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SANTIAGO 2023

Crece el lío del atletismo chileno: duro dardo contra la mamá de Martina Weil

Berdine Castillo salió en defensa de Poulette Cardoch e hizo una extensa declaración. Apuntó contra Ximena Restrepo y también habló de clasismo y racismo.

Actualizado a
Crece el lío del atletismo chileno: duro dardo contra la mamá de Martina Weil
JONNATHAN OYARZUN/SANTIAGO 2023 via PHOTOSPORT

Este lunes, Poulette Cardoch hizo una grave denuncia. A través de sus redes sociales, la atleta del Team Chile reveló que fue sacada sin argumentos de la final de la posta 4x400 de Santiago 2023. En su escrito, la deportista de 26 años apuntó a Marcelo Gajardo, entrenador a cargo de la preparación del grupo. “Jamás imaginé que ocurriría algo así”, fue parte de su desahogo en Instagram.

La polémica, eso sí, no termina ahí. Ahora, la atleta nacional Berdine Castillo hizo una extensa declaración pública que le da mayor peso al relato de Cardoch y entregó más detalles de la situación. “Me he propuesto ser veraz, descriptiva y rigurosa”, partió escribiendo la deportista, quien sí compitió en la final 4x400 de los Juegos Panamericanos, a pesar de que inicialmente también había sido borrada.

Ranking de Chile 2023 - Prueba 400 metros (periodo de clasificación Juegos Panamericanos).
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Ranking de Chile 2023 - Prueba 400 metros (periodo de clasificación Juegos Panamericanos).

Este es el comunicado de Berdine Castillo:

A raíz de la situación acontecida con el relevo 4x400 damas durante los Juegos Panamericanos 2023, y debido a las numerosas preguntas que he recibido al respecto, he decidido realizar la siguiente declaración pública con el objetivo de aclarar y denunciar los hechos que a continuación describo.

Me he propuesto ser veraz, descriptiva y rigurosa. Esto último, hace imposible realizar una declaración breve.

1. Según consta en los criterios de selección publicados por la Federación Atlética de Chile, el período de clasificación para los Juegos Panamericanos de “Santiago 2023″ se extendía desde el 01 de enero al 18 de septiembre del presente año. Una vez culminado dicho período, el ranking nacional en la prueba de 400 metros damas quedó conformado de la siguiente manera:

2. Debido a las posiciones establecidas en el ranking y los propios criterios de selección, en reiteradas ocasiones el jefe de área de velocidad y el encargado técnico de nuestra Federación me comunicaron que, tal como resultaba lógico, el equipo titular estaría conformado por las cuatro atletas mejor posicionadas en el ranking. En consideración de lo anterior, junto a mi entrenador definimos realizar una ardua y exhaustiva preparación para participar en las pruebas de 800 metros y el relevo 4x400 metros.

3. A pesar de los méritos demostrados en la pista y de encontrarme objetivamente en el mejor año de mi carrera deportiva, los días previos a los Juegos Panamericanos (incluso ya estando dentro de la Villa Panamericana) comencé a ser progresivamente hostigada por algunas compañeras y el entrenador encargado de coordinar el relevo, Sr. Marcelo Gajardo. Me instaban a ceder mi cupo en la posta. Las principales excusas que me señalaban eran: “que debía focalizarme en mi prueba principal (los 800 metros)”, “que no alcanzaría a recuperarme de los 800 metros para correr el relevo”, “que había otras integrantes del relevo que podían hacerlo mejor”.

4. Frente a lo señalado, junto a mi entrenador siempre nos defendimos diciendo que el cupo me lo había ganado en la pista, que las marcas hablaban por sí solas y que además me encontraba mejor preparada que nunca para correr la posta 4x400. De hecho, entregamos evidencia sobre ello al cuerpo técnico de la federación (incluido el Sr. Gajardo), exponiendo que dos semanas previas a los Juegos Panamericanos había realizado un control de 800 metros en 2′02″30 y un control de 400 metros en 54′'20. Es decir, pruebas irrefutables de que estaba en mi mejor momento competitivo. Había videos que acreditaban lo anterior.

5. La intensidad de este tipo de conductas bajó considerablemente después de la reunión técnica de la selección chilena de atletismo, realizada el 27 de noviembre al interior de la Villa Panamericana. Ocasión en la cual, el jefe técnico de la federación reiteró de forma clara y explícita que el relevo 4x400 estaría conformado por las cuatro mejores atletas del ranking, siendo reservas aquellas deportistas que estuvieran en quinta y sexta posición. Los criterios eran lógicos y fáciles de comprender.

6. Sin embargo, el último día de los Juegos Panamericanos, cuando estaba terminando mi calentamiento para disputar la final de los 800 metros (probablemente una de las carreras más importantes de mi vida), y a poco más de dos horas para que se iniciara el relevo, el Sr. Gajardo se presentó en la pista. Solicitó a mi técnico que abandonara el calentamiento que me estaba supervisando, para expresarle que había decidido ignorar los criterios de selección a último minuto y que me eliminaba del relevo. Cabe señalar que él entrena a quien era la primera reserva y trabaja para el club por el que corre la segunda. Todo esto acontecía, conmigo a unos escasos metros de distancia.

7. Agradezco el autocontrol de mi entrenador, así como la presencia de mi psicólogo deportivo en la pista de calentamiento, quienes hicieron todo lo que estuvo a su alcance para que esta situación no me desconcentrara y me pudiera enfocar en la final que estaba a punto de correr. Sin embargo, aunque puse todo de mi parte, durante los minutos posteriores y, en el desarrollo de la propia final, no pude dejar de pensar: ¿Por qué me hacen esto?, ¿Por qué el entrenador del relevo decidió esperar hasta ese momento para comunicarme esta decisión? , ¿Por qué justo antes de la final?, ¿Por qué recibo este trato?.

8. Al acabar la final de los 800 metros, carrera que esperé durante todo el año con ansias, tenía sentimientos encontrados. Estaba feliz y enormemente agradecida por el apoyo del público, nunca había tenido una experiencia tan extraordinaria en la pista. Sin embargo, por otro lado, seguía sin comprender por qué me habían sacado del relevo, a pesar de tener méritos objetivos para estar dentro de él.

9. Mi sorpresa fue aún mayor, cuando me informaron que no sólo me habían eliminado a mí de la posta, sino que también habían sustituido a mi compañera Poulette Cardoch. No lograba comprender nada, estaba desconcertada. Nos habíamos ganado el derecho en la pista, pero el Sr. Gajardo consideró que nuestros méritos, aunque eran objetivamente superiores, tenían menos valor que los de nuestras compañeras. Atletas que no fueron capaces de decir ni una sóla palabra a favor nuestro.

10. Afortunadamente, ante esta situación, se presentaron pronto en la pista de calentamiento el jefe técnico de la federación y el encargado del área de velocidad del mismo organismo. Conversaron con el Sr. Gajardo, le pidieron explicaciones, lo instaron a respetar los criterios de selección y basarse en las marcas objetivas de cada atleta para conformar el equipo. No obstante, se negó y fue relevado de su cargo, ya que insistía en hacer correr a la quinta y sexta atleta del ranking, situación que bajo cualquier perspectiva atenta contra los intereses superiores del país y el respeto por los méritos deportivos. Además, los criterios de selección habían sido establecidos precisamente para evitar este tipo de situaciones abusivas.

11. Gracias a la intervención oportuna del jefe técnico y el encargado del área de velocidad de la Federación, Poulette y yo pudimos regresar al equipo. No obstante, lo peor vino después, ya que apenas nos reintegramos al relevo titular se suscitaron los problemas. Con nuestro regreso, hubo compañeras que amenazaron con bajarse del equipo y me hicieron la “ley del hielo”. De hecho, hice preguntas a las compañeras de la posta y se rehusaban a dirigirme la palabra durante el calentamiento.

12. Paralelamente, comenzaron a llegar a la pista personas externas al equipo nacional, en especial familiares de otras integrantes del relevo, quienes gritaban e insultaban al equipo técnico de la federación y a otros entrenadores/as que habían solidarizado con nosotras. En lo personal fui increpada de múltiples formas, llegando incluso a insultos que resultan imposibles de no vincular con racismo, clasismo, elitismo y otras expresiones de discriminación.

13. Entre las personas que se presentaron en la pista de calentamiento, estuvo la vicepresidenta de World Athletics, Sra. Ximena Restrepo (madre de Martina Weil), quien sin considerar el peso simbólico de su presencia y de sus palabras, gritó e insultó a técnicos de la Federación chilena, señalando a viva voz mi nombre y cuestionando mi presencia en el equipo. Exigió y presionó en todo momento, sin derecho o potestad alguna, que me sacaran del relevo 4x400. Hay múltiples testigos de estos hechos.

14. El jefe técnico y el encargado del área fueron valientes y no cedieron a todas estas presiones. Nos defendieron. Sin embargo, mi compañera Poulette estaba emocionalmente destrozada. Había sido cuestionada públicamente y humillada a niveles que nadie merece, así que optó por renunciar al relevo. Para ella todo mi apoyo y solidaridad.

15. También estuve al borde de renunciar, lo reconozco. La pena y la desazón me embargaban. Nuestros entrenadores hablaron individualmente con cada una de nosotras (Poulette y yo). Nos dijeron que la decisión era nuestra, pero que debíamos tener claro que era nuestro derecho correr y formar parte del equipo.

Ante esto, entendí que no podía permitir que me excluyeran de algo que me había ganado con tanto esfuerzo. Así que junto a mi entrenador decidimos que correría, y que daría todo, como siempre lo he hecho cada vez que defiendo los colores de Chile. Pero esta vez sería diferente, porque también correría por Poulette.

16. Fue así como me presenté en la pista de competencia y entregué lo máximo de mí, quizás como nunca en la vida. Logré ser, objetivamente, la segunda atleta más rápida en el relevo, tal como consta en la tabla de más abajo. Recibir las felicitaciones de Poulette, debido a mi desempeño en el relevo, fue una de las mayores satisfacciones que pude tener posterior a la prueba.

17. Con Poulette estamos conscientes de que no provenimos de ninguna elite social o económica. También que somos las únicas deportistas del relevo que no egresaron de colegios vinculados al estrato socioeconómico alto de la capital o centros educativos extranjeros. No obstante, siempre confiamos que el atletismo al ser un deporte donde todo se mide objetivamente (mediante unidades de tiempo o distancia), no daría espacio a las injusticias que pueden ocurrir en otras actividades de la vida social.

En términos generales, dentro de la selección nacional de atletismo siempre hemos convivido positivamente personas de diferentes orígenes y preferencias, estableciendo vínculos de amistad que trascienden a cualquier posición social. Sin embargo, con este episodio, hemos aprendido abruptamente, que tal como señala el refrán popular “en todos lados se cuecen habas”.

18. En numerosas ocasiones pasadas, a Poulette y a mí nos tocó ser la quinta o sexta integrante de la posta. Siempre apoyamos a nuestras compañeras y jamás intentamos clasificarnos por secretaría, mucho menos boicotear el trabajo de ellas o sus técnicos. Tampoco hicimos intentos para convencerlas de que debían cedernos sus lugares. Pero a raíz de lo acontecido, pareciera que más allá de cualquier mérito que pudiéramos demostrar en la pista, la idea era que siempre asumiéramos un papel secundario en el equipo.

19. Después de vivir esta situación, donde fuimos denostadas y negadas siempre por otras mujeres, resulta imposible no pensar en esa “sororidad” de la que tanto se habla, pero que tan poco se practica. Nos falta tanto por aprender.

20. Estoy consciente, que esta declaración nombra a personas y grupos poderosos, que pueden condicionar negativamente mi carrera deportiva y privarme de oportunidades futuras. Sin embargo, ante tamaña injusticia, resulta imposible guardar silencio. Siento que es mi deber denunciar lo ocurrido y abogar por un atletismo libre de prejuicios y discriminación. Confío, que esta declaración sirva para que este tipo de situaciones no se repitan nunca más.

21. Estos Juegos Panamericanos, significaron para mí un nuevo y enorme aprendizaje. Una oportunidad para continuar creciendo y madurando. Lo vivido en la pista fue único, en especial por el apoyo de cada persona, me siento profundamente afortunada y agradecida con la vida. Pero al mismo tiempo, me llevo lecciones muy grandes en lo extradeportivo.

Agradezco, enormemente cada palabra y gesto de apoyo. He leído y escuchado cada mensaje. Su apoyo ha sido fundamental para continuar adelante entre tanta injusticia y discriminación.

Aprovecho también de agradecer a mi familia, pololo, entrenador y equipo médico por su apoyo incondicional. También a la Federación Atlética de Chile por defender que se cumplieran los criterios de clasificación, a mis auspiciadores por estar siempre conmigo y a la Universidad Andrés Bello por apoyarme en todo momento.