LA ROJA
Señales de un desastre
Anoche, la Selección de José Letelier quedó sin chances de acceder al Mundial, en lo que fue un nuevo fracaso del fútbol chileno.
El fútbol chileno a nivel de Selecciones continúa sumando fracasos. Este martes, la Roja femenina cayó frente a Haití en Auckland y se quedó sin chances de acceder a la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda.
El conjunto de José Letelier quería ir a su segundo Mundial consecutivo, tras participar en Francia 2019, donde había dejado una muy buena impresión. Allí, de hecho, estuvo a punto de clasificar a los octavos de final.
Sin embargo, hoy la historia es diferente. Más allá de contar con Christiane Endler, la mejor portera del mundo, la escuadra de Letelier ha bajado su nivel. El DT no ha sabido entregarle nuevas ideas al equipo y el ciclo está llegando a su fin.
En esa línea, Endler dejó clara su postura tras la no clasificación al Mundial: “Puede que no esté en el próximo proceso, uno nunca sabe. Hay que ver qué pasa, cuáles son las condiciones con las que uno seguirá en la Selección y se tomará la decisión si se sigue o no, pero hoy se pone fin a un proceso largo, duro y difícil”.
En la Roja Sub 20 masculina, el panorama no es tan diferente. En el último Sudamericano, la Selección solo compitió en el debut y en el resto del torneo transitó sin una idea clara. El DT Patricio Ormazábal careció de personalidad para liderar y sus decisiones en la cancha estuvieron marcadas por la confusión.
Al final, la eliminación ante Venezuela, en el último duelo de la fase de grupos, fue un golpe de realidad: ya son 10 años sin ir a un Mundial de la categoría.
En la Roja adulta, en tanto, el escenario tampoco es alentador. La última participación en un Mundial fue en Brasil 2014 y la Generación Dorada, por cuestiones naturales, se está apagando. Eduardo Berizzo llegó para enmendar el rumbo, pero lo cierto es que hasta ahora ha dejado más dudas que certezas.
En siete encuentros al mando de la Selección, el ‘Toto’ ha sumado tres empates y cuatro derrotas. Y lo peor es que ni el juego da para ilusionarse... Es una de las tantas señales de que el fútbol chileno va en caída libre.