Una gran proeza en el norte

En la mejor mejor presentación de 2024, Iquique superó a cabalidad a Universidad de Chile y se impuso claramente en el estadio Tierra de Campeones. Los dirigidos por Miguel Ramírez alternaron en el control del partido hasta antes de la expulsión de Leandro Fernández, pero después volcaron a la cancha el gran caudal de juego que la oncena nortina ha ido adquiriendo bajo la conducción del chileno. El 3-0, al final, resultó inapelable.

Antes de la visita a la capital nortina, en el cuadro azul había unanimidad en torno a la complejidad del encuentro. Iquique ha sido el equipo revelación del Campeonato Nacional, no ha abandonado el tercio superior de la tabla de posiciones y, con el apoyo del público local en el Tierra de Campeones, su nivel de desempeño se potencia. El elenco celeste, con 42 puntos, alcanzó a Universidad Católica y amenaza con escamotearle el cupo para la fase previa de la Copa Libertadores 2025.

Dos sellos nítidos

El eje de la propuesta de Ramírez en el conjunto iquiqueño es la alta intensidad. Los nortinos apuestan por un ritmo alto de juego que se concreta en la velocidad y frecuencia de las acciones técnico-tácticas desplegadas en el campo. Es un equipo que se mueve en bloque, ampliando con agilidad los espacios entre las líneas y las distancias horizontales en la fase ofensiva, pero orientado más que todo a un máximo rendimiento en las transiciones. Así, por ejemplo, anotó la segunda y tercera cifra ante la U para asegurar la victoria.

Otro sello del equipo dirigido por Ramírez es la presión constante en campo rival. Regularmente, Iquique no retrocede y conserva las líneas en torno al punto de pérdida del balón. Allí, desarrolla maniobras de acoso y respaldo para, al menos, obstaculizar la generación de juego rival. El último diseño del bloque ofensivo exhibido, con tres delanteros y dos volantes adelantados, se muestra activo, agresivo y con voluntad para moverse en conjunto en pos de la recuperación del balón. Sobre todo si el equipo rival intenta iniciar el juego desde la línea defensiva.

Referente ofensivo y mejoría

En ataque, el funcionamiento se estructura en torno a la presencia de Steffan Pino. Con casi 2 metros de estatura, el juego va recurrentemente hacia el centrodelantero para gestionar acciones de protección del balón o segundas jugadas ofensivas. También para concretar desviaciones hacia los volantes o extremos en busca de la continuidad de la maniobra colectiva de ataque. En los saques de banda, su incidencia es mayor por la cercanía de los envíos y lo incontrolable que se torna en defensivamente, debido a su contextura. De esta forma, los nortinos anotaron el 1-0 contra la U.

En defensa, la prestación del conjunto celeste ha ido mejorando. Sí, es el equipo con más goles a favor (47 en total), lo que da cuenta de la efectividad de su propuesta centrada en las transiciones ofensivas. Sin embargo, solo supera a Copiapó, Cobreloa y Cobresal en cuanto a los tantos recibidos, lo que se explica por el empleo de un bloque alto de presión y los riesgos consiguientes en la propia portería. Antes de no encajar goles contra la U, únicamente frente a Cobresal y O’Higgins pudo terminar con el marcador en cero en el arco.