Entrevista AS
“Si solo sirve ganar, felicitemos a uno y los demás son unos perros”
Fue artífice de la campaña que tuvo a Cobreloa a un paso de volver a Primera. Sin embargo, los nortinos seguirán en la ‘B’ y cuenta que los días no han sido fáciles en Calama.
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Paulatinamente, Matías Cano ha sido dejando atrás la decepción de no concretar el ascenso a Primera División con Cobreloa en el marco de la mejor campaña desde que cayó a la ‘B’. Ya pasaron varios días desde el 0-5 ante Copiapó y el arquero loíno accedió a conversar con AS. El desaliento aún no cesa y es alimentado también por el título anterior en la categoría del argentino con Coquimbo. En su estilo frontal, directo y más allá de las superficialidades, contó cómo han sido todos estos días en Calama luego del traspié que golpeó a todos en la ciudad nortina.
“Son situaciones que se den esporádicamente, cada 100 ó 200 partidos, son partido atípicos. Más en esta categoría, donde los partidos son muy apretados y más todavía en instancias finales. Cuando terminó el match, dejé de buscar explicaciones, sé que hay cosas que no tienen explicación. La sensación y el recuerdo va a ser amargo, por cómo terminó todo”, sostuvo Cano.
- No pudo repetir el ascenso de 2021. ¿Cómo se siente hoy?
- A mí, el año pasado me tocó salir campeón en Coquimbo y este año hice 13 puntos más que el año pasado que salimos campeones... Es muy loco todo.
- ¿Cuál es su balance personal?
- He superado mis números de minutos jugados, de arco en cero y de puntos conseguidos. Perdí un solo partido, jugando por Cobreloa y sacando la final. Fue con Iquique de visita, después no perdí ninguno y el 55 por ciento de los partidos los mantuve en cero. Es difícil para mí decirte que fue una campaña triste. Me sentí una parte importante del plantel también en el liderazgo y desde adentro, cuando tenía los guantes puestos. Hice que se derribaran muchos mitos que existían sobre mí. No me gusta hablar de mí, pero los números son esos, son 121 puntos en dos años, dos vallas menos vencidas en dos años. Muchas veces se castiga y se recuerda solamente los errores.
- ¿La repercusión fue mayor por tratarse de un club grande de Chile que no logra salir del Ascenso?
- Cuando vine, sabía a lo que me enfrentaba y sabía que venía con un prestigio que me lo había dado el último ascenso en Coquimbo. El prestigio no te lo regala nadie, te lo dan los títulos. Sabía que lo iba a poner en juego en Cobreloa, donde todo iba a hacer más exigente, por lo de cuarto grande, por tener que volver a donde nunca debió haberse ido.

- Una apuesta arriesgada, podía haberse quedado en Coquimbo...
- Cuando estás acá, te encuentras con varias falencias en lo estructural del club y te das cuenta de por qué el club está donde está hace tanto tiempo. Ya no había tiempo de buscar otra solución ni nada, había que poner la cara y lo hicimos de la mejor manera. Hemos hecho una campaña que supera los tres últimos tres años de Cobreloa en puntos y nos quedamos donde mismo.
- Al final Magallanes resultó insuperable...
- Nos encontramos con un equipo realmente superlativo, que también sacó lo mejor de nosotros. Si el equipo que salió campeón y ascendió no hubiera sacado esa cantidad de puntos, seguramente nosotros también habríamos aflojado. Hasta el último momento le dimos pelea a una de las mejores campañas en la historia del fútbol chileno.
- ¿Los condenó el empate contra Wanderers luego de quedar punteros por primera vez cuando Magallanes quedó libre?
- No, no, no hay que quitar méritos. Ese empate estuvo ahí en el medio, pero nosotros también tuvimos una racha de 11 partidos ganados. Si en la recta final ganas 11 partidos y no eres campeón, hay que felicitar al que salió campeón. No hay vuelta que darle, dimos todo lo que teníamos. Después en la final pasó lo que pasó y te hace dejar de lado la gran campaña que hiciste. Nadie se acuerda, a la gente no le importa el camino recorrido, le importa ganar.
“Fue un año muy, muy duro, con muchas presiones en Cobreloa”.
- Es un signo de una época distinta, aunque parece que siempre el resultado final ha sido lo más importante.
- Con las cartas sobre la mesa, yo puede mirar a la cara a cualquier hincha de Cobreloa y a mi familia, porque di todo lo que tenía que dar. Me preparé como nunca y mis números en lo personas repercuten. Me preparé para venir acá, para devolver el club a Primera. El golpe fue muy duro, recién ahora te contesté el mensaje. No tenía contacto con el mundo exterior, estaba analizando lo que pasó, estaba disfrutando a mi vieja y a mi hermano que están acá en Calama conmigo.
- ¿Optó por el aislamiento para superar el mal momento?
- Claro, pero recién ahora me doy cuenta de por qué no sacar el pecho con la campaña que hicimos, no solo a nivel individual, sino que también en el plano colectivo. Si solo sirve ganar, bueno felicitemos a uno y los demás son unos perros. No creo que sea así.
- ¿Cómo sigue el ambiente en Calama? ¿La ciudad superó ya el golpe?
- No tengo la menor idea, no he salido de mi casa, me he quedado acá, sinceramente te lo digo, sin exagerar nada. No sé, no veo la redes sociales, nada, terminó, necesito vacaciones. Fue un año muy, muy duro, con muchas presiones, y sumado al año anterior, en que también veníamos peleando el campeonato. Es difícil pelear el campeonato, no es fácil.