Entrevista As
De escribir libros y ser jurado en el Festival de Olmué a ser campeón con la Roja: “Me sentí como Vidal”
Se hizo conocido como periodista musical y hace poco ganó el Panamericano de Pádel. “Estuve en las inferiores de Colo Colo, pero no se me dio en el fútbol”.
Manuel Maira tiene 44 años, es periodista y gran parte de su trayectoria ha estado ligada a la música. Es autor de los libros “Canciones del Fin del Mundo” (2012), “Bajen la música” (2014) y “Jorge González, una historia original” (2016), mientras que en el 2015 fue jurado en el Festival del Huaso de Olmué. También trabajó en TVN, La Tercera y las radios Rock and Pop y Tiempo. Sin embargo, el deporte siempre ha estado presente en su vida.
“Independiente de que hice una carrera en la música, de chico pasé por las cadetes de Colo Colo y por distintas razones no se me dio en el fútbol. De todas formas, siempre quedó ese bichito de la competencia. Después de muchos años retomé el deporte gracias al running, experimenté en el triatlón y estuve en el Ironman de Pucón, pero ninguna de esas disciplinas me motivó a seguir, porque la competencia ahí es más con uno que con otros. En esa búsqueda, apareció el pádel. En el 2019 vivía a media cuadra de unas canchas, vi un tutorial de Youtube y desde ahí me envicié”, cuenta en diálogo con As.
Y es en este deporte donde hoy celebra uno de sus mayores éxitos. Hace unos días se coronó campeón con la selección chilena en los Panamericanos de mayores de 40 años, celebrado en Mar del Plata, Argentina.
- ¿Cómo se produjo esta chance de jugar en la Roja del pádel?
- No paré de jugar y entrenar para mejorar. Inventé un podcast (Rey Pádel) que ha sido como un doctorado, porque todas las semanas entrevisto a gente que sabe de este deporte y le pregunto todo lo que se me ocurre para aprender. He estudiado mucho esta disciplina y ahora estuve en los selectivos nacionales. Los puntos que acumulé ahí me dieron para entrar a la Selección. La verdad es que la oportunidad me llegó antes de tiempo, porque era un objetivo para el otro año.
- Fueron campeones, pero el camino fue muy complejo...
- Sí, fue todo muy accidentado, porque una semana antes tuve la baja de mi compañero y debí conseguir a otro que es Carlos Fajardo. A demás, a tres días de viajar me lesioné y viajé con una fisura en la costilla izquierda, pero a punta de ibuprofeno pude jugar.
- ¿Qué significa este logro para usted?
- Para mí era un sueño estar dentro de una Selección y ponerse la Roja. Ya eso era ganancia, pero al entrar a competir fuimos por todo. Fueron todos partidos luchados, nunca estuvimos cómodos o ganamos fácil, fue siempre con momentos de baches. Ahí salió el apodo de ‘galletita de jengibre’, porque nos gustaba estar en el horno, jajajá. Fueron cinco batallas y la última fue la más épica donde ganamos 7-6 y 7-6 a la pareja de Argentina.
- ¿Qué deportistas chilenos se le vinieron a la mente en esos momentos de euforia?
- Se me venían a la cabeza Arturo Vidal, Nicolás Massú, gente que lo da todo por la Roja. Me sentía como Vidal dentro de la cancha, como un perro que no iba a regalar nada y sobre todo en esa final. Terminamos con la camiseta empapada, con mucha emoción y con todos los chilenos cantando el ‘ceacheí'. Fue un final de película.