Una joya de la U lideró la humillación de Ñublense a Cobreloa

Un baile. No hay otra forma de describir la goleada de Ñublense a Cobreloa en Chillán. Con un primer tiempo extraordinario, los de Mario Salas vencieron ¡6-0! al conjunto de Emiliano Astorga, que sufrió su tercera gran caída de la temporada. Y en esa actuación, mucho tuvo que ver Flavio Moya de 18 años, el joven que llegó a préstamo desde la U.

La fiesta chillaneja empezó a los dos minutos, con el gol de Pedro Sánchez, que apareció por el área chica y definió tras un pase de Bernardo Cerezo, una de las grandes figuras de la noche.

En el minuto 22, comenzaron los errores gravísimos de Cobreloa. El arquero Nicolás Avellaneda quiso salir jugando por el centro de la cancha, pero su pase fue interceptado por Flavio Moya, que luego inventó un golazo. Sin apurarse, metió un ‘sombrerito’ perfecto para batir al argentino, que estaba fuera de posición. Mario Salas reaccionó con aplausos por la jugada del joven perteneciente a la U.

En el minuto 30, Gastón Rodríguez comprometió aún más al conjunto de Calama. El delantero uruguayo quiso simular un penal, pero Juan Sepúlveda no le creyó y lo amonestó por intentar engañarlo. ¿Qué hizo el atacante? Aplaudió irónicamente al árbitro, por lo que recibió de inmediato la segunda tarjeta. Por más que el plantel loíno reclamara, la decisión estaba justificada.

Cuatro minutos más tarde, Ñublense pasó a golear en su casa. Bernardo Cerezo desbordó por el sector derecho y habilitó a Jovany Campusano que, por el segundo palo, cabeceó solo y con mucha calidad para dejar estático a Avellaneda. Así, los dos laterales se juntaron para el 3-0.

A los 45+1′, Lorenzo Reyes anotó el cuarto de penal -con un golazo- luego de una falta que había recibido Flavio Moya. Cobreloa estaba tan mal, que siguió dando licencias muy llamativas. Un ejemplo de eso fue que en el cuarto minuto de adición, Gabriel Graciani entró solo a cabecear un centro de Manuel Rivera y tras el rebote en el palo, el argentino empujó el balón al arco para anotar el 5-0 y el quinto de su campaña.

Emiliano Astorga decidió retocar el equipo con el ingreso de Christian Bravo y Mario Sandoval, pero no resultó. De hecho, Ñublense volvió a pegar recién comenzado el complemento. En el minuto 49, Bernardo Cerezo metió un golazo inolvidable.

El lateral realizó una pared con Graciani y, de primera, metió un zapatazo impactante al ángulo. El vuelo de Avellaneda hizo más espectacular la escena. Fue la coronación de una noche extraordinaria para el formado en Universidad de Chile.

Los de Chillán tuvieron un par de opciones claras para llegar al séptimo, pero Avellaneda respondió bien y salvó su arco. Luego, por algo lógico, Ñublense bajó el ritmo, guardó a algunas figuras y manejó la diferencia hasta el final, por más que Cobreloa se acercó con la intención de descontar.

Con este resultado, Ñublense logró la mejor victoria de su historia en Primera División. Cobreloa, en tanto, todo lo contrario: nunca había perdido por seis goles de diferencia en la máxima categoría.