Entrevista AS
Llegó al fútbol a los 25 años, fue seleccionado y tras su retiro sorprende con emprendimientos
Gonzalo Barriga abandonó su labor de ingeniero para incursionar una década en el profesionalismo. Logró el título más importante de O’Higgins y llegó a la Roja.
En 2019, y actuando por La Calera, Gonzalo Barriga optó por dejar el fútbol. Fue poco más de una década de trayectoria, la que comenzó de una forma muy singular: con 25 años y ya titulado de Ingeniero en Recursos Humanos, el zurdo se unió al plantel de Melipilla, en Primera B, iniciando su ciclo en el balompié profesional.
Algún tiempo después, el otrora lateral y volante izquierdo logró el primer título de la historia con O’Higgins, en 2013, bajo la dirección técnica de Eduardo Berizzo, flamante DT de la Roja. Esto, sin duda, influyó para que Barriga optara finalmente por quedarse a vivir en Rancagua, ciudad desde la que dialoga con AS para abordar su etapa lejos del fútbol.
“Trabajo en forma independiente, estoy con mi hermano empezando a levantar nuestra empresa de turismo, que lo pasó mal desde el 2019 hasta hoy. Además de eso, tenemos una empresa de instalaciones de piscinas en fibra de vidrio y hermosamientos de jardines respecto de la piscinería. En la temporada de verano pasado, nos fue bien. Pudimos haber hecho más trabajos, pero optamos por hacerlo con el mayor profesionalismo posible, que es el sello de nuestro trabajo. Ahora, estamos a full dándole al tema del turismo y esperando que se vuelva a reabrir la temporada de piscinas, cuando ya cambien las estaciones. Esto me da tiempo para estar con mis hijos, para llevarlos al jardín, al colegio, disfrutar la familia”, cuenta Barriga
- ¿Una vez retirado, su interés era generar emprendimientos o trabajar en su carrera profesional?
- La idea era, a través de los estudios que me entregó la vida, tratar de buscar un emprendimiento que generara un trabajo común, sencillo, tranquilo. No me quiero volver rico ni nada por el estilo, quiero vivir en paz, y si esto resultaba, fantástico. En el caso de que no resultase, porque uno nunca sabe las vueltas de la vida, volver a lo mío, buscar un trabajo en oficina, hacer colaboraciones, asesorías. Estoy tranquilo hoy, el fútbol a mí me trató bien y yo también fui mesurado. Ahora, tengo un plazo de aquí a tres años para ver cómo va mejorando el tema del turismo y también el de la piscinería. De lo contrario, empezar a trabajar como una persona común y silvestre.
- ¿Cuál es su oferta turística en la zona de Rancagua?
- Mira trabajamos regularmente visitas a los viñedos. También hacemos visitas a Valparaíso y Viña del Mar, además incluimos esquí, turismo aventura. Nuestro fuerte es trabajar con brasileños y extranjeros, pero ahora estamos abriendo la posibilidad de llegar al cliente nacional. Queremos darle a la posibilidad de que puedan recorrer a un buen precio el sur de Chile o puedan salir a Mendoza y conocer los viñedos de allá. Tenemos contactos con agentes extranjeros que les hacen buenos descuentos a nuestros clientes.
- ¿Sigue jugando? En la Región de O’Higgins hay muchos ex futbolistas que participan en las asociaciones locales.
- Sí, acá hay harto fútbol y lo mejor de todo es que hay muchas canchas de pasto natural, lo que se ha perdido mucho en Santiago. Juego con un grupo de amigos que tienen un club, son muy respetuosos, la mayoría son hinchas de O’Higgins, hay mucho cariño entre medio. Me han invitado a jugar campeonatos o en unas ligas, pero prefiero disfrutar el fútbol, no comprometerme con nadie por tema de dinero o esas cosas. Prefiero disfrutarlo como si estuviese jugando con los amigos. El club de los muchachos es el José Olivares, el JO, son muy buenas personas.
- ¿Le agradaría volver a trabajar en el fútbol? Como entrenador o en la parte de gestión a raíz de sus estudios.
- Mira, si me da el tiempo, en algún momento, me gustaría estudiar para ser entrenador, pero para hacer algo relacionado con los niños. Quizás trabajar en colegios, ayudando a los niños de escasos recursos, en escuelas municipales. O lo que también en algún momento he pensado también es dar charlas motivacionales. Relacionadas con los muchachos cuando se enfrentan a su primer contrato laboral, a ver el fútbol en una forma más centrada y que no se les metan –como se dice- pajaritos en la cabeza. A los 18 años todos ya se creen Cristiano Ronaldo. A veces hay que quemar etapa, como Alexis Sánchez, quien primero jugó en Cobreloa, después pasó a Colo Colo, de ahí se fue a River Plate y ahora es Alexis Sánchez, el gran jugador que todos reconocemos. Pero antes tuvo que quemar etapas, como Charles Aránguiz, (Arturo) Vidal, todas esas figuras que conocemos. Los muchachos tienen que entender que hay un proceso y son muy pocos los casos como (Mauricio) Isla que sale de Católica a Italia. Me gustaría hacer charlas motivacionales respecto a eso.
- ¿Qué evaluación realiza de su carrera?
- Estoy totalmente agradecido del fútbol, creo que me retiré en el momento oportuno. Fue por temas personales, de familia. Fue la mejor decisión que he tomado, porque ahora tengo más tiempo para pasar con mis hijos, disfrutar su crecimiento, están los dos pequeños. No me estoy perdiendo la etapa que, todos me dicen, “aprovecha, tienes la oportunidad de disfrutarla, hazlo”. La verdad no me arrepiento, sí extraño entrenar todos los días. Pero creo que era un ciclo que ya se cumplió y ahora hay que darles espacio a los más jóvenes, para que también tengan la oportunidad de desenvolverse.
- ¿En la mirada hacia atrás, los hitos más importantes son el título nacional con O’Higgins y algunas convocatorias a la Selección chilena?
- Yo a cada club en el que estuve le debo cosas importantes. Con La Calera subir a Primera División después de 25 años y llegar inmediatamente a una semifinal en el Campeonato de Primera división. Después con Unión Española jugar Copa Libertadores, contra Boca Juniors en octavos de final. Por supuesto que salir campeón con O’Higgins, cumplir mi sueño de ser seleccionado nacional como todo futbolista lo desea. En (Santiago) Wanderers tener una campaña histórica que hasta el minuto 88 se perdió, porque la U ganó y logró el título. Perdí una final con Unión (ante Huachipato) por penales, perdimos otra final acá con O’Higgins contra la U. de Conce. Jugué también la Copa Sudamericana, otra Libertadores. La verdad es que son hartos hitos, pero Eduardo (Berizzo) marcó mucho mi carrera por la forma de trabajar, por su persona y porque me ayudó tener la posibilidad de estar en la Selección. Cumplir ese sueño que todo jugador quiere.
- Son logros importantes para un jugador que llegó al fútbol en forma algo sorpresiva. Usted se insertó con 25 años en la actividad, sin tampoco haber pasado por el fútbol joven.
- No, no pasé por cadetes. Una vez me probé en Colo Colo, quedé, pero no tuve la posibilidad de continuar. Con el tiempo se me dio la posibilidad de probarme (en el profesionalismo) con 25 años. Me fue bien, me ofrecieron un contrato y así empezó mi trayectoria en Melipilla.
- ¿Cómo fue eso? De pronto se convirtió en futbolista profesional con todo lo que esto implica en cuanto a cuidados personales, alimentación, descansos, rutinas de entrenamientos.
- Igual me acuerdo que estaba un poco nervioso, pero tuve todo el apoyo de mi familia, de mis amistades, de amigos míos que jugaron fútbol profesional. Ellos me decían que yo tenía todas las condiciones para jugar. Me dijeron “tírate no más a la piscina, en el peor de los casos vas a perder un año y después vuelves a lo tuyo. Tienes trabajo, estás titulado, no te va a costar nada encontrar trabajo”. Entonces, me la jugué, no me costó, físicamente tampoco porque era una persona a la que siempre le ha encantado entrenar. Además, tenía los consejos de ex futbolistas, amigos míos. Me decían “mira, entrena de esta manera. Haz esto, porque en el fútbol es distinto correr que saber correr. Son tramos cortos, explosivos”. Me pude preparar de buena manera y eso creo que también me ayudó mucho.
- ¿Qué hacía en ese momento aparte de jugar como aficionado?
- Yo trabajaba y estudiaba. Desde la mañana trabajaba en una oficina y en la noche me iba a estudiar. Esa fue mi rutina por cinco años hasta que llegué al fútbol profesional.