ENTREVISTA AS

Se retiró a los 28 años y hoy brilla como DT: “Nunca me levanté sin saber qué hacer”

Es uno de los jugadores más queridos por la hinchada de Santiago Wanderers, elenco en el que hoy trabaja como técnico de la Sub 17. “Estoy muy feliz”, dice a AS.

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A inicios de 2019, Agustín Parra le contaba a AS Chile los motivos por los que decidió retirarse a los 28 años. “Ahora estoy más tranquilo. Me saqué un peso de encima”, decía en dicha oportunidad. Cuatro años más tarde, su vida ligada al fútbol sigue siendo intensa. ¿La razón? Es el técnico de la Sub 17 de Santiago Wanderers.

“Cuando me retiré, de inmediato me puse a estudiar para ser técnico, entonces como que nunca me levanté sin saber qué hacer. Siempre he estado ocupado. Obviamente uno extrañaba los entrenamientos, pero invertía el tiempo en los estudios, entonces me ayudó mucho”, cuenta Parra a AS.

- ¿Eso hizo más fácil la etapa post retiro?

- Yo pienso que sí. Paralelamente estuve trabajando de inmediato. Me titulé de iniciador y me puse a trabajar en la Sub 8 de Wanderers y luego seguí subiendo. Continué con la Sub 11, 12, 13, fui ayudante de la juvenil y el año pasado tomé la Sub 16, siendo mi primer año en una categoría competitiva como primer entrenador. Tuvimos la suerte de llegar a la final y como hicimos una buena campaña, me promovieron a la Sub 17, que es como un primer equipo pero en miniatura (ríe). Estoy muy feliz con esta pega.

- ¿Cuál es la diferencia entre partir en una Sub 8 a competir en la Sub 17?

- La Sub 8 fue una experiencia muy linda. Justo yo tenía niños de esa edad, entonces hay que tener harta paciencia (ríe). Ver cómo van creciendo futbolísticamente y madurando, siendo buenas personas, te va dejando cosas lindas. Lo más importante es hacer que estén motivados. En la Sub 17 son cositas analíticas, de automatización de movimientos, y con los niñitos no se puede hacer porque se aburren. Además, ya estás en la competencia misma todos los fines de semana y eso me gusta.

- ¿Cómo lidia con los padres que actúan como entrenadores?

- ¡Ufff! Es todo un tema (ríe). Con los chiquititos no tuve muchos problemas, pero sí supe de técnicos que los tuvieron. En mi caso no, porque siempre hubo mucho respeto. Nunca nos metimos en cosas que no nos teníamos que meter. Obviamente hay que tener una relación permanente con los apoderados. Ya en las competitivas el trato es con los jugadores.

- ¿Y de qué forma se da el trato con el jugador que está acercándose a un plantel profesional?

- Es mi primer año en una categoría de este estilo y para mí también es un aprendizaje. Me he dado cuenta que las tareas de entrenamiento son muy importantes. El mantener al jugador contento, motivado, disfrutando la práctica. Es clave en estas edades porque al jugador aún no se le paga un sueldo. Ellos están en busca de un sueño y nosotros tenemos que motivarlos a que lo logren. ¿Cómo? Según mi perspectiva, haciendo sentir considerado al futbolista, que sea importante en las tareas diarias, que no se sienta suplente.

- ¿Cómo se describiría como entrenador?

- En el fútbol joven hay de todo. Desde los más paternalistas a los que trabajan con el látigo por decirlo de una forma. En mi forma, llevo al jugador a través del diálogo, encantándolo, convenciéndolo con la forma de trabajo, más que de imponer cosas. Pero también entiendo que hay momentos o jugadores que necesitan eso para remecer un poquito. El manejo de grupo es clave. Lo principal es el respeto. Hasta el momento nunca me ha tocado trabajar con un jugador rebelde o conflictivo.

Agustín Parra comenzó en la Sub 8 de Wanderers y hoy ya dirige a la Sub 17. En 2022, fue finalista con la Sub 16.eseaene.cl

- ¿Ha hecho todo su camino en el área formativa. ¿Se visualiza dirigiendo a un primer equipo en el futuro?

- Me gusta mucho el área formativa, pero me gusta mucho más competir. En un futuro me gustaría dirigir en Primera. Tampoco me vuelvo loco, sé que es paso a paso. Motiva ver a técnicos chilenos jóvenes rindiendo. A mi me gusta mucho el trabajo de Nicolás Núñez. El técnico joven tiene que validar las oportunidades, jugar bien y ganar.

- ¿Y el técnico chileno tiene más presión por demostrar que uno extranjero?

- Ufff... (Piensa unos segundos). Puede ser que sí. El extranjero viene con otro cartel y el chileno tiene que pelear contra todos para demostrar. Se le hace un poquito más difícil el camino. El margen es más acotado.

- Seguir compitiendo los fines de semana aun cuando se retiró hace más de cuatro años, ¿es un tema en su casa?

- Lo que pasa es que me retiré a los 28 años, no a los 38. El otro día estaba pensando en eso cuando venía de vuelta de un viaje. Siento que a lo mejor me faltó como jugador vivir la competencia más tiempo. Súmale a eso que en mi carrera tuve muchas lesiones largas que me impidieron jugar y concentrar. Ahora lo estoy complementando. Se dio un poco invertido. Además es la costumbre de siempre haberlo hecho. No me siento saturado.

- ¿Y hay tiempos libres siendo técnico?

- Muy pocos. Siempre estás pensando en planificar, mejorar. Los tiempos libres los invierto en mi familia. Es casi como una obsesión el tema de pensar todo el día en fútbol. Mucho más que como jugador. Yo entrenaba y luego pensaba en lo que había hecho bien o mal, pero después te desconectabas. Ahora es muy difícil eso. Sí te puedo decir que de repente juego a la pelota y me metí en el pádel, donde lo paso bien. No soy bueno, pero me gusta mucho. Todavía no compito, tengo ganas, pero estoy esperando mejorar un poquito más (ríe). Empecé después de la pandemia y me encantó.

- Tuvo lesiones muy series de ligamentos y tendón de Aquiles. ¿Le dejaron secuelas? ¿Le siguen impactando?

- La verdad es que sí. En una rodilla se sienten molestias después de una pichanga. El tendón de Aquiles también. No al nivel de ponerme hielo, pero se siente algo.

Santiago Wanderers

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