U. DE CHILE

“Siempre se supo adaptar a todo”: un viaje al duro recorrido del DT con el que sueña la U

Gustavo Álvarez es el entrenador con el que Azul Azul quiere afrontar el 2024. Sería, por lejos, el mayor desafío de un técnico que ha vivido situaciones increíbles.

Atlético Grau

En la U lo tienen claro: Gustavo Álvarez es el entrenador que quieren para 2024. El flamante campeón con Huachipato se ha convertido en el nombre de moda en el fútbol chileno gracias a una coronación inesperada para muchos, pero que si se mira por la regularidad de su escuadra es muy merecida (en 30 fechas, nunca bajó del tercer lugar de la tabla).

Pero para llegar a este presente espectacular, Álvarez debió afrontar situaciones difíciles y hasta extremas en algunos casos. ¿Por qué? Porque en algunos clubes que dirigió tuvo condiciones muy precarias para poder desenvolverse. Mala administración financiera, instalaciones deficientes y herramientas básicas fueron parte de los problemas a los que debió encontrarle solución. Este ha sido el duro recorrido de Gustavo Álvarez para alcanzar la gloria.

Los primeros años en Argentina

Temperley fue el primer club que confió en Álvarez para que iniciara su camino en el profesionalismo. En 2016 asumió como interino en reemplazo de Iván Delfino. Allí dirigió casi un año (361 días) antes de renunciar a su cargo. Ese plantel tuvo a jugadores como Mauro Guevgeozián y Ramiro Costa, delanteros que pasaron por Chile, además de Juan Sánchez Sotelo, quien en la última temporada fue el goleador de Deportes La Serena.

Tras su salida del equipo ‘gasolero’, Álvarez firmó en Aldosivi de Mar del Plata, donde dejó una gran huella. Fue un año y 10 meses, donde ganó 20 de 54 partidos (empató 13 y perdió 21) antes de partir. En la ciudad costera lo recuerdan con mucho cariño. ¿Por qué? Porque logró un histórico ascenso a Primera División.

“En el club hizo las cosas muy bien y se lo quiere mucho. Le puede ir mucho mejor de lo que ya le está yendo en Chile, tiene mucho para dar”, dice Federico Andrada, ex pupilo del trasandino, a AS. En el ‘Tiburón’, Álvarez también tuvo a Emiliano Amor (Colo Colo), Ezequiel Videla y Nazareno Solís (pasaron por Universidad de Chile), Lucas Di Yorio (pasó por Everton) y Leonel Galeano (ex Curicó Unido).

Patronato fue el siguiente desafío. En el cuadro de Paraná estuvo poco más de un año, pero en época de pandemia, donde las competencias estuvieron suspendidas durante bastante tiempo. Su saldo fue de tres triunfos, seis empates y ocho caídas.

El duro camino antes del éxito

Medio año después de su paso por Patronato, Álvarez tomó su primer club fuera de Argentina. Sport Boys de Perú lo llamó para asumir en su banca, pero sólo estuvo 112 días, siendo este el período más corto como entrenador en toda su carrera. Los problemas administrativas y falta de infraestructura hicieron imposible su continuidad. Sebastián Penco, goleador del cuadro ‘rosa’, compartió tres meses con el DT en la institución.

Antes de ir, él me llamó para que le contara del club. Le dije que tenía muchos problemas administrativos, pero de todas formas quiso aceptar el desafío. Estuvo alrededor de 10 partidos y decidió irse. Lo que más destaco de él en lo poco que pudimos trabajar juntos, es que es muy metódico y plantea muy bien los partidos”, cuenta el goleador argentino a AS Chile.

Poco tiempo después, Atlético Grau contrató al estratega. Al igual que en Sport Boys, la falta de condiciones básicas para trabajar fue un problema, pero de igual forma hizo una gran campaña durante 2022. Fue la escala previa a Huachipato.

Siempre se supo adaptar a todo. Gustavo tuvo que dejar el fútbol argentino para buscar su camino. Llegó al fútbol peruano, con la falta de herramientas que tiene, pero se sobrepuso a eso y pudo imponer cómo siente el fútbol. Lo admiro por ese lado sobre todo”, relata Rodrigo Salinas a AS Chile. El ex Deportes La Serena brilló con Álvarez en Atlético Grau.

Luego de esa experiencia, llegó a Huachipato, donde terminó siendo campeón. “Gustavo dio un paso adelante en cuanto al nivel de liga. Chile es una vidriera impresionante”, cierra Salinas. Ahora, la U lo quiere sí o sí. ¿Podrá tenerlo?

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