ENTREVISTA AS
“Recordé la violencia intrafamiliar y los problemas de alcohol de mi padre; fue difícil”
Mario Lepe repasó en AS el desarrollo del libro “Capitán”, su biografía. Según dice, le sirvió como catarsis: “Entendí mis comportamientos”.
Desde el pasado 2 de mayo está disponible en librerías “Capitán” (Planeta), la biografía de Mario Lepe, escrita por el periodista y columnista de AS.com, Cristian Arcos. En el relato, el ídolo de Universidad Católica repasa su difícil infancia en medio de una familia disfuncional, donde debió soportar el alcoholismo de su padre y los malos tratos de éste hacia su madre, entre otras cosas. Pese a que el ex volante siempre tuvo la intención de narrar su historia, recién pudo concretarse ahora.
“A mí me decían ‘oye, tienes una buena historia, deberías escribir un libro’. Pero nunca resultó. Hasta que hace un tiempo me llamó Cristian (Arcos) diciéndome que quería hacer uno enfocado en la biografía de algún jugador conocido y consideró que mi historia era entretenida. Yo me tomé unos días para pensarlo, porque el hecho de contar, de repente, puede resultar muy duro, muy fuerte. Pero le dije que sí al final y estuvimos cerca de un año conversando”, dice Lepe, en AS.
- ¿Le costó entrar en confianza y revelar vivencias complejas?
- Bueno, al principio me costó entrar en ritmo. Le respondía cosas como qué hacía de chico, cómo era mi familia, dónde jugaba. Pero después se fue dando de a poco. Entré en la dinámica, pero es difícil. Constantemente tuve que hablar de mis problemas de familia, del hacinamiento, de mi papá, el alcohol, las peleas, la violencia intrafamiliar. Esas cosas iban apareciendo. Después Cristian le dio un norte, lo ordenó e hizo un muy buen libro, creo yo. Es una buena historia para los chicos que quieren jugar fútbol y lograr éxito. La fe siempre hay que mantenerla.
- ¿Fue catártico hablar de cosas que, quizás, hace tiempo no hablaba con nadie?
- Sí, creo que sí. Aunque al principio no lo vi de esa forma. Después noté que me empezaba a tomar mis tiempos para contestar. Conté cosas que no vieron otros, que ni mis hermanos, ni mi mamá, ni mis tíos saben que hice. Relaté los esfuerzos con los que cargué y que muchos no saben. Y me sirvió para entender mis comportamientos también. Por qué uno es así en el día a día, por qué cambié con el pasar de los años. Yo no fui un inocente niño ni un angelito, pero sí tuve muchas cosas claras desde pequeño que me hicieron lo que hoy soy. Hace unos… ¿30 años que no me mando una embarrada? (sonríe) Es por algo. Yo no quise ser igual a mi padre, ni a los demás padres que vivían en la población.
- Usted lidió además con múltiples lesiones, varias de ellas muy graves. ¿Cómo toleró todos esos períodos de rehabilitación?
- Es difícil porque te encuentras muchas veces sólo. Tienes que ir a entrenar mientras otros están de vacaciones, mientras otros se divierten. Y pasarlo una vez, puede ser, todos los futbolistas se lesionan. Pero pasarlo cinco o seis veces… Mi última lesión fue de casi un año. Es difícil lograr esa constancia en la rehabilitación, que muchas veces es tan tediosa, tan solitaria. Uno puede decaer o no seguir, pero la misma vida que llevé cuando niño me hizo soportar ese tipo de cosas, yo creo.
- ¿Cuál cree que es la principal enseñanza que deja el libro?
- Yo nunca pensé ser profesional. No era como muchos de los chicos de hoy, que quieren ganar plata, jugar en equipos grandes. Yo veía muy lejos esas opciones. Tenían que pasar muchas cosas, desde el apoyo de los padres hasta hacerlo bien en un momento determinado. Fue difícil. Por eso, lo que digo en el libro es que, a pesar de las dificultades, todo se puede lograr con mucho sacrificio. Hay decisiones que son difíciles de tomar, momentos complejos, pero siempre se puede.
- Para usted, como emblema de la UC, ¿qué tiene el club que los demás no?
- Primero te tratan como persona y después como futbolista y eso es vital. Para mí es importante que la competencia no se coma a la formación. Hoy hay tanta competitividad que eso es lo que pasa, nos olvidamos que son personas. Yo creo que esa es la diferencia. En la UC te enseñan formas, valores, la honestidad… Cosas que son muy importantes y que a la larga te sirven no sólo para el fútbol.
- Usted decidió quedarse toda su carrera en la UC. ¿Por qué hoy es cada vez más difícil ver replicada esa situación?
- Hoy en día las cosas han cambiado. Lamentablemente es así y uno tiene que entenderlo. Hay poco espíritu de club, ya no es como antiguamente. Pero bueno, se debe a muchos factores, desde la forma de juego hasta la manera en cómo se hacen las transacciones. También es más fácil salir al extranjero, antes no lo era. Yo creo que se ha perdido ese espíritu que te mencioné.
- Hoy trabaja en la captación de jóvenes talentos en Cruzados. ¿Cree que las nuevas generaciones son mas frágiles psicológicamente?
- Yo creo que hay que trabajar mucho la parte psicológica, indudablemente. Y darle más poder de decisión a los chicos, hasta en la misma cancha. Que la génesis del fútbol no se pierda por la estructura de los equipos. A veces los equipos funcionan como “ya, este pasa para acá y este otro para allá y jugamos así”. Se ha perdido la toma de decisión de los chicos. Hay que cambiar eso.