Entrevista AS | Parte I

Se formó en Colo Colo, lo atropellaron y se tuvo que retirar del fútbol: “Era para no querer seguir viviendo”

En 2006, fue embestido por un automóvil en Arica cuando actuaba por San Marcos. Tenía sólo 23 años: “Se puede revertir todo en la vida”.

La carrera de Alberto ‘Makanaky’ Godoy fue corta y muy intensa. Se inició en el fútbol formativo de Colo Colo, tras llegar al Monumental desde Copiapó, pero cuando tenía sólo 23 años debió retirarse del profesionalismo, a causa de la amputación de un pie luego de ser atropellado en el centro de Arica. Entonces, era una de las figuras de San Marcos. Hoy, el ex delantero, quien también actuó por Curicó y Copiapó, completó más de una década al mando de la escuela de fútbol oficial de los albos en la capital de la Región de Atacama y conversó con AS.

“Me llena por completo ser entrenador y poder entregar mis conocimientos y mi experiencia de vida. En el fondo, es una motivación especial para los niños ver que su profesor, a pesar de la discapacidad que tiene hoy día, puede ser una muestra de que se puede revertir todo en la vida. Siempre les pongo como ejemplo lo que me sucedió a mí”, sostuvo Godoy, de 40 años.

- Fue un hecho completamente inesperado y fatídico…

- Claro, salí de una práctica de fútbol y al otro día te encuentras con que no vas a poder seguir jugando, porque te van a amputar un pie. Te cambia todo el sentido de la vida por completo. Recuerdo que a la semana siguiente del accidente me iba ir a México a jugar a una filial del Atlas y se cayó todo. De un momento a otro cambia la vida, hoy tengo una discapacidad por la apuntación del pie. Gracias a Dios, el doctor que me operó y todas las manos médicas que estuvieron a cargo de mí me dejaron bien para poder seguir desarrollándome en la actividad que a mí más gusta, que es el fútbol. Igual juego, de repente me invitan… eso me ayuda mucho psicológicamente.

Godoy en la escuela de fútbol Colo Colo Copiapó.

- ¿Resultó difícil lograr la estabilidad?

- Hoy día me encuentro bien, mentalmente bien. Si uno mira desde afuera, era para no querer seguir viviendo, aparte de que yo tenía condiciones, me veía proyección. Desde que hice los cadetes en Colo Colo, con Claudio Bravo, (Jorge) Valdivia, (Gonzalo) Fierro y (Miguel) Aceval, casi toda mi generación llegó a jugar fútbol profesional. Estaba dentro de esa generación y destacaba dentro de ella. Pasar de ese momento al que vivo hoy día fue difícil, pero sí me ayudó mucho seguir dentro del fútbol.

- ¿En qué forma lo limita la discapacidad?

- Tengo una vida casi normal, en un 90 por ciento. Solamente me acuerdo de que tengo una discapacidad cuando me voy a acostar en la noche al sacarme la prótesis. En la mañana, me pongo mi prótesis y mi vida es normal. Claro, de repente se generan algunas molestias, que son normales, porque es algo anexo a tu cuerpo, pero gracias a Dios tengo una prótesis que me permite moverme bien, hacer deporte, ir al gimnasio, poder desarrollarme en los entrenamientos con los muchachos. Si tengo que demostrar un ejercicio, lo hago bien. En general, sería mentiroso decir que estoy mal. Si alguien me mira de lejos trotar, no se da cuenta.

- ¿Le costó asumir que iba perder parte de su cuerpo?

- Tenía pulverizadas las arterias del pie, lo perdí inmediatamente en el accidente. Intentaron en Santiago reconstituirlo, pero no se pudo. Era como cuando un manguera esta vieja, la arreglan en un lado, pero se rompe en otra. Son muchas las arterias del pie y son milimétricas, no hubo forma de reconstituirlo. Finalmente, se tomó la decisión de amputar, un momento duro porque tú tienes que formar para autorizar la amputación. Un día me dio mucha fiebre y el doctor me dijo ‘si no amputamos mañana, voy a tener que hacerlo desde la rodilla o si no, te va a dar gangrena y te podís morir’. Yo la luché hasta el final, hasta que él me hizo una prueba. Me dijo ‘cierra los ojos’ y me preguntó ‘¿qué te estoy haciendo?’ y le contesté ‘me está tocando’. Me dijo ‘abre los ojos ahora, mira esto te estoy haciendo’, y me estaba clavando con una aguja. Ahí tomé la decisión de que me amputaran el pie.

El ex colocolino, con el número 30 en el pantalón, durante una 'Noche alba' en el Monumental.

- ¿Qué pasó el día del accidente?

- Yo había estado en entrenamiento con el plantel. Ese día cobramos los sueldos y en esos tiempos te pagaban en efectivo en la sede del club, que estaba en el centro. Hice el trámite y después de eso me fui a tomar el colectivo y ahí en Baquedano con 18 de septiembre, chocaron dos autos. Uno se vino arriba de la vereda y el otro me agarró. Toda la gente corrió a verme y se dieron cuenta de que era yo. Me ayudaron, no podía parame y, cuando me vi el pie, lo tenía vuelto para atrás. Al comienzo me preocupaba más de la rodilla,. Yo dije ‘el pie me lo arreglan’ para volver a jugar luego.

- ¿Qué análisis hace de su carrera? Jugó solo hasta los 23 años debido al accidente.

- Desde el punto de vista deportivo, es bueno, porque a todos los clubes que llegaba era para hacer goles y los hice. Pude desenvolverme bien y dejé bien puesto mi nombre. Yo creo que la gente y los dirigentes que estuvieron en esos clubes en esa época, se acuerdan de mi persona, porque siempre destaqué por ser goleador. En todos los clubes en que anduve dejé esa huella. Ese es el recuerdo que la gente tiene de mí, estoy contentó de la vida futbolística que tuve.

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