Walter Montillo se confiesa: la U, una pena, la chance de regresar a Chile y su nuevo rol en el fútbol

A Walter Montillo se le escucha contento. Hace cinco días, el ex mediocampista de la U cumplió 38 años y, por lo mismo, su círculo más íntimo le entregó mucho cariño. “La pasé bien. Por suerte, todo tranquilo con la familia. Aprovechamos de irnos al sur de Argentina. No conocíamos y fuimos a visitar”, cuenta el trasandino en una entrevista con AS. La ‘Ardilla’ se abre para repasar su carrera y su nuevo rol en el fútbol.

Hoy, Montillo es representante de jugadores y asesora, por ejemplo, a Joaquín Larrivey, uno de sus grandes amigos. “La verdad es que esto me gusta mucho y lo disfruto. Encontré una pasión”, explica el oriundo de Lanús, quien en esta charla, por cierto, solo omite hablar de la crisis que vive la U. El argentino siente que no es el momento más adecuado para entregar una opinión al respecto.

- Ha pasado poco más de un año desde su retiro. ¿Cómo es estar fuera de la cancha?

- Bien. Yo ya venía pensando lo que iba a hacer y por ahí eso llevó a que esté un poco más preparado. La verdad es que no lo extraño (al fútbol). Estoy bastante ocupado con las cosas que vengo haciendo, y quizás eso me hace no extrañarlo tanto.

- ¿Fue el final que esperaba?

- Sí, porque quise retirarme en la U de Chile. No en un contexto de pandemia, obviamente. Esperaba retirarme con gente y disfrutar ese último partido a estadio lleno, pero bueno. Las cosas se dieron así.

- ¿Extraña a la U?

- Sí. Extraño a muchos de los compañeros de esta última camada y de la primera, que después el fútbol no nos volvió a juntar. Pero sí. Lo que más extraño son los compañeros. Las concentraciones, los viajes, el vestuario.

- Sus hijos son muy hinchas del club. ¿Qué recuerda de su último día como futbolista, pero a nivel familiar?

- Los nenes estaban un poco tristes, porque siempre se preparaban para cada partido, para poder verlo o ir al estadio. Pero también entendían que el camino había sido largo y que tenía que hacer un poco más el rol de padre. Muchas veces no me tocó estar cerca de ellos en momentos importantes. Entonces, sentían que era un buen momento. Si bien en el entorno familiar esperaban que ese día llegara lo más tarde posible, llegó en un contexto de pandemia, donde todo era raro.

- ¿Ha pensado volver a Chile para una despedida con público?

- Lo tenía firmado en el último contrato (con la U). Aparecía lo del partido de despedida, pero también creo que, en los términos que me tocó irme, con la dirigencia que está de turno, tampoco es que piense que sea ya. Si en algún momento se da, bienvenido sea. Y si no, trataré de guardarme esos recuerdos de cuando me tocó jugar con gente.

- ¿Cuál fue su momento más feliz en la U?

- Los momentos más lindos son cuando consigues salir campeón o por ahí aquella Libertadores (2010) tan recordada. Pero todos los momentos fueron lindos. Lo más importante que me ha tocado pasar en el club fue la combinación de mi problema personal y familiar con Santino, mezclado con lo de la gente y lo cercana que fue conmigo y mi familia.

- ¿Y cuál fue el momento más doloroso?

- No sé si doloroso, pero el más triste es cuando toca irse, cuando te retiras, cuando no vas a jugar más y sabes que el próximo fin de semana no te vas a volver a poner la camiseta que tanto deseaste ponerte nuevamente. Eso fue una mezcla de emociones. De alegría por haber vuelto, por haber ayudado a mis compañeros a salir de la situación en la que estaban, pero de tristeza porque sabía que no me iba a vestir más.

- ¿Qué significa la U en su vida?

- Fue uno de los equipos más importantes. Esto, a nivel emocional, porque en todos los lugares en los que estuve la he pasado y me han tratado muy bien. En casi todos me ha ido muy bien en lo deportivo y en lo personal. Entonces, tampoco me quiero olvidar de las otras instituciones, pero lo de la U fue esto de empezar un problema grave en mi familia, y que ellos estén de mi lado. Lo emocional te lleva a que te sientas un poco más identificado.

- Tiene una conexión especial con los hinchas de la U en redes sociales. ¿Le emociona recibir tantos mensajes día a día?

- Es hermoso, no te lo voy a negar. Yo siempre traté, en todos los lugares a donde fui, de estar cerca de la gente. Terminamos siendo personas. Somos personas públicas, pero siempre traté y trato de estar lo más cerca posible. Son muchos hinchas y no se puede estar al lado de todos, pero en lo que me compete a mí, trato. Hace ya un año que me retiré y el cariño sigue. Para mí, eso es muy importante, porque de los jugadores de fútbol se van olvidando cuando van apareciendo nuevos talentos. A los que somos grandes nos van olvidando, porque las nuevas generaciones no nos conocieron. Entonces, hay que aceptarlo. Pero cada mensaje que me mandan, como el otro día en mi cumpleaños, lo leo con mucho cariño, porque es lindo que la gente no se olvide de uno.

- San Lorenzo, la U, Cruzeiro, Santos, Tigre, entre otros clubes. ¿Qué análisis hace de su carrera?

- Fue de menos a más. Si bien me tocó debutar en un equipo grande como San Lorenzo, fui creciendo deportivamente a lo largo de mis años. Cuando me tocó vestir la camiseta de mi Selección Sub 20, no estaba del todo desarrollado deportivamente como para marcar la diferencia en todos los clubes o en todos los partidos que me tocó jugar. Después uno va creciendo y va desarrollando algunas cosas que desde chico nos las había incorporado. Tal vez por no tener una formación completa de cadetes o inferiores, pero bueno. Estoy feliz con lo que me ha tocado vivir y lo guardo conmigo.

- ¿Le faltó algo a su carrera o está conforme?

- No, estoy más que conforme. Obviamente, uno siempre quiere más, pero no... Soy un pibe que salió de jugar en un equipo de barrio con amigos. Haber podido llegar a mi Selección, haber salido campeón en ligas competitivas, para mí es un premio enorme.

- ¿Es de ver sus jugadas en YouTube?

- No. A veces mis hijos se ponen a ver y yo quedo ahí mirando, pero no. Lo último que vi creo que fue cuando me retiré, que me regalaron un CD con todos mis goles y los vi porque fue un regalo y había cosas que no recordaba.

- Vi que construyó su propio museo con distintos artículos de fútbol. ¿Cuántas camisetas tiene en su colección? ¿Cuál es la más valiosa?

- Debo tener 400, más o menos. Hay muchas que son valiosas, tanto a nivel deportivo como a nivel personal. La de Leo Messi, que para mí es el mejor jugador de la historia. Tener dos camisetas de él es algo hermoso. Después, las de Neymar las guardo con muchísimo cariño. Tengo una gran admiración por él. Forjamos una gran amistad en su momento, y tener sus camisetas es un honor.

- ¿Quién es el gran amigo que le ha dejado el fútbol?

- Me ha dejado varios. Con los que he compartido y con los que no he compartido vestuario. De mis mejores amigos, Jeremías Caggiano, que ha jugado en la UC, pero no compartí vestuario con él. Somos muy amigos hasta hoy. Bueno, con el ‘Flaco’ Olivera, con Larrivey, con Victorino... Hay un montón de chicos con los que forjé una gran amistad y que perdura en el tiempo. Eso es lo lindo. De muchos eres buen compañero, pero de otros te haces grandes amigos.

- ¿Y quién es el técnico que más lo marcó?

- Alejandro Sabella en la Selección. Si bien lo tuve poco, era un técnico con muchísimos valores y que siempre te dejaba una enseñanza. Me ha marcado muchísimo, y no porque me haya llevado a la Selección, sino porque me gusta esa calidad de técnico y persona que siempre habla con la verdad, que es simple, que no le busca vueltas a nada. Él fue una persona muy clara y buena conmigo y con todos los chicos que estuvieron en esa Selección.

- Me imagino, entonces, que la partida de Sabella lo golpeó bastante...

- Sí, a todos. Acá en Argentina dejó una huella muy grande a nivel humano, porque, lamentablemente, en la Selección no pudo conseguir ningún título. Pero a nivel humano dejó una enseñanza muy grande con todo. No solo con los jugadores, sino también con los periodistas, con el hincha. Esas con las cosas que quedan. El fútbol es pasajero, pero lo que queda es la persona.

- A propósito de la Selección argentina, ¿cómo ve las opciones de Messi y compañía en el Mundial?

- Ojalá que les vaya bien. Yo los veo muy bien. Veo un equipo muy maduro y todos están muy metidos. Se ha encontrado una buena base de jugadores que rinde todos los partidos. Es un recambio muy importante para la Selección y Messi está mejor rodeado que en otros tiempos, en donde se dependía muchísimo más de él. Se ha encontrado una armonía y un buen juego, que es lo más importante. La Selección argentina está jugando bien a la pelota. Entonces, cuando un equipo juega bien y resaltan muchos, es por ese camino. Creo que puede pelear.

- Tras retirarse, usted publicó un libro sobre su vida. ¿Cómo le fue con eso?

- Creo que bien (ríe). Desde Planeta (la editorial) me han dicho que el libro ha sido bien vendido en Chile. Es una historia linda y los comentarios han sido positivos. Pudimos contar una historia de nuestra familia, mezclada con emociones, y un montón de cosas que, por suerte, a la gente le gustó.

- Usted recién mencionaba a Neymar, y justamente él hizo el prólogo del libro. ¿Por qué el brasileño y no otra persona?

- ‘Ney’ fue muy importante en mi carrera y para darle cuerpo al libro estaba bueno que sea una persona reconocida a nivel mundial y que pueda contar un poco cómo nos conocimos. Yo se lo pregunté y automáticamente me dijo que sí. Quedó muy lindo, porque fue tal cual como él lo describe. No le dije nada, solo se explayó y puso lo que realmente le pareció. Al libro le dio un cuerpo importante, porque, para mí, tener un nombre como él en la portada es espectacular.

- ¿Cuál es su mejor recuerdo con Neymar?

- El llamado telefónico que me hizo para ir a jugar a Santos. Eso es como si hubiese pasado hoy. Poder hablar con él por teléfono, y encima en portugués, porque yo tenía un portugués bastante fluido en ese momento, es algo que nunca pensé que podría pasar. Fue muy loco y raro.

- Tras el retiro, usted también se transformó en padrino de una liga de futsal para personas con Síndrome de Down en Argentina. Cuénteme más de eso…

- Sí. Me habían contactado porque siempre están buscando figuras públicas que puedan ayudar, porque esos torneos no tienen mucha más difusión de la que uno le puede dar o conseguir. Yo feliz. Ellos sabían de la historia de Santino y no lo dudé. Tenía el tiempo para poder hacerlo, ya que no jugaba más, y es algo muy lindo. Las familias depositan mucha emoción y quieren que los chicos crezcan de la manera que lo hacen todos.

- ¿Ha vuelto a jugar fútbol?

- Hace dos semanas volví a jugar con amigos (ríe). No había jugado desde el día que me retiré.

- ¿Y cómo anduvo?

- Pensé que me iba a costar un poco más, pero en la parte física me encuentro bien, porque entreno todos los días. Yo siempre digo: uno nunca se olvida de jugar al fútbol y de andar en bicicleta. Por ahí te puede costar un poco en la parte física, o si tienes algún rollito de más. Pero en este caso me encontraba bien físicamente. Lo disfruté, porque hace mucho que no jugaba.

- ¿Qué lo motivó a ser representante de futbolistas?

- Lo que me motivó fue trabajar con el representante (Sergio Irigoitía) que tuve toda mi carrera. Él siempre se ha comportado muy bien conmigo, muy transparente, y ha estado al lado de uno en la parte personal más que en la comercial. Y siempre le dije que me gustaría hacer algo con él, porque tenemos una gran relación. Y también para poder usar los contactos que uno va haciendo a lo largo de la carrera. Me gusta mucho el fútbol formativo, el profesional también, pero también estar encima de los jugadores y poder profesionalizarlos lo más posible. Que las noticias que salgan de ellos sean deportivas y no extrafutbolísticas, como fui yo en toda mi carrera.

- ¿Cómo es su día a día desde esa labor?

- Por suerte somos varios en la empresa (BYP Argentina). Jeremías Caggiano también es parte y hay otra persona más. Tenemos una estructura bastante bien armada, con un profe, un coaching, un doctor, porque los jugadores necesitan de eso. Pero mi día a día es mucho de estar encima de los jugadores, de ver mucho fútbol, de estar constantemente yendo a ver cadetes o a los jugadores que representamos. Juntarse con gente, relacionarse, hablar. Y pasarla bien, que es uno de los motivos que me llevó a hacer esto, y con mucha pasión. No estamos atrás de la plata, sino que queremos que los chicos puedan crecer como personas. Y si crecen futbolísticamente, nosotros vamos a estar felices.

- Hace un tiempo, en un post de Instagram, su mujer decía que se la pasaba a las puteadas porque ahora usted vive con el teléfono. ¿Cómo compensa aquello?

- (Ríe) Sí, ahora mejoré un poco, porque uno va aprendiendo. Pero sí. Hay momentos que, cuando llegan los libros de pases, uno tiene que estar atento al teléfono, porque te llaman y tienes que responder. No es tu carrera, sino la de otro chico. Entonces, no podemos fallarles. De a poco ella también lo va entendiendo. Antes yo me la pasaba viajando y ahora estoy un poco más con el teléfono.

- En Chile se ha creado la opinión de que los representantes quieren apoderarse de todo. ¿Qué le parece?

- Es una profesión en la que por ahí hay gente que hace las cosas mal. Conmigo se han portado muy bien. Es como en la vida. Hay gente que lo hace bien y que lo hace mal. Para nosotros, los jugadores son personas antes que futbolistas. Entonces, no lo hacemos por la plata, sino porque nos gusta. En el fondo termina siendo un negocio, pero tiene que ser para el jugador y después todo lo que viene atrás. Yo siempre lo pensé así y lo seguiré haciendo. Después, lo que hagan los demás, no es un problema mío. Sabemos que hay gente que maneja muchísimos jugadores, muchísimos clubes y es una manera de trabajar... Nosotros lo hacemos de una manera totalmente diferente.

- ¿Qué valor le da a volver a compartir todos los días con su familia?

- Para mí, la familia es lo más importante. Yo disfruto de poder levantarme temprano y llevar a mis hijos al colegio si lo tengo que hacer, porque a veces nos turnamos con mi señora. O poder acompañar a entrenar a mi hijo más grande y hacer cosas que antes no podía hacer. Yo disfruto un montón. Es algo que me gusta.