Un plan maestro ante Bielsa

Lo admitió una vez concretada la importante victoria de la Roja Sub 23 ante Uruguay en el Preolímpico de Venezuela. Nicolás Córdova, al referirse no solo al cambio de sistema de juego, sino también a la gran variante introducida en las formas colectivas de ataque y defensa, afirmó que “se propuso otra cosa en el partido, por las capacidades del rival y por su forma de jugar, porque es un rival más dinámico”.

La sorpresiva derrota del debut contra Perú golpeó fuerte en el plantel nacional y otro traspié habría significado virtualmente la pronta eliminación del certamen. Esta complejidad, unida al desafío de medirse contra Marcelo Bielsa en la banca uruguaya, fueron el núcleo de la eficaz propuesta de juego ideada por Córdova. El DT reformuló la alineación, el esquema posicional y qué hacer con o sin balón en el campo.

Innovaciones clave

Dos de estos tres aspectos resultaron vitales. Lo primero que llamó la atención fue la modificación del sistema de juego de 1-4-3-3 a 1-3-5-2. Córdova innovó con un trío de centrales en la última línea (Valentín Vidal, Jonathan Villagra y Matías Vásquez) para conformar, durante largos pasajes del duelo, un bloque defensivo de cinco integrantes, por el repliegue bajo de ambos carrileros (Joaquín Gutiérrez y Lucas Zepeda).

En el mediocampo, el DT dispuso la presencia de tres volantes (Vicente Pizarro, Renato Cordero y César Pérez) para dejar en ataque a la dupla formada por Damián Pizarro y Alexander Aravena. En este contexto, la mayor concentración de jugadores en la defensa y en la zona media (ocho en total junto al arquero) anticiparon que Chile iba a defender más que atacar. Así fue y, ante un equipo con velocidad y precisión en el manejo del balón, sustentó la victoria en la protección del arco de Vicente Reyes, quien además colaboró con excelentes atajadas. Mérito de Córdova.

Ataque justo

Sin embargo, el gran valor de la propuesta del DT de la Roja residió también en el funcionamiento ofensivo. Chile no fue un equipo de ataques seguidos, pero sí se acercó con riesgo a la portería oponente. De hecho, en la fracción inicial del primer tiempo contó con la opción de gol más clara del partido. Un tiro casi frontal que el meta Randall Rodríguez envió al córner de gran manera.

Los ataque nacionales fueron breves y profundos. Las acciones se iniciaron desde el campo propio para sacar rédito del despliegue amplio de los uruguayos en la posesión del balón o en las situaciones ofensivas finales. Así surgió el único gol del encuentro. Cordero recuperó la pelota, se conectó hacia adelante con Gonzalo Tapia y sobrevino el contraataque que finalizó en gran forma Clemente Montes ante la portería rival.

También, el ingreso de ambos delanteros de Universidad Católica resultó clave, a los 62 minutos, más allá de la participación en el tanto del triunfo. Córdova dejó solo dos mediocampistas e incluyó dos extremos o punteros, sabiendo que Uruguay se desplegaría aún más en ataque y que, atrás, los espacios y las ventajas serían mayores para sorprender a la defensa celeste. Fue el toque final del plan del DT que le permitió imponerse ante la escuadra de Bielsa.