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ENTREVISTA AS

El ex tenista chileno que jugó en Roland Garros y hoy es gestor de patrimonios: “Estoy muy feliz con la vida que tengo”

Con 30 años, su vida dio un gran giro. Tras una fascitis plantar que le impidió dar el salto en el profesionalismo, estudió en Estados Unidos y ahora se dedica a una labor muy distinta.

El ex tenista chileno que jugó en Roland Garros y hoy es gestor de patrimonios: “Estoy muy feliz con la vida que tengo”

Este domingo, Carlos Alcaraz y Alexander Zverev lucharán por su primer título en Roland Garros. El español ya ganó en el US Open y Wimbledon, por lo que intentará quedarse con su tercer Grand Slam, mientras que el verdugo de Alejandro Tabilo y Nicolás Jarry en el pasado Masters 1000 de Roma quiere, por fin, anotar su nombre entre los ganadores de un torneo de esta categoría. A esa final estará atento Matías Sborowitz (30), ex tenista chileno que jugó en juniors el certamen parisino.

‘Mati’ fue el primer chileno que enfrentó a Tabilo a nivel profesional (pincha aquí para conocer más de esa historia) y también se midió con Jarry cuando este comenzaba a dar sus primeros pasos a nivel pro. A eso, se suma que tuvo una destacada etapa en juniors, donde fue Top 15 e incluso se dio el lujo de jugar en Roland Garros y US Open.

Antes de ser profesional, enfrentó a tenistas como Marton Fucsovics (quien derrotó a Alejandro Tabilo en la semifinal del ATP 250 de Bucarest 2024), Marcos Giron (que ha enfrentado a Nicolás Jarry, Alejandro Tabilo y Cristian Garin en el Tour) y Thiago Monteiro, que hizo octavos de final en el Masters 1000 de Roma 2024. A nivel profesional, Sborowitz alcanzó el puesto 456 del mundo, pero una fascitis plantar lo frenó en el mejor momento de su carrera.

“Me infiltré como tres o cuatro veces, después me operaron y estuve más de un año sin jugar”, recuerda en charla con AS Chile.

Fue ahí cuando un consejo de Fernando González le cambió la vida. “Yo trabajé con él como seis meses justo cuando se retiró. Y él siempre me había dicho ‘¿por qué no piensas en la opción de ir becado a Estados Unidos? Si te gradúas, vas a tener 22 años y podrías volver a jugar’. Eso fue incluso antes que me lesionara. Pero para mí no era una opción. Siempre pensaba que si hacía eso, me estaba retirando del tenis. Pero hoy si tuviera un hijo que quisiera jugar, y no fuese igual de bueno como (Cristian) Garin que ganó Roland Garros junior, le dirá que tomara esa chance”.

- ¿Y qué lo hizo cambiar de opinión?

- Cuando volví de la lesión, me seguía molestando el pie y me costaba más. Y ahí empecé a darle vueltas a ese consejo de Fernando. Me fui a estudiar a Pepperdine (California) y estuve cuatro años allá. Me fui con 22 y volví con 26. Si le hubiera hecho caso a González a los 18, quizás hubiera regresado al profesionalismo, pero la historia ya era distinta. Jugué un año por la universidad y entrené otros dos, porque había competido tres años pro, entonces allá te los descuentan para no sacar una ventaja muy grande.

- ¿Y cómo siguió su vida post estudios?

- Terminé en pandemia los últimos tres meses online y me vine a Chile y al poco tiempo entré a trabajar a LarrainVial y llevo tres años.

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Matías Sborowitz

La nueva vida de Sborowitz

Matías Sborowitz es Wealth Management en LarrainVial, donde ha tenido un gran éxito luego de su paso por la universidad en Estados Unidos. En esta entrevista, ‘Sboro’ explica en qué consiste su tarea.

“Nuestra pega, en grandes rasgos, es invertir el patrimonio de nuestros clientes y nos apoyamos de un equipo de estrategia que es un lujo”.

- ¿Cómo es ese trabajo en conjunto?

- Ellos nos ayudan con las recomendaciones de inversiones para que nosotros podamos estar más cerca del cliente y ayudarlo en todo su proceso. Los asesoramos invirtiendo a través de varios instrumentos de renta fija, renta variable, activos alternativos, entre otros. Lo más importante es que tenemos un gran equipo de analistas.

- ¿Fue muy diferente pasar de ser tenista a ese trabajo?

- Al principio, mi mayor miedo era el de pasar ocho horas sentado en una oficina cuando antes estaba todo el día en una cancha de tenis o al aire libre. Me acomplejaba pensar en si podrá estar detrás de un escritorio. Pero mi pega no es así. Tiene mucho de captar clientes y tener reuniones o almuerzos con ellos. Es distinto.

- Antes decía que recomendaba sí o sí tomar una beca en Estados Unidos. ¿Por qué?

- Si bien es cada vez menos, en Chile aún es visto como que si te vas a la universidad, ya no jugarás a nivel pro y es todo lo contrario. Tienes una red de apoyo increíble. Yo iba a clases de 8 de la mañana hasta las 13.30, después entrenábamos tenis de 14 a 17, físico de 17 a 18.30 y si te interesaba, podías ir antes de clases a hacer una hora de tenis. Tienes todos los materiales, jugar torneos en vacaciones, es una gran oportunidad.

- ¿Le quedó esa espina de pensar qué hubiera pasado en su carrera profesional si no se lesionaba?

- Cuando me pasó lo del pie, estuve varios años con psicólogo. Fue algo muy difícil para mí, porque había dejado toda mi vida de lado por seguir mi sueño y para perseguirlo, tienes que desapegarte de una vida normal. No tienes un colegio normal, no puedes salir a carretear porque te hace mal para el descanso, no puedo comer tal cosa porque me hace mal, no puedo jugar tenis de mesa porque me acorta los golpes... esa espina sí estuvo en su minuto, pero hoy lo veo muy distinto.

- ¿En qué sentido?

- Estoy muy feliz con la vida que tengo. Es más tranquila, no tengo que viajar 30 semanas al año y capaz que no iba a llegar a lo que siempre soñaba. Lo tomé más como un regalo. Por un lado, claro: ves a Tabilo que le está yendo la raja, pero no te imaginas lo difícil que es conseguirlo. Llegan muy pocos.

- Ser 450 del mundo en un trabajo cualquiera es probable que sea motivo de orgullo o elogio por la cantidad de gente que puede ‘competir’ por eso. ¿Cree que en el tenis pasa lo contrario y no se valora llegar a una posición así?

- Qué buen tema ese... es algo que conversamos harto entre los tenistas. Se le da poco valor. Un tipo que sea considerado entre los 500 mejores futbolistas del mundo es seco, pero en el tenis eres malo. Acá en Chile un 120 para la gente no es tan bueno. Yo fui 450, imagínate (ríe).

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Matías Sborowitz