Entrevista AS

“Cuando mi hijo se fue a Chile, fueron los peores días de mi vida... Pero siempre tuve fe en Dios”

“La nacionalidad es un logro, un sueño cumplido. Ahora tenemos la esperanza de reencontrarnos, él tiene un corazón muy grande”, afirma Elizabeth Ponce.

“Cuando mi hijo se fue a Chile, fueron los peores días de mi vida... Pero siempre tuve fe en Dios”
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Luego de dormir en la calle, pasar hambre y tocar varias puertas, Yunerki Ortega, el nadador paralímpico que se fugó de la delegación cubana en Santiago 2023, consiguió su tan anhelada nacionalización. El 2 de julio, con 30 votos a favor, 0 en contra y una abstención, el Senado lo aprobó oficialmente como chileno.

La historia de Ortega fue tema en los pasillos del Congreso. No solo porque Chile tenía la posibilidad de “fichar” a un ganador de cuatro medallas parapanamericanas y dos veces finalista en Juegos Paralímpicos, también porque su arribo al país fue dramático: “Me quedaba a dormir en paraderos”, contó a AS Chile a comienzos de año.

Tras recibir la nacionalización, el nadador ciego -ahora compite en triatlón- reaccionó con emoción. El momento, que quedó plasmado en un video de AS Chile, se viralizó rápidamente: tiene millones de reproducciones.

Ahora, la madre de Yunerki, Elizabeth Ponce Diaz, entrega su testimonio por primera vez. La cubana conversó con AS y recordó los primeros pasos de su hijo no solo en el deporte, si no también en el momento que él tomó la decisión de darle un vuelco a su vida.

- ¿Yunerki siempre fue apasionado por el deporte?

- Si, a él siempre le gustó el deporte, lo que más le gustaba era la pelota (beisbol). Pero como no podía por la escases de vista, empezó por el karate, luego estuvo con el judo, donde perdió la visión completa. Él nació ciego, lo operamos seis veces y quedó con baja visión. Después cuando estuvo en el judo, perdió su visión completa por un desprendimiento de retina. Ahí, pasó a la natación, donde tuvo sus primeros logros.

- ¿Cómo recuerda la niñez de Yunerki?

- Era un niño muy activo, se ponía por ahí a vender con otro amigo cosas para ayudarme día a día. Me rompió dos maletas y un maletín vendiendo por la calle. Siempre fue un niño muy activo y luchador. Siempre intentaba estar un pasito adelante.

- Él tomó la decisión de quedarse en Chile junto a otros deportistas cubanos durante 2023, ¿se lo contó a usted?

- Yo me enteré después, no supe en su momento que él estuvo en la calle. Después cuando me enteré, fue “wow”. Ahora cuando lo llamo le digo “ponme la cámara, quiero ver que estás durmiendo bajo un techo”. Imagínate tú que él durmió en la calle, todo eso se lo tragaba... Fueron días sin comer. Todas esas cosas me enteré después porque se le fueron, pero nunca me dijo nada.

- ¿Y cuando se fue de Cuba?

- Todavía me acuerdo. Mi muchacho me dijo que se iba a quedar en Chile, pero nunca creí que de verdad lo iba a hacer, me dijo cuando ya estaba en el taxi. Estuve tres días que fueron los peores de mi vida.

- Él le contó que estaría con amigos chilenos, pero no fue así, ¿Era para dejarla tranquila a usted?

- Yo estaba conforme, me decía que estaba con amistades, con chilenos... Al principio no me sentía tan mal porque estaba con gente conocida, que lo estaba ayudando. Pero luego tomó esa determinación de abrirse paso él solo, imagínate tú. Yo siempre tuve esa cosita de que no, que no se iba a quedar de verdad.

- ¿Ha considerado o le gustaría poder viajar a Chile para reencontrarse con su hijo?

- Yo tengo la esperanza, ahora más que nunca, como tiene su ciudadanía chilena gracias a Dios, de encontrarme con él para ver como está. Ahora más que nunca tengo esa esperanza.

- Cuando Yunerki consiguió la nacionalidad chilena, ¿qué sintió usted?

-¡Wow! Es una cosa que todo el mundo lo que ve es el medallista olímpico, y la nacionalidad de él ahora es chilena. Siempre tuvimos esa fe en Dios que la iba a tener... Fue un logro, un sueño cumplido.

- ¿Cómo lo vivió su familia?

- Nosotros al principio, yo inclusive, cuando el comenzó la natación yo me lo quería llevar de la piscina, me dijo que no... él era chiquitico. Siempre lo apoyamos mucho. Cuando se decidió a ir por el deporte, se fue abriendo caminos, era muy independiente. Un día cogió su bastón y me dijo “yo voy a salir, no voy a seguir en mi cama”. Él no se dio cuenta, pero los seguí ese día por toda la carretera, viéndolo con su bastón. Desde ese entonces se abrió caminos, gracias a Dios en el deporte. Estamos más que contentos, por más que él esté lejos, pero por sus sueños luchó y luchó.

- A Yunerki le tocó estar lejos de su hija...

- Si, hace un ratito hablé con él, para decirle las notas de ella, que está en pruebas. Cuando ella se enteró que le habían dado la ciudadanía se puso muy contenta. Es difícil la comunicación, la hija de Yunerki vive en un campito, entonces a veces es difícil hablar. Ella al principio estaba llorando y ya después se puso muy contenta. Tenemos mucha comunicación a pesar de todo.

- ¿Cómo ha podido ver esa relación entre padre e hija en la distancia?

- Ella quisiera estar con su papá (risas). La mamá tiene otro niño que no es de Yunerki, entonces ella (su hija) le dice “papá si me llevas puedes decirle a mi mamá para que me dé permiso para irme”. La pequeña siempre me dice “si le pudiera dar los ojos a mi papá, se los daría”. Tiene nueve añitos, imagínate... A pesar de todo él siempre fue muy apegado a ella, siempre muy al pendiente de cómo estaba. Cuando hablamos por teléfono con él, siempre le decimos a ella que ya vamos a estar todos juntos otra vez. A pesar de su edad, ella entiende. No pierde la fe de poder estar con su papito.

- ¿Le gustaría poder dejarle un mensaje a su hijo?

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- Yunerki: te deseo lo mejor de este mundo, que todos tus sueños se hagan realidad. Ya eres chileno, que era algo que anhelabas, como dices tú, vas por más logros en tu carrera deportiva. Lo más lindo de este mundo es el corazón tan grande que tú tienes.

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