Se formó en la U, fue mundialista con Chile y lleva cuatro meses buscando club: “No pierdo la fe”

Rodrigo Cancino (23) contesta la llamada de AS Chile con alegría. El arquero, formado en la U, mundialista Sub 17 con la Roja, y con pasos por Unión La Calera y Lautaro de Buin, tuvo una destacada actuación en la Legends Cup, un popular torneo de influencers e históricos jugadores que tuvo su primera versión en Chile a finales de 2023. Su paso por esa competencia fue clave para no alejarse del fútbol. ¿La razón? En octubre había quedado libre luego de finalizar su participación en la Segunda División Profesional.

“Fue una experiencia súper buena. Yo partí en el proyecto desde cero, porque lo vi como una oportunidad para seguir vigente. Sabía que iba a ser transmitida por redes sociales, así que iba a ser una buena plataforma para mostrarme. El torneo fue creciendo porque el formato era muy entretenido para los seguidores. Después se fueron sumando jugadores de jerarquía y eso le dio un plus”, comenta a AS Chile.

Luego de esa etapa, Cancino ha luchado por encontrar una nueva oportunidad en el fútbol profesional, pero aún no tiene noticias positivas. “No ha habido nada concreto”, lamenta. Sin embargo, su ilusión no decae. El meta se prepara con todo por si llega la tan ansiada chance. Económicamente, se sustenta con sus clases como preparador de arqueros, lo que complementa con sus entrenamientos.

- ¿Cómo ha sido el proceso de buscar club?

- Difícil, largo, pero nunca he perdido la fe. Mentalmente es complicado, pero ahí es donde aparece el apoyo de la familia, mi pareja, mi fe en que Dios me ayude a encontrar equipo. Mi entorno ha sido súper importante para mantenerme firme.

- ¿Maneja usted su carrera o tiene representante?

- Esa es una pregunta complicada, porque no tengo nada firmado con nadie, pero sí hay gente que me ayuda a mandar mis videos, o si sale algo.

- ¿No estar en una agencia de representación es una decisión personal?

- Sí... es que cuando estaba en La Calera tenía, pero después las cosas se van haciendo más difíciles y me desilusioné. Creo que va por ahí. Eso es más personal. El mundo del fútbol es así: cuando uno está bien, están todos, pero cuando las cosas no salen tan bien, hay gente que desaparece.

- ¿Cómo calificaría su paso por Lautaro de Buin?

- Me tocó ver la otra realidad del fútbol chileno. La de los contratos de ocho meses, los estadios, las canchas... fue muy enriquecedor para mi carrera. Fue una experiencia que te hace sumar madurez y lo tomo como un paso positivo. No me costó mucho la adaptación. Lo que más me choca de la división es llegar a octubre y empezar a ver equipo otra vez, es mucho tiempo de búsqueda. Quedé conforme con lo que me tocó jugar, pero no así con la cantidad de minutos que sumé.

- ¿Genera mucha incertidumbre el hecho de tener contratos tan cortos?

- Ahí depende del profesionalismo de cada jugador, de nunca perder la fe, buscar opciones. Es duro el proceso, pero hay que luchar.

La salida de la U y su duro año en La Calera

- En 2021, firmó su primer contrato profesional con la U, que lo vinculaba hasta 2023. Sin embargo, salió del club antes. ¿Qué ocurrió?

- El año que firmé mi contrato, salí a préstamo a Unión La Calera. Volví a la pretemporada 2022, cuando estaba Luis Roggiero. En ese tiempo, La Calera me contactó para volver, pero no a préstamo, sino que querían que fuera libre, para que ellos me hicieran un contrato. Entonces, hubo una cesión de derechos definitivos, se repartieron cada equipo mis derechos económicos y federativos. Ahí firmé mi finiquito con la U, regalando un año entero de contrato, y llegué a La Calera por dos, hasta 2023. Pero a fines de 2022, me comunicaron que no seguiría. Ahí finiquité y al cumplir mi límite de edad, se liberaron mis derechos económicos y federativos. Firmé como libre en Lautaro.

- ¿Le sorprendió cuando supo que no seguiría en La Calera?

- La verdad es que no, porque no fue de un día para otro, yo lo tenía un poco asumido y estaba preparado mentalmente para ese momento. Mi psicóloga deportiva me ayudó muchísimo a afrontarlo, porque me costó asumir al principio que no quisieran contar conmigo, ya que ellos a inicios de año me quisieron con cesión definitiva, entonces no lo entendía. Luego pude llevarlo mejor.

- ¿En el día a día se sentía excluido?

- Sí, un poco. Me sentí así, sobre todo cuando llevaron a mitad de temporada a otro arquero. Ahí me di cuenta que no me tenían considerado, porque yo había ido para ser segundo arquero.

- ¿Se arrepintió en algún momento de firmar su finiquito con la U dado lo que le tocó vivir después?

- No, porque fue una decisión mía y tenía claro los riesgos que había al salir de la U. Sabía que llevaba toda mi vida ahí, viviendo en Santiago, pero no me imaginé que iba a terminar de esa manera.

- ¿No veía una opción de consolidarse en la U?

- Claro, porque en ese momento habían contratado a Hernán Galindez, estaba Cristóbal Campos, entonces sabía que el cupo de tercer arquero lo iban a intentar ocupar conmigo o un arquero Sub 20. Entonces, ser tercer o cuarto arquero no es mucha la diferencia, por lo que preferí salir a La Calera para apostar a jugar en Copa Chile y aparte teníamos Copa Sudamericana. Creía que la rotación podía ser mayor.

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- ¿Y fue feliz en la U?

- Sí, muy feliz. Lo que viví en la U hacía olvidar cuánto extrañaba a la familia o perderme fechas importantes. De eso se trata también el ser futbolista: dejar cosas de lado para perseguir tus sueños sin saber si los vas a cumplir. Creo que lo lindo del fútbol es perseguir ese anhelo con todas tus ganas y fe.

- ¿Y hoy sigue viendo así el fútbol pese a todo lo que ha debido vivir?

- Es que creo que siempre seré feliz en el fútbol porque es lo que amo, es lo que escogí para mi vida. Cada vez que entro a una cancha, soy feliz, sea en el club que sea.

- ¿Qué metas tiene de aquí en más?

- Para este año, encontrar un club y seguir con mi carrera futbolística. A la hora de encontrarlo, hacerlo con el mayor profesionalismo posible y disfrutarlo a full, porque uno nunca sabe si va a ser tu último año de carrera.