ENTREVISTA AS

“En Europa, los chicos dejaron el alma en cada partido, algo que en Chile hace tiempo no veo”

El entrenador del Club Italiano Balonmano, que hace unas semanas realizó una importante travesía por diferentes países de Europa, no ve lejano contar con un plantel de calidad para Chile.

Gonzalo Ramos

Hace unos días, por medio de una nota publicada en este mismo sitio, dábamos cuenta de la interesante y fructífera travesía que el Club Italiano Balonmano de Villa Alemana realizó por Europa, más específicamente en España, Suecia y Dinamarca, consiguiendo en el trayecto resultados que, a la fecha, no se habían registrado para este “semillero” de talentos locales del handball.

Pues bien, uno de los cerebros de esos importantes logros en la gira, Sebastián Fernández (31), adiestrador de los cadetes del “Italiano” nacidos entre 2008 y 2009 que realizaron el viaje, entrega algunas claves y detalles de la épica hazaña conseguida en el viejo continente.

Con casi dos décadas ligado a la disciplina, en concreto más de 19 años, y siempre al alero del elenco de la Región de Valparaíso, el otrora seleccionado nacional junior en las categorías Sub-20 y Sub-21 y que en 2016 se alzó con el título de la Liga Nacional de Handball, conversó con AS.

- Club Italiano Balonmano lleva años en esto de realizar viajes al viejo continente. Como institución ¿cuál es el fin principal que buscan trabajar en estas instancias?

- Como club, lo que más nos gusta es entregar la experiencia a los chicos que se están formando en esto del balonmano. Y es fundamental decir que por eso nosotros vamos en la categoría cadete, porque ya después se hace un poquito mucho más complejo competir. Entonces, esta gira tiene el sentido formativo de ganar una experiencia de balonmano competitiva, donde todavía podemos competir, podemos estar de igual a igual; pero también de manera cultural, en donde el chico ve otra realidad, le gusta, se da cuenta que el balonmano no es como acá, que es mucho más competitivo, que se puede competir con gente que entrena mucho más que acá y que tiene mejores condiciones. Al final, la idea es que ese chico después llegue acá full motivado, con mucho aprendizaje, con 20 veces la cantidad de partidos que juega acá y eso al final el chico lo absorbe y lo termina transformando en algo extraordinario.

- Hablemos del viaje. ¿Qué sensaciones le dejó esta visita con esta categoría a Europa a nivel grupal y en lo personal?

- A nivel grupal, siento que los chicos en términos de handball rindieron todo lo que podían y me saco el sombrero con ellos porque hay que jugar tres torneos. No tengo nada que decir con respecto a eso, nadie se lesionó, los chicos muy disciplinados, muy claro en las cosas que se pedían, dejaron prácticamente el alma en cada partido, una cosa que yo hace tiempo comúnmente acá en Chile no veo. Y a nivel personal, fue muy agotador, no sé si presión sea la palabra, yo creo que estrés. Fue mucho estrés porque hay que hacer harto trabajo al estar allá, obviamente cuidando a los chicos y todo, pero hay que hacer un trabajo de scouting investigando a los rivales, ir a las canchas, ver los partidos, ordenando el tema de las comidas y todo eso, y obviamente también generando esta salida a conocer estos países que claramente también son parte de la gira.

- ¿Qué destacaría como lecciones aprendidas en su paso por España, Suecia y Dinamarca, para luego aplicarlo a la realidad local?

- Es muy chistoso, pero yo creo que esto lo dice todo; el querer jugar. En España, Suecia, Dinamarca, tienes un equipo de colegio y quieres jugar. Tienes un equipo profesional y quieres jugar. Tienes un equipo acá (en los torneos) y quieres jugar. Todos quieren jugar y ese es uno de los cambios que me gustaría implementar a nivel local. Hay que querer jugar. Todos tenemos que querer jugar. Y en cualquier condición, hay que querer jugar.

El sentido de camaradería es otra cosa, de que te sientas acogido y no por jugar un partido significa que eres mejor o peor. El nivel, de cierta manera, da lo mismo porque el objetivo tiene que ser jugar para algo. Aquí en Chile el tema es que yo juego, pero quiero jugar para ganar solamente. Es muy raro escuchar a un entrenador que te diga “no, es que yo quiero jugar y me da lo mismo si tú me ganas”. Esa es la gran diferencia. Muy fuerte y que te impacta.

- Tres torneos disputados. Tres cuartos de final; uno en Copa de Plata y dos en Copa de Oro. ¿Resultados inéditos que se dan a raíz de qué?

- Seré muy honesto. Se les enseñan los contenidos que hay que enseñarles a los jugadores. No se les enseña nada más. Yo me enfoco en lo simple, que el chico tiene que hacer “esto” en el momento tanto, “esto” tanto, “esto” tanto, y que ellos resuelvan. Y creo que ese ha sido el plus más grande que hemos tenido, que los chicos tienen ese entrenamiento en donde saben resolver algunas cosas.

También nos ayudó que tuvimos muchos jugadores que fueron segundo año cadete y eso es muy bueno porque es un año más de experiencia. Este año se dio muy bien que llevamos más cadete de segundo año y que, en teoría, tenían esa experiencia mucho más grande. La mayoría tenía proceso de selección, tanto de entrenamiento como de haber representado a Chile. Si mezclas todas estas cosas, se vuelve un equipo muy fuerte, muy concreto, con chicos que tienen un objetivo, que entienden el objetivo que nosotros tenemos como gira y como club.

- ¿Hay algunos jugadores del plantel que hayan destacado en la estadía en el viejo continente? ¿cuáles y por qué?

- Puedo decir que este grupo tiene cosas muy especiales porque está nutrido de chicos que, en realidad, tienen ganas de querer jugar balonmano profesionalmente.

El primero, es Cristóbal Silva, que la verdad es que él siendo cadete primer año tuvo un rol protagónico pero absoluto. Claramente, Cristóbal viene también con unos pergaminos debajo del hombro, como se dice, porque es campeón sudamericano.

El segundo, es José Gallo. Zurdo, le dicen “mini zurdo”. Él también tuvo una participación muy destacada porque tenía muy pocos cambios y la verdad es que jugó prácticamente todos los partidos.

Si tuviera que destacar a uno más, podría ser un jugador polifuncional, Gabriel Prieto. Gabriel tuvo la capacidad de poder adaptarse y no jugar constantemente en su posición habitual.

- En el plantel que viajó con usted a Europa cuenta con varios cadetes. De ellos, ¿quiénes considera que sorprendieron por su habilidad, desempeño, disciplina o por sus recursos y herramientas pensando en futuros saltos al viejo continente o la ‘Roja’ adulta de balonmano?

- Si lo vemos en un ámbito de progreso y formación, yo creo que claramente José Gallo es un jugador que se puede proyectar mucho. Tanto de lateral, como de extremo. Aunque sea pequeño (de estatura), ya va a pasar a juvenil, pero es un jugador que se proyecta bastante, creo que para un futuro muy bueno. Cristóbal, en tanto, al ser primer año de cadete, lo mismo. Tiene una potencia, un buen biotipo que hace que se resalte, que no se note que es primer año de cadete, sino que se ve como si fuera un cadete de segundo año.

- Bajo su experiencia y pensando en el contexto actual del handball en el plano local. ¿Se animaría a pensar en una nueva “Generación Dorada” de este deporte?

- Creo que sí, porque se da un conjunto de cosas. Antes, era muy desconocido para nosotros el tener contacto afuera, con otro equipo y todo eso. Ahora, con las personas que han llegado de afuera, como el head coach, que en este caso es Aitor Etxabaru, hay más contacto. Es más fácil. El jugador chileno de selección le importa a los clubes de afuera y son visiblemente buenos. Hoy en día, tenemos mucha gente que juega a balonmano competitivo en España, en Italia, en gran parte de Europa, en Francia y claramente ellos han sido un referente para que estas nuevas generaciones sepan cuál es el camino y que de cierta manera se les haga, no sé si fácil sea la palabra, pero mucho más accesible poder llegar a jugar competitivamente.

- A modo de cierre. Usted es cercano a las selecciones menores. ¿Cómo proyecta su futuro? ¿se ve en un seleccionado menor o trabajando en algún momento en la adulta?

- Estoy haciendo un curso en España, que cuando lo termine me va a permitir dirigir en allá mismo. ¿Qué sucede? Justamente este año mis compañeros del Club Italiano, que eran los técnicos de la selección (cadetes), Pablo Núñez y Claudio Lira, deciden salir de ella y ahí quedaron las vacantes. En su momento, estuve en vista de Aitor, pero decidió por otro nombre.

No sé si es bueno o malo, estoy todavía ligado al tema de la selección ahora, porque estoy haciendo mi práctica ahí. Actualmente, además, estoy con la selección adulta que está acá en Chile, trabajando mano a mano con él (Aitor) y colaboro con las selecciones menores, que en este caso sería la infantil y la cadete.

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