“En Venezuela no teníamos seguridad, agua ni luz... Por eso me vine a Chile con mi mamá”

Este viernes, AS Chile dio a conocer la historia de Jesús Veracierta, una de las grandes promesas del atletismo chileno. El joven de 19 años es el número uno del ranking en los 400 metros Sub 20 y el número dos a nivel adulto. Sin embargo, no puede representar a Chile en competencias internacionales porque aún no tiene la nacionalidad, pese a que lleva seis años en el país y dos de trámites.

En diálogo con este medio, Veracierta contó detalles de su arribo a Chile: la razón que llevó a su familia a dejar el país de nacimiento y la forma en que llegó al deporte.

- ¿Cómo fue su traslado a Chile en 2019?

- Yo nací en Venezuela, en el estado Aragua, pero me vine a Chile a los 13 años junto a mi mamá y mi hermano. Nos vinimos en bus y llegamos después de dos semanas de viaje... Nos vinimos porque la situación en Venezuela está difícil, la economía estaba destrozada, no se podía vivir bien, no había seguridad, luz ni agua. Estaba súper complicado, así que mi hermano decidió venirse y nos terminando sumando todos.

- ¿Se fue directo a Puerto Montt?

- Sí, nos vinimos para acá. A las dos semanas mi hermano consiguió trabajo y yo empecé a estudiar a 13 años... Comencé en octavo básico y estudié todos estos años en Chile. Durante mi estancia en el colegio, el director era entrenador de atletismo. Él me veía como con cuerpo de atleta, así que me insistía en entrar.

- ¿Por qué?

- Yo no quería porque no me gustaba y no me llamaba la atención... Pero al final fui a la pista, empecé a entrenar y al principio lo encontré muy lento y me cansaba mucho, pero después corrí un escolar y quedé tercer lugar. Cuando me premiaron con una medalla, me sentí súper bien y me dieron ganas de seguir entrenando.

- ¿Cuándo se convenció de que quería ser atleta?

- Me dediqué a entrenar y después, en la pandemia, mi entrenador se retiró. No sé qué sucedió con el profesor Mario y yo tuve que buscar otro entrenador. Me conseguí a mi profesor Rodrigo Ortega del Club ULA (Universidad de Los Lagos) y empecé a entrenar con él. Yo hacía 800 metros y cross country, pero mi “profe” vio que tenía otra forma de correr y ahí me probó en los 400 metros... Nos dimos cuenta de que era mi fuerte.