“Algunos se van jóvenes, yo me quedé y confié en la liga chilena, que para mí es de exportación”
“La gente de Concepción siempre me trató muy bien, siempre creyeron en mí”, dice Sebastián Carrasco, quien emigra a Argentina.
Sebastián Carrasco (25) dará el gran paso de su carrera. Luego de consagrarse campeón con Universidad de Concepción de la Liga Nacional y ser escogido el MVP de las Finales, el basquetbolista chileno emigrará a Gimnasia y Esgrima de Comodoro, de la Primera División de Argentina. Hoy, el también kinesiólogo vive un momento inmejorable, que debió ganárselo a pulso.
En 2018, llegó a la UdeC para estudiar una carrera profesional y se integró rápidamente al equipo de baloncesto, pero en ese tiempo no contó con muchos minutos y quedó relegado. “Siempre he sido muy fuerte mentalmente, pero obvio que tuve momentos de duda”, confiesa en AS.
- Primero que todo, me gustaría conocer sus inicios. ¿Cómo surgió su afición por el básquetbol?
- Yo vengo de una familia de mucho básquetbol, entonces fue natural. Mis abuelos, mis tíos jugaron, mi papá también jugó en la UdeC, incluso mi mamá. Desde chico me impulsaron en este deporte. A los seis años ya entrenaba en doble turno, entonces nací con el básquet. Luego, me fui dando cuenta que tenía talento, y si eso lo acompañaba de entrenamiento, más lo competitivo que siempre fui, podía dedicarme al deporte. El 2015, con 15 años, me llamaron a integrar el equipo adulto de Ancud, y me vi muy capaz, podía jugar de buena forma contra jugadores mucho más grandes que yo. Sólo tenía que acostumbrarme al roce.
- Luego, en 2018 llegó a la UdeC, pero no tuvo tantas chances de inmediato...
- Sí, pero yo sabía que tenía las condiciones para llegar al básquet profesional, era cosa de tiempo y trabajo duro. En esos momentos difíciles entrenaba el doble. Había muchos partidos en los que no jugaba, pero no perdí el tiempo: me iba a hacer pesas, salía a correr, quería estar en forma.
- ¿Cree que todo ese trabajo es lo que lo lleva ahora a la Primera División de Argentina?
- Sí, y este nuevo paso, si bien habla bien de mi trabajo, sobre todo habla bien de la liga chilena, porque me permitió desarrollarme. Hay muchos chicos que se van jóvenes afuera, yo me quedé, confié en lo que me podía entregar Chile y su liga, que para mí es de exportación. Espero que la liga sea cada vez mejor mirada.
- En esos momentos donde había sido relegado, ¿sintió el apoyo de la gente en Concepción?
- Totalmente. La gente de Concepción siempre me trató muy bien, siempre creyeron en mí, vieron en mí las cualidades para llegar a ser el jugador que hoy soy. Se portaron un siete, me dieron sus palabras de apoyo cuando las necesitaba. Tengo grandes recuerdos, celebrando títulos... Les tendré siempre mucho cariño.