El chileno que revoluciona Miami con su trabajo: “La decisión tuvo un costo familiar, pero estoy cómodo...”
“Yo me vine con mi esposa y mi hijo menor... Lo positivo es que acá la comunidad latina es muy unida, hay un sentimiento de hermandad entre chilenos, venezolanos, colombianos...”, señaló.
Adrián Andrades es empresario, padre de tres hijos, esposo y, actualmente, lidera uno de los proyectos deportivos más atractivos en Estados Unidos y América Latina. Andrades contribuyó a fundar las cadenas de gimnasios Sportlife y Energy en Chile, pero también es preparador físico de alto rendimiento y profesor de Educación Física. Con PRODEP ha llevado el deporte a un nuevo nivel.
Posterior al estallido social de 2019, el CEO -con más de 30 años de experiencia- levantó una sede en Miami, donde ofrece una certificación para “Personal Trainers” de manera online en un negocio revolucionario que acerca el deporte a la comunidad: “Desarrollé con Sportlife y Energy el servicio de personal training más exitoso de la historia de Chile, dando los inicios del fitness en el país, entonces esto ya es parte de la historia. Antes de eso, no existía ese servicio”, comentó en conversación con As Chile.
- ¿Cómo parte esta idea de instalarse en Estados Unidos?
- La idea nace en este mismo país hace 30 años a través de los gimnasios que fundé en Chile. Nos veníamos a capacitar para llevar todo esto allá. A lo largo del tiempo desarrollé actividades con personas relacionadas a este mundo, como kinesiólogos, nutricionistas y profesores de educación física, y así me di cuenta que el interés era bastante, la industria creció hasta el punto donde hubo interés en todo Chile y luego en toda Sudamérica. Eso nos impulsó a seguir creciendo.
- ¿Por qué Miami?
- Me moví a Miami teniendo una visión de ampliación de los mercados, tomando en cuenta que acá hay una comunidad latina muy importante. Es una gran cantidad de alumnos potenciales, acá hay muchísimos mas gimnasios en comparación con Chile, la capacidad de entrada del fitness alcanza un 14% en cuanto a personas que ingresan a este mundo. En Chile lo máximo podría ser un 3%.
- ¿Qué le significó en su vida esta nueva etapa?
- Tiene un costo. Yo me vine con mi esposa y mi hijo menor, tengo dos hijas más, pero ya son grandes. Los padres de mi esposa aún viven y Chile es nuestro país, yo soy chileno, huaso. El costo emocional es grande. Aquí estoy cómodo, pero no es mi país, uno por siempre va a ser extranjero. Algo positivo es que en Miami los latinos estamos en las mismas, hay un sentimiento de hermandad entre venezolanos, colombianos, chilenos... Pasa mucho que por las crisis políticas y económicas que existen en Sudamérica, los emprendimientos van más allá de tus fronteras.
- ¿Cómo tomó este cambio su familia?
- Yo me vine con mi hijo de tres años post pandemia, se crio encerrado, no hablaba inglés... Sus necesidades comunicacionales eran complicadas, él iba al colegio siendo chiquitito y solo hablaban inglés, trataba de comunicarse de alguna u otra forma, es un poco traumático para un niño. Necesitó mucho apoyo de los profesores y nosotros sus padres. Pude hacer de intermediario, porque yo hablaba inglés y mi esposa no tanto. Fue un costo por el que tuvimos que estar firmes, todo funciona diferente.
- Lleva alrededor de tres años allá. ¿Cuál es la mayor diferencia con Chile?
- Hay “chilenismos” que te hacen un poco de daño cuando llegas a otro mundo, por ejemplo que las cosas a veces se hacen a medias o a través de un amigo. Esas cosas desaparecen aquí, tienes que confiar en el sistema. Aquí la mujer no está “medianamente embarazada”, “tienes un permiso o no lo tienes”, “pagas tu renta o te vas de la casa”... Es un entorno desafiante para los latinos, que nos acostumbramos a vivir a “cachativa”, como decimos en Chile.
- ¿Cómo es un día en Miami?
- El tema de la tranquilidad y seguridad es muy diferente, aquí tu puedes tener las llaves o el celular encima sin que te lo roben. Es gracioso, cuando yo invito amigos chilenos les digo que dejen sus llaves ahí en el auto y me quedan mirando raro. “Me van a robar el auto”, me dicen. Pero no es así. Yo voy a ver al Inter Miami, donde está nuestro Leo Messi, y digo nuestro porque es latino. También veo campeonatos de fisicoculturismo que son bastante interesantes, sobre todo relacionado a mi trabajo.
Un negocio revolucionario
- ¿En qué consisten sus cursos de Personal Training?
- El curso es 100% online, lo puedes hacer desde cualquier parte del mundo, el próximo mes tendremos el lanzamiento del curso en inglés. Tienes la oportunidad de asistir a los encuentros que son en abril y septiembre acá en Miami, hay alumnos de toda América Latina y de la comunidad latina que vive en acá. Los encuentros presenciales son para entrenar, realizar inducciones y capacitaciones, con esta certificación puedes trabajar en todo Estados Unidos.
- ¿Cuáles son los valores del curso?
- Tenemos un curso de doble titulación que vale 720 mil pesos en Chile, donde obtienes el diplomado chileno para toda la vida y quedas con certificación internacional universitaria. Para este año, tenemos el 25% de los cupos de noviembre copados.
- ¿Dónde se llevan a cabo los entrenamientos presenciales?
- Nosotros entrenamos en un gimnasio de tres mil metros cuadrados que se llama Koviak, pero además hacemos otras actividades como paseos en yates y fiestas... Los alumnos vienen a conocer Miami, además de capacitarse con nuestro magister. Es una oportunidad de desarrollo transversal muy grande, eso te deja una gran satisfacción. Somos personas a las que nos une una pasión.
- ¿Qué diferencia a los chilenos de los demás en el fitness?
- Creo que la gente aquí tiene más incorporado el deporte, los gimnasios acá tienen grandes diferencias con Chile, por ejemplo acá no hay profesores que te hacen un programa de entrenamiento. Aquí los gimnasios son libres y solo hay personal trainers. En el fondo, tú estás solo en los gimnasios, en Chile te reciben, la gente chilena que viene acá se encuentra un poco sola porque nadie los guía.
- Entonces, ¿es muy difícil para los chilenos integrarse al mundo fitness en Miami?
- Los chilenos que vienen a Estados Unidos vienen bien preparados, sobre todo los ex alumnos de mi escuela, porque entienden mejor de qué se trata todo esto. Lo que sí, a veces tienen falsa expectativas en cuanto a desplazamiento y su facilidad, es necesario manejar el idioma y por supuesto hay que tener cierto grado de especialidad. Hay que venir desde Chile con eso listo, no es un país para venir a trabajar aprendiendo, el cliente es muy exigente.
- ¿Qué tan grande ha sido la recepción latina a sus cursos?
- Nosotros nos hemos convertido en una alternativa real, tenemos nuestros cursos en español, buenas instalaciones y una certificación que es universitaria, además de un convenio con otras universidades. Nos transformamos en la mejor alternativa para la gente a un valor competitivo, ya tuvimos un “sold out” en el mes de abril. Queremos llegar a ser la comunidad latina más grande del fitness, solo en Chile ya tenemos 18 mil personas y, según hemos proyectado, a finales de año tendremos entre 300 y 400 egresados.