Es chileno, fue campeón mundial, trabajó en Uber y hoy organiza una rifa para ir al Panamericano: “Es frustrante”
El chileno Javier González organizó una rifa para recaudar fondos y así asistir al Panamericano de Halterofilia que se hará en Puerto Rico. Hoy tiene el récord de la competencia.
Es sabido que dedicarse al deporte en un país como Chile es siempre difícil y requiere de una capacidad de autogestión que, en el trayecto, a muchos los hace desistir. El halterófilo nacional Javier González conoce desde cerca lo trabajosa que puede resultar la ruta, sobre todo si la disciplina ejercida no es particularmente masiva. El deportista, campeón mundial de levantamiento de pesas en la categoría Masters en 2018, organiza hoy una rifa para asistir al próximo Panamericano que se hará en Puerto Rico en junio.
“En realidad organicé varias cosas, pero lo que está más latente es una rifa, que tiene una cantidad de números impresionantes y cuesta dos luquitas el número. Ya con eso estarían ayudando a que pueda viajar al PanAmerican Masters Weightlifting Championship, que es bastante caro”, señala, en conversación con As.
Lo llamativo es que, actualmente, González posee el récord panamericano en el levantamiento de pesas en la categoría que va desde los 40 hasta los 45 años, pero aún así podría quedarse fuera de la próxima competición si es que la recaudación de fondos no alcanza. “No hay facilidades para generar recursos acá. En ese ámbito es frustrante un poco, porque no te valoran el hecho de que estás compitiendo por el país”, adelanta.
- ¿Hace cuánto se dedica al levantamiento de pesas?
- Empecé el año 98, cuando tenía 13 años. Siempre fui muy ligado al deporte, era destacado en varios. Yo quería ser futbolista y me probé en la Escuela Experimental de Deportes La Serena, pero no me admitieron, principalmente porque estaba pasado del año. Y, si quería entrar, debía pagar, y yo siempre fui de muy escasos recursos, entonces ahí se truncó mi sueño. Ahí también había un taller de levantamiento de pesas, que yo lo veía y me gustaba, pero no me atrevía a empezar. Hasta que un día un amigo me hizo la movida y le dijo al profe que yo quería entrar. Al tiempo después me dijeron que no tenía condiciones, casi que no servía para el deporte. Así que me dediqué a aprender todos los días durante dos meses… con un bastón de escoba hacía los movimientos, para que al final me admitieran. Logré ingresar y a los seis meses ya había ganado un Campeonato Nacional. La verdad es que la selección en este deporte es de mucha exclusividad. Tienes que haber nacido para levantar pesas. De hecho, el nombre que tiene el plan del Instituto Nacional del Deporte (IND) es “Talentos para Chile”. Se busca alguien que ya tenga el talento, más que formarlo.
- Sé que en algún momento pensó en el retiro, ¿cómo fue eso?
- Después de lo que te conté, me mantuve entrenando en la Selección, no conseguí grandes logros, solo pude ser cuarto de América. Hasta que, a los 35 años, cuando ya pensaba en retirarme, me dijeron “Javier, hay un campeonato mundial en Barcelona, en la categoría master”. Empecé a hacer las lucas, ilusionado, porque el sueño de todo niño en cualquier disciplina es ser el mejor del mundo, y ese iba a ser mi primer Mundial. Estaba pesando 101 kilos y debía llegar a 77 para poder competir. Me dediqué a bajar de peso durante un año, hasta que llegué a los 76 y salí campeón del mundo en 2018. En 2019 y 2020 logré el segundo lugar del mismo mundial, y a nivel panamericano hoy me mantengo primero aún con récord de la categoría.
- ¿Se podría decir que le tomó más tiempo despuntar?
- Sí, me costó sacar nivel para competir internacionalmente. La historia es más compleja sí. Yo a los dos años de haber empezado ya tenía el Proddar, ahí me ayudaban con dinero, pero básicamente solo requiere que compitas a nivel nacional y te mantengas dentro de los diez mejores del país. Sin embargo, a nivel internacional no me daba. Íbamos a concentraciones en Ecuador y Colombia con la Selección para poder mejorar, pero a los 33 años empecé a tener muchas lesiones de codo, rompimiento de meniscos, me estaba pasando la cuenta el alto rendimiento. Pero el campeonato mundial me hizo despertar de nuevo. A nivel master se puede competir mucho más viejo. Yo ahora estoy en la categoría entre 40 y 45 años. La historia para mí es seguir y competir hasta toda mi vida. La categoría master es hasta pasado los 65 años.
- ¿Y generalmente debe hacer rifas o autogestionarse sus viajes, preparación, y demás?
- Sí, es así porque, para gestionar los recursos gubernamentales, primero debe haber una entidad presente que esté afiliada al IND y al Comité Olímpico y, en este momento, eso no lo tenemos. Lo otro es que este deporte a nivel master no está considerado como deporte olímpico, entonces el Comité no genera recursos ni proyectos. Hay que gestionarse solo. En ese ámbito es frustrante un poco, porque no te valoran el hecho de que estás compitiendo por el país. No hay facilidades para generar recursos. Yo fui campeón del mundo y nadie supo de eso, creo que lo pasaron en uno o dos medios. Esas cosas te hacen sentir cierto grado de frustración, pero no me deja rendirme. Cuesta hacerte una carrera, es costoso prepararte, se hace difícil, pero no me rindo.
- ¿Actualmente a que más se dedica?
- Tengo que trabajar, soy entrenador y profesor de levantamiento de pesas. Imparto clases en un crossfit. Me dedico principalmente a eso. Trato de no hacer una selección exclusiva, sino que todos puedan. Es un camino difícil para ellos, generalmente las personas tienen un poco a este deporte. Es menos lesivo para ellos jugar a la pelota que levantar unos fierros.
- ¿Y le gusta enseñar?
- Me encanta ser maestro y enseñar lo que viví, que las personas, aunque sean amateurs, puedan competir. Les entrego mi experiencia y les traspaso las cosas buenas y malas. Y yo viví varias de las malas, entonces sé cómo se deben tomar las cosas para no frustrarse.
- ¿Podría trabajar en otra cosa?
- No me imagino trabajando en otra cosa. En un tiempo trabajé de Uber y no fue divertido, hace unos cuatro años. Siempre he tenido este problema de lucas, porque en realidad el deporte no da mucho. Entonces necesité hacerlo para sustentarme, para poder comer en realidad. Y también fui garzón de una salsoteca, en un momento en que estuve sin trabajo y no encontraba donde ejercer lo que hoy hago. Fueron momentos donde hubo que salir adelante, como la mayoría de los chilenos.
- ¿Cuál es el ejemplo que le gustaría entregar?
- Me gustaría entregar un ejemplo de lucha, de poder salir adelante, más allá de lo complejo que pueda estar la vida en algún minuto. El levantamiento de pesas te enseña lo dura que puede ser la vida. Al final, estás compitiendo con algo más fuerte que tú. La pesa, por más que la levantes, siempre se terminará cayendo. La vida es parecida, tienes que saber luchar, seguir, tener los huevos. Siempre he estado en esa. En mi cabeza ha funcionado que nacemos para luchar, las cosas no se dan fáciles, pero con ayuda se pueden lograr.