Entrevista AS | Parte II
“Yo era un referente del club y algunos dirigentes ni me saludaban... Eso me dolió”
“No estaba teniendo minutos y yo consideraba que mis estadísticas eran para otra cosa. Pero no me dejaron salir”, recuerda.
Hace unos días, AS publicó la primera parte de la entrevista que tuvo con Albano Becica, volante argentino que fue clave en el ascenso de Deportes Melipilla a Primera B. En la conversación, el jugador de 39 años repasó su temporada y le dedicó emotivas palabras a su pareja y su pequeña hija, por siempre apoyarlo.
Ahora, en la segunda parte de la charla, Becica recuerda los momentos más duros que ha vivido en el fútbol chileno. En Magallanes y Deportes Santa Cruz, específicamente, el experimentado mediocampista vivió días muy difíciles.
- ¿Cuál ha sido el momento más complejo que ha vivido en Chile?
- Bueno, a mí me costó mucho en Magallanes, en el 2019. Ahí llegué después de rescindir en Deportes Puerto Montt. Me fui porque tenía mucha ganas de volver a trabajar con Óscar Correa, que me había dirigido en Puerto Montt. El tema fue que, a las pocas fechas, Óscar se fue de Magallanes y yo seguí trabajando como corresponde, pero ya no tenía el mismo lugar, a pesar de que entrenaba bien.
- Eso lo golpeaba anímicamente, ¿no?
- Al final, no me tocó jugar mucho y tuve que correr por la cancha, haciendo intermitentes. Yo le daba y le daba, porque decía ‘sé que me merezco jugar’. Después, se terminó la temporada, me llamó el ayudante de Marcoleta en Rangers y me preguntó ‘¿por qué estás corriendo por fuera?’ No sé cómo se enteró... Pero bueno, el esfuerzo tuvo su premio y me llevaron a Rangers, un club grande. Eso me levantó, porque yo estaba muy mal. Ahí sentí que el esfuerzo sí estaba valiendo la pena.
- ¿Ha vivido algún otro momento difícil en nuestro país?
- Bueno, a mitad del año pasado, estando en Santa Cruz, me llamaron desde Deportes Concepción. Yo quería irme, porque con Marzuca no estaba teniendo minutos y yo consideraba que mis estadísticas eran para otra cosa. Pero no me dejaron salir... A fin de año, algunos dirigentes de Santa Cruz ni siquiera me saludaban y yo ya llevaba tres años ahí, siendo un referente. Eso me dolió mucho.