Entrevista AS
Viaje al pasado de la nueva joya azul: timidez, ambición y ‘mañoseo’ en el casino de la U
Con 18 años, Darío Osorio brilló en el Clásico Universitario y cautiva con su talento. “Siempre fue flaquito y de repente pegó el estirón”, cuenta uno de sus formadores.
Darío Osorio es la gran aparición de Universidad de Chile en medio de una campaña caracterizada por la irregularidad. Durante la pretemporada, el zurdo, de 18 años, cautivó futbolísticamente al DT Santiago Escobar y suma seis apariciones en el primer equipo. En el Clásico Universitario (derrota por 2-1), su presencia en el segundo tiempo resultó clave para el repunte de la visita en San Carlos de Apoquindo ante la UC y marcó un gol de gran jerarquía. Los hinchas ya piden su titularidad.
Manuel Leiva dirigió a Osorio en la Sub 15 de U y luego, cuando estuvo al mando del fútbol joven del club, siguió de cerca el crecimiento del mediocampista. El actual DT ayudante de César Bravo en Unión Española reveló detalles desconocidos del camino de la nueva joya azul hacia el primer equipo.
“Cuando llegamos con Hernán Caputto (al área formativa) a la U, me tocó asumir esa categoría y allí se encontraba Darío, eran los nacidos en el año 2004. Me llamó inmediatamente la atención, junto a Lucas Assadi, los dos jugadores más proyectables que veía en el grupo. Obviamente ahora lo están demostrando, pero entonces marcaban diferencia por sobre los demás, a pesar de que esa categoría aún tiene muy buenos jugadores”, contó Leiva.
“Más tarde a Hernán lo ascendieron al primer equipo y me tuve que hacer cargo de la jefatura del fútbol joven. Ahí organizamos el tema del grupo de proyección y estaba incluido Darío. Cuando me tocó dirigirlo, hablé con él y siempre le dije que lo veíamos como un volante ofensivo, por sus cualidades técnicas. Tiene una zurda muy ‘educada’, muy buen remate, le pega muy bien al balón y tiene una lectura y visión de juego muy buena”, agregó el técnico chileno.
- En su aparición en el primer equipo, Osorio ha pasado por varios puestos por el sector izquierdo. ¿Cuál sería su posición original?
- Siempre jugó como volante ofensivo. Más tarde lo tomó el profe Nico (Nicolás) Prieto y siguió jugando muy bien en esa posición. Posteriormente, en la Sub 17, estuvo con Esteban Valencia y ahí él mejoró un montón, sobre todo porque Esteban tuvo la cualidad de ubicarlo en otra posición. Lo ubicó como un volante más retrasado, como un volante de salida. La verdad es que ahí adquirió todo lo que le faltaba. Era un volante ofensivo de muy buena calidad y todo, pero le costaba un poquito el tema de la agresividad, de recuperar balones y todo eso. Cuando Valencia lo bajó (de posición) empezó a sumarle a sus cualidades todos esos atributos que le faltaban. Sin duda que eso lo hizo un jugador más completo, que es el que vemos ahora. Hoy tiene buena llegada ofensiva, pero también tiene compromiso para defender.
- ¿Cómo lo ha visto en el primer equipo de la U? Le faltan todavía cosas por mostrar.
- La verdad es que yo creo que, en la medida que le vayan dando la oportunidad, va a ir demostrando todas las capacidades que tiene. Cuando un jugador es joven, lo van lanzando de a poco para que vaya adquiriendo esas experiencias que necesita o cerrando ese ciclo que significa pasar al primer equipo. Sin duda que las cualidades las tiene, y de sobra.
- ¿Cree que se desempeña mejor un poco más atrás en el mediocampo? Santiago Escobar lo ha alineado como volante izquierdo detrás de Jeisson Vargas.
- Yo creo que, cuando él tiene mejor visión de juego, se le puede aprovechar más. Sin duda que él lo puede hacer también un poco más arriba en la cancha, pero cuando viene desde más atrás tiene el campo de visión mucho más amplio. Tiene la capacidad para meter ese pase entre líneas o para hacer un cambio de juego, para habilitar y obviamente para rematar, porque golpea muy bien el balón.
- ¿Cómo es él en términos personales?
- Darío es del sector de La Calera, de Hijuelas. Es un muy buen chico, muy caballero, muy correcto. Tiene una particularidad: hace muchos años que él vivía en la casa de los cadetes de la U. Era muy chico cuando llegó y siempre fue algo tímido, retraído. Por ejemplo, cuando íbamos al casino (en el CDA) muchas veces las tías lo obligaban a que se comiera toda la comida, todas las verduras, porque era un poco reacio a comer ciertas cosas. Siempre fue flaquito y de repente pegó el estirón. Es un muy buen chico, calladito, introvertido, pero adentro de la cancha demuestra todo lo que todos le han visto. Ha crecido como persona y, Dios quiera, que le vaya muy bien. Se notaba que provenía de una familia muy bien organizada.
- ¿Qué proyección le avizora ahora que está despuntando en el primer equipo de la U?
- Yo creo que es un chico que tiene muchas cualidades y que a medida que vaya recibiendo confianza, se va a ir ganando su espacio, por su calidad de juego. Pienso que va a lograr con creces lo que él busca. Es un chico talentoso, es ambicioso, va a querer estar ahí siempre jugando y conseguir lo que se proponga.
- Osorio es de la misma generación de Assadi, ¿cómo convivían en la cancha en el fútbol formativo? Ambos inicialmente son mediocampistas ofensivos.
- Lucas jugaba más arriba, como ‘9′. Él (Assadi) es un centrodelantero diferente, es un ‘9 y medio’. Los dos se complementaban muy bien, siempre han tenido una muy buena amistad. Ni decirlo adentro de la cancha. Cuando se juntaban la pelota de fútbol quedaba como una pelota de tenis. Ambos tienen mucha calidad.