Vino de Paraguay, jugó décadas en Chile y se quedó: “Es difícil que vuelva a mi país”

Rodrigo Riquelme fue un protagonista recurrente del fútbol chileno en los últimos 20 años. El ex zaguero paraguayo pasó por seis clubes, incluida también una etapa en Colo Colo, y lo último que se sabía de él es que dejó el profesionalismo en 2019, actuando por San Luis en el Ascenso. Actualmente, reside en Talca y dialogó con AS.

“Hace poco me vine a vivir a la ciudad, llevamos cerca de un año acá con mi señora y los niños. Es una ciudad tranquila para vivir después de tantos viajes por tantos lados. Mi señora es talquina y la conocí en mi última etapa aquí en Rangers, el 2007. Estamos casados desde el 2011 y tenemos dos niños, la más grande tiene 13 y el más pequeño va a cumplir seis años”, cuenta el paraguayo, de 38 años.

- ¿A qué se dedica?

- Hago de todo un poco. Mi actividad comienza en la tarde, desde las tres en adelante. Estoy en el área formativa de Rangers, tengo las categorías Sub 13 y Sub 14. También algunas horas en la Corporación de Deportes de la Municipalidad de Talca, son unos talleres deportivos. Además dirijo dos equipos de la zona en la serie de honor, el Astaburuaga y el Juventud Católica de San Rafael. Estoy bien metido en el tema del fútbol, yo pensé que me iba a retirar y me iba a quedar en la casa. Pero ahora es al revés, no paro en la casa.

- ¿Está conforme por seguir inserto en el fútbol?

- Sí. Por una parte llevo poco en Rangers, cerca de un mes y medio. Si Dios quiere, a fin de año espero cerrar mi curso de técnico, igual todo esto me sirve, porque estoy ejerciendo. Hoy día estoy completamente enfocado en la parte formativa y espero estar un tiempo más en este ámbito.

- ¿Parece que lo llena colaborar en la formación de futbolistas?

- Sí, me gusta el tema de la parte formativa, porque yo nunca hice inferiores en Paraguay. A lo mejor, si hubiese estado con un técnico a los 14 ó 15 años que me hubiera dicho ‘controla de esta manera’, ‘cabecea de esta forma’ o ‘marca así’, quizás hubiese hecho mejor carrera o no, porque el fútbol es así a veces. Pero sí quiero devolver esa mano de lo que yo no hice. Sé los sacrificios que uno tiene que hacer en esto, así me enfoco cada día.

- ¿Se vio obligado a dejar el fútbol?

- Mira, me retiré en San Luis el 2019 y de ahí empezó el tema de la pandemia. Tenía idea de seguir jugando, pero las condiciones no eran las mismas. Donde he estado mi señora me ha acompañado y no soy partidario de que ella y los niños estén por un lado y yo por el otro. Ahí, en la balanza pesó más el lado familiar, dimos vuelta la página y el 2020 me puse a estudiar. Estoy cerca de terminar y espero hacer carrera en el fútbol.

- ¿Ya son dos décadas ininterrumpidas en Chile?

- Solo volví el 2006 a Paraguay, que fue el último año que jugué allá. Por el momento, es difícil que vuelva a mi país. Estoy empezando mi carrera de técnico acá, mi idea es hacer lo que hice como jugador ahora como entrenador.

- Cuando lo empezamos a conocer, sorprendió que ya tuviera el acento chileno. Ahora, ya ni se nota que es paraguayo al hablar…

- Sí, (ríe) y en gran parte la gente que no me conoce no sabe que soy paraguayo. Me ha pasado, por ejemplo, que llegué a Rangers, me presentaron como el ‘Paragua’ y después los mismo chicos me preguntaban por qué me decían así. Ahí tuve que explicarles que era paraguayo.

- ¿En la conversación con sus familiares le dicen algo por su ‘habla chilena’?

- Cuando hablamos, normalmente lo hacemos en guaraní. No se nota, porque es un idioma con el que uno prácticamente nació. Uno no pierde eso y, al mismo tiempo, cuando converso con la familia aflora todo el acento. Es por el rato que conversamos, después vuelve todo a la normalidad. Llegué el 2004 a Chile.

- ¿Qué cosa de los chilenos ya es parte de su vida?

- Soy amante del mote con huesillos, siempre me tomo uno, es infaltable. Hoy, me puedo comer un completo tranquilo, no estoy jugando, acá le ‘hago’ a los completos mojados, como le llaman en Talca. Yo soy un chileno más, me gusta cuando llega el ‘18′ de septiembre. Hacer un asado, compartir, comer empanadas. Me encantan los mariscos, allá en Paraguay no comemos mucho, pero acá son muy buenos. Todas esas cosas al final van quedando.