Tiene 17 años, ataja en la B y además tiene otro trabajo: “La presión en el fútbol no existe”

Jaime Vargas tiene 17 años y aún no firma su primer contrato profesional en Deportes Recoleta. Sin embargo, el joven arquero ya ha tenido la chance de jugar tres partidos en el primer equipo del cuadro que lucha por mantenerse en el Torneo de Ascenso. A pesar de su corta edad, el golero deja una llamativa frase ni bien comienza su diálogo con AS Chile.

“No me tomó tanto por sorpresa esta oportunidad, porque siempre me he preparado para jugar. Siempre he entrenado bien para cuando me tocara, dar lo mejor para el equipo. Obviamente soy chico, pero cuando llega la oportunidad hay que estar disponible y aprovecharla”, dice desde el hogar de sus padres, a quienes visita cada vez que puede en San Vicente de Tagua Tagua.

Los sacrificios de Vargas para llegar al profesionalismo

Vargas llegó a Recoleta llegó a la Sub 15 luego de una recomendación de un entrenador que lo conocía de la Escuela de Fútbol Bernardo Pavez de San Vicente de Tagua Tagua. “A principio de año, él se llevó a otros compañeros para Recoleta, entonces su papá me dijo: ‘vas a entrenar medio año a full y te va a llevar un equipo de allá’. En esos seis meses entrené de domingo a domingo”, relata.

Un día, el jefe de cadetes de Recoleta le preguntó si quería probarse en el club. Vargas aceptó, pero no se esperaba lo que venía. “Ya tenían listos los papeles (ríe). Eso sí, no me iba a vivir solo. Iba a estar con un ‘profe’ y un compañero”, indica.

Ahí empezó su camino, aunque debió enfrentar obstáculos externos muy potentes: el estallido social y la llegada del coronavirus. “Cuando llegué a Recoleta, estuve como dos o tres meses y surgió lo del estallido, y ya cuando volvimos, alcancé a jugar dos fechas y llegó la pandemia. Eso sí, nunca se me pasó por la cabeza dejar de jugar”, comenta.

- ¿Se ha sentido conforme con su rendimiento?

- Sí, aunque obviamente siempre se puede hacer más. Me siento bien por la confianza que me transmiten mis compañeros y cuerpo técnico. Eso hace que entregue mi cien por ciento siempre.

- ¿Siempre fue arquero?

- Sí, aunque más joven jugué como delantero, pero no era lo mío, no había gol (ríe). Mi gran ídolo de toda la vida es (Gianluigi) Buffon y también tengo como referentes a Claudio Bravo y (Gianluigi) Donnarumma.

- ¿Reta a sus compañeros o le cuesta por su edad aún?

- (Ríe) En el camarín me dicen que si tengo que retar o putear a alguien, que lo haga con toda la confianza, que nadie me va a decir nada. Dentro de todo, los compañeros te dan esa confianza y es bueno, pero es difícil subirle la voz a un compañero que es mayor que tú y que tiene muchísima más experiencia que uno. Algunos compañeros tienen mucha trayectoria, entonces ¿qué los voy a decir? (ríe). Eso sí, hablar es una de las cualidades que mejor se me ha dado. Siempre me han dicho que ‘arquero que no habla, arquero que no juega’. De hecho, en casi todos los partidos, quedo casi sin voz.

“La presión en el fútbol no existe...”

“En la primera rueda nos faltó la chaucha pal’ peso como dicen por ahí para cerrar esos partidos donde nos merecíamos los tres puntos. Hay que trabajar y como dice el ‘profe’, ‘forzar hasta que la pelota entre’ como nos pasó en esos tres partidos seguidos que ganamos antes de Deportes Copiapó. Ahora hay que seguir intentándolo”, comenta Vargas sobre la lucha de Recoleta, que está último en la tabla ponderada.

- El próximo partido es ante Santiago Morning, que también está peleando en el fondo...

- Para nosotros todos los partidos que quedan serán una final. Es un rival directo, porque si perdemos, ellos se escapan y nosotros nos hundimos. Tenemos que ganar sí o sí.

- ¿Se juega con mayor presión debido a la delicada situación en la que se encuentran?

- Creo que la presión en el fútbol no existe. Presión es la que tiene un papá que no puede llevar la comida a su casa. En el fútbol hay que hacerlo bien y demostrar lo que uno entrena en la semana. Lo que sí es una responsabilidad y se tiene que afrontar como tal. Hay que estar bien de la cabeza y los pies para poder rendir de la mejor manera.

- Si bien me dice que no existe la presión, ¿puede disfrutar dentro de la cancha o la responsabilidad inhibe eso?

- Creo que lo primero siempre es disfrutarlo, pero con responsabilidad. Para mí es un proceso que recién está empezando. Ahora es la etapa más linda de mi carrera. A lo mejor no se disfruta de la mejor forma por la situación en la que estamos, pero todo lo que he hecho en mi vida es para jugar y ahora que lo estoy haciendo, lo disfruto mucho.

- Le pregunto por el futuro. ¿Qué metas tiene para su carrera?

- Una meta que tengo es que ojalá en dos años estar en un equipo de Primera como titular y consagrarme para soñar aún más en grande y llegar a jugar a alguna liga de Europa. Jugar en Italia me encantaría. Firmar contrato es una meta que ojalá pueda cumplir pronto, porque te da como un respaldo por así decirlo. Si no se da, seguiré esperando y trabajando hasta que llegue.

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La vida de Vargas como feriante

El joven arquero de Recoleta creció en una familia que se dedica a la venta de fruta y verduras. Es por eso, que desde pequeño se involucró en ese mundo, tanto así que hoy también es empresario del rubro.

“En mis tiempos libres me gusta salir a negociar. De chico he trabajado con frutas y verduras. Mi abuelo y mis tíos trabajaron siempre en eso, mi papá trabaja todo el año yendo a la vega a buscar las cosas y yo también adquirí ese gusto. Es casi como una tradición familiar. Ahora lo hago solo, pero generalmente en los veranos”, dice.

¿Qué hace?: “Compro al por mayor acá en San Vicente y vendo. Gracias a Dios me va muy bien. Mientras se pueda lo seguiré haciendo, pero siempre he dicho que mi vida está enfocada en el fútbol”, cierra.