Una figura en el ascenso de Iquique revive su calvario: “La terapia y mi familia me salvaron”

Daniel Castillo vive su mejor momento como profesional. El portero de 33 años fue una de las figuras en el ascenso de Deportes Iquique a Primera División, donde incluso tapó un penal en la emocionante final de Liguilla ante Wanderers.

Claro que dentro del éxtasis de la victoria, el guardameta no olvida lo difícil que fue su camino en el norte. “El 2021 fue un año malo, tuve que refugiarme en mi familia y pedir ayuda psicológica. Me ayudaron a dar vuelta la situación”, señaló en diálogo con As. También reveló detalles importantes sobre su situación contractual con Iquique, su futuro y lo que espera para 2024.

- ¿Cómo ha vivido estos días tras el Ascenso a Primera División?

- La verdad es que recién lo estoy asimilando. Tuvimos un año que fue intenso de principio a fin, donde creo que siempre fuimos protagonistas del campeonato. En algún momento se nos empezaron a escapar algunos puntos, pero lograr el ascenso es una sensación maravillosa. Yo por mi cuenta lo había buscado por mucho tiempo y hacerlo de esta forma, en Iquique, con nuestra gente, y que mi familia pueda ver lo que conseguí, es una felicidad total.

- A inicios de campeonato, ¿soñó con subir a Primera con Deportes Iquique?

- Sí, cuando lo hablé a principios de año, dije que este 2023 podía ser mío, que quería hacer cosas importantes y que de principio a fin quería hacer algo lindo por el club, pero también algo lindo por mí. Quería darme a conocer por todos los años de sacrificio que he tenido en el fútbol, donde a lo mejor me ha tocado dar una vuelta bastante larga y he jugado en casi todas las divisiones de fútbol chileno. Sabía que este 2023 iba a ser algo lindo.

- Por cómo resume su año, ¿es la mejor temporada en su carrera profesional?

- Sí, totalmente. Es la mejor de mi carrera de principio a fin. Sólo falté a un partido por lesión y siempre peleamos arriba. Además, pude tener buenas actuaciones para que el equipo consiguiera triunfo o sacara resultados de visita y eso también me deja tranquilo, porque siempre trabajé de muy buena forma para que el equipo confiara en mí como uno de esos puntales que también podía ayudar al club a sacar algo adelante.

- ¿A quiénes atribuye el éxito logrado en el norte?

- En lo personal, a mi esposa Cynthia y a mi hija Filippa. Yo lo dije desde un principio. Han sido fundamentales, me ayudaron en los momentos más importantes donde yo estuve mal en Iquique. En el 2021 tuve una campaña muy baja y ella siempre estuvo ahí conmigo, me ayudó en los momentos malos, me apoyó, jamás me dejó de lado y eso creo que fue una de las cosas importantes para mí y para estar hoy en día celebrando acá en Iquique.

- ¿Qué momentos complejos debió pasar en ese 2021?

- Llegué a Iquique con altas expectativas. Venía de dos temporadas buenas con Puerto Montt, así que se me trajo como uno de los grandes arqueros que tenía la Primera B, pero fue un año malo. Yo también hice una autocrítica, ya que no estuve a lo mejor a la altura de lo que quería Iquique en ese momento. También había un entorno grupal en que nunca se nos dieron los resultados. Yo sabía que tenía que cambiar, ajustar algunas cosas y también pedir ayuda psicológica, pese a que en un momento no quería.

- La razón de no pedir ayuda psicológica, ¿era por una razón en especial?

- Muchas veces cuando uno es más chico, no es lo bastante maduro como para tomar buenas decisiones y uno cree que el psicólogo es como se dice por ahí “para los locos”. Sin embargo, creo que al día de hoy me ayudó bastante en lo personal y también en el tema del deporte. No todos los días son bonitos, también hay días grises donde las cosas no salen y creo que esa ayuda psicológica a uno le hace bien, le hace canalizar la energía. Creo que también para los deportistas de alto rendimiento es bastante necesario tener esa persona y ese guía que también lo puede ayudar a uno a conseguir cosas importantes. Fue la mejor decisión. Gracias a eso pude ir dando vuelta una situación, que en algunos momentos, se veía como que no lo iba a hacer.

- ¿Su familia fue quién lo orientó en tomar la terapia?

- Sí. Una de las personas que quiso que yo tomara esas sesiones fue mi señora, que me ayudó a buscar el psicólogo. Fue un guía para mí y en ese momento me ayudó bastante a sacar la situación adelante, por eso también lo recalco. Jorge, el psicólogo que vive en Calama, fue uno de los puntales también, porque me ayudó para volver a ser el Dani Castillo que había mostrado cosas diferentes antes de llegar a Iquique.

Futuro profesional

- ¿Cual es su situación contractual con Deportes Iquique?

- Mi contrato terminó el mismo día del Ascenso, porque ahora los contratos son hasta final de temporada. Así que me queda ver los temas contractuales con Iquique, el tema de los finiquitos y todas esas cosas. Ya después, lo que dé para el futuro, que sea lo que Dios quiera. Mientras mi familia y mi hija estén bien, yo voy a estar en el lugar correcto.

- ¿Ha tenido acercamientos con la directiva respecto a una posible renovación?

- Nada hasta el momento. Sólo me preocupé de lo que iba a ser la final del domingo contra Wanderers y ahora lo que venga está en manos de las personas que trabajan conmigo. Repito, yo sí estoy feliz en Iquique, eso no se lo niego a nadie, toda la gente acá lo sabe, la directiva también, pero igual debo pensar en el futuro de mi hija y ver donde ella esté bien y pueda estar bien en su futuro.

- Por esa ‘vuelta larga’ que usted mismo menciona, me imagino que el proyecto 2024 es mantenerse en Primera División, ¿no?

- Sí, es por lo que trabajé tantos años. Así que este 2023 me deja ese gustito de que también me puedo probar en Primera División y claro que me gustaría hacerlo con el club, pero si no se da esa oportunidad, también estoy dispuesto a hacerlo en otro lado. Donde yo esté bien y pueda demostrar que sí me la puedo en Primera.

- Tal vez un llamado de Santiago... ¿Está abierto a todas las opciones?

- Estoy feliz en Iquique, me encanta la ciudad, tengo un cariño especial por el club, por todo lo que yo viví desde principio a fin, pero también debo pensar en lo que es mi familia y también tú sabes que el tema económico manda un poco. Mi hija tiene tres años, ya se vienen muchas cosas por delante, así que ahora tengo que pelear por ella y ver su futuro.