inmadurez de mi parte. Cuando no quisieron venderme afuera, fui muy inmaduro. Cometí errores y eso siempre repercute. Tenía la posibilidad de ir a la Lazio y al Parma, pero no le doy mucha más vuelta al tema, porque si no me volvería loco.

- Eso fue a fines del 2010, ¿no?

- Sí, a fines de ese año y a principios del 2011. Ahí andaba en una gira en Estados Unidos con la Selección, con Marcelo Bielsa, y se supone que yo volvía y me iba. Pero bueno, no quisieron de acá y yo, inmaduro, cometí algunos errores. Ese año fue complicado... Después tuve que salir y gracias a Dios me fue muy bien en Deportes Iquique y allá me reencanté. Luego tuve una oferta de un equipo mexicano, pero en un entrenamiento me quebraron el peroné.

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- ¿Cómo era el camarín de Colo Colo en su tiempo?

- Era complicado, pero no sé... Si te tengo que hablar de un símbolo, que me enfocaba y siempre hizo lo mejor, ese es ‘Kalule’ (Meléndez). Junto a Miguel Riffo, otro tipo espectacular, era uno de los más fuertes del grupo. A mí me retaban, porque yo era chico y todo, pero me llevaba muy bien con ellos. ‘Kalule’ es un ejemplo a seguir.

- ¿Qué le decían?

- Cuando salimos campeones en 2009, en Santa Laura, yo no tenía contrato profesional. O sea, perfectamente podría haber salido, sin darle ningún peso al club, y la cosa es que ‘Kalule’ me ayudó en las negociaciones. Él se peleó por mí (ríe)... Después me decía cómo jugar, qué cosas hacer, cómo posicionarme en la cancha. De vista, ‘Kalule’ no es muy agraciado, pero por dentro es una persona maravillosa.

- Usted decía que cometió errores en el camino. ¿Puede hablar de ellos?

- Prefiero no decirlos, porque ya di vuelta la página hace mucho tiempo. Ahora también tengo una escuela de fútbol y tengo que hacer que los niños no cometan los mismos errores. Cuando jugaba y ya era más maduro, a los más chicos les decía ‘hay tiempo para todo, pero hay cosas que no se deben hacer’.

- ¿Cómo fue su paso por el Junior de Barranquilla?

- Después de Brasil, para mí, el fútbol colombiano es el segundo más fuerte de Sudamérica. No es muy visto en Chile, pero el nivel que tiene la liga... Hay ocho clubes grandes que, para partir, te pagan muy bien, y los que no son grandes, tienen muy buenas inferiores.

- Usted también jugó en Albania...

- Albania (ríe)... Yo lo pasé muy bien y el dueño del equipo (Laçi) me quería mucho. Te cuento una anécdota: yo tenía un año más de contrato allá, pero yo no quería estar. Tenía la opción de irme a la India y ellos (los dirigentes del club) llamaban a mi familia, a mi esposa, y le preguntaban qué es lo que necesitaba para que yo siguiese en el equipo (ríe). Yo la pasé muy bien, clasificamos a Europa League y gracias a Dios anduve muy bien... Por eso el dueño me quería, pero nos costó con el colegio de los niños, porque el idioma era muy complicado.

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