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“Es difícil adaptarse al deporte en Chile y renuncié; me sentí menospreciado y perseguido”

Marco Oneto explica su salida del programa Promesas Chile del Instituto Nacional del Deporte: “No importa lo que generes, importa lo que parece que haces”.

Marco Oneto es uno de los deportistas chilenos más destacados de las últimas dos décadas. El jugador del balonmano jugó en siete países, siempre compitió al máximo nivel, fue protagonista en la generación dorada de la selección chilena, ganó la Champions League con el Barcelona y creó una fundación para trabajar con futuras promesas. En 2019 volvió a vivir a Chile, pero actualmente enfrenta un problema: tuvo que renunciar a su trabajo en Promesas Chile (Región de Valparaíso).

A través de un video de 20 minutos, Oneto explicó su salida del programa del Instituto Nacional del Deporte (IND). Apuntó principalmente al director regional, Sebastián Brito: “El gran problema es que fue muy difícil adaptarme a cómo se vive el deporte en Chile. Yo pregunté los lineamientos del programa y me dijeron que debía entregar mi experiencia de 20 años en Europa e intentara implementar mis conocimientos. El problema, para mí, fueron los mandos medios en la región”, dijo.

Las frases de Oneto sobre su salida de Promesas Chile

Cómo llegó al programa: “Yo tomé un ofrecimiento de la ex ministra Pauline Kantor para formar parte de Promesas Chile en el balonmano de la Quinta Región. Cuando se me ofreció, yo estaba en Alemania viviendo una situación compleja con mi hija. Agradecí con mucha emoción la oferta porque era algo que me apasionaba y la tomé”

Decisión: “Los lineamientos pueden ser los mejores del mundo, pero siempre son ejecutados por personas. En estos tres años he vivido muchas situaciones que no termino de comprender. Por eso, renuncié el 16 de enero y trabajé hasta el 31 de enero. Me voy a apartar de este camino. Viví cosas en las que estoy completamente en desacuerdo, me sentí perseguido y no querido por la dirección regional. Sentí que era una caza: estaban a la espera de cualquier fallo para sacarme”.

Trabajo realizado: “Llevamos el programa al máximo con miles de limitantes. Conseguimos que 10 o 12 jugadores estuvieron en preselección, 7 estuvieron en torneos internacionales con la Selección, 3 de ellos fueron clasificados a mundiales y más de alguno fue elegido el mejor en su posición. Algunos habían salido de la Selección y después de un año de entrenamiento con nosotros, volvieron y se ganaron el puesto. Ese era uno de mis objetivos”

Denuncia: “Busqué que el programa no estuviera ligado a un club, que era uno de los mayores problemas que había evidenciado en mi región. Se están dando programas Promesas Chile a clubes y en la realidad, si el jugador quiere participar, le dicen que debe jugar en tal club para participar. Eso no corresponde. Promesas Chile es una Selección regional que debe tener a los mejores, sin importar de qué club sean, sean de allá o de acá, si tienen más o menos. Trabajé para crear un proyecto neutro”

Captación: “Hubo gente que me dijo que yo debía tener 9 jugadores. ¡Si el balonmano es un deporte colectivo y tiene 16 por equipo! O me pidieron hacer captaciones online y el balonmano es un deporte de contacto. No lo entiendo. Me sentí atacado e insultado”.

Conversación con Brito:Cuando me rompí el tendón de Aquiles, en el repechaje del 2021, se me metió mucha presión por parte de Sebastián Brito. Me decía “oye Marcos, ¿quieres que sigamos cubriendo tus falencias? si ya no eres jugador”. Yo le pregunté ‘¿qué falencias?’ Porque puedo tenerlas. Yo no digo que soy el mejor, quizás soy el peor, pero me hubiese gustado que me dijeran qué estoy haciendo mal. Es un sistema nuevo. Nunca jamás me corrigió algo y nunca me enseñó algo. Si estoy haciendo mal, dime qué es. Y si no me quieres enseñar, me busco la vida y aprendo... pero me suelta esa mierda después de dos años, es feo”

Lesiones: “Me dijeron que las ciencias aplicadas solo eran para jugadores seleccionados. Es una barbaridad. Si un jugador está entrenando duro y haciendo lo posible por llegar a la Selección, pero aún no está, y se lesiona, no tiene atención de las ciencias aplicadas. ¿Mala suerte y lo dejo a la intemperie? Imposible”.

Caso grave: “Un jugador sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior y tuvo una lesión de menisco. Durante más de dos semanas no se comunicaron con él, ni el médico que supuestamente teníamos ni la dirección regional. Hablaba con él cada dos días y no pasaba nada. Lo dejaban tirado y con esas cosas yo no puedo. Para solucionar esta situación me contacté con el doctor Alejandro Orizola y él lo atendió gratis en la Clínica de la Universidad de Los Andes. Lo operó por gestión propia”.

Sacrificios: “No puedo seguir intentando crear algo con alguien que me limita y que no hace nada más que hacerme la vida imposible para generar esto: que me vaya. He luchado durante tres años y he dado el 200% para poder cumplir los horarios. Iba sin comer o sin tomar agua y volvía a trabajar, hacía lo que fuese necesario para cumplir con los chicos. Es un programa descabezado. Desde Santiago pueden enviar los lineamientos que quieran, pero regionalmente se hace lo que les salga de las pelotas. Me parece incoherente”.

Horas de trabajo: “Se nos pedía entrenar 15 horas como mínimo en la categoría juvenil. Es cierto que yo entrenaba seis, menos de la mitad. Primero entrenaba ocho horas, en cuatro veces a la semana, pero después tenía problemas con los clubes porque nosotros no podemos competir, dado que somos una especie de preuniversitario. Los clubes querían tener a sus jugadores más veces y me parece entendible. Llegamos a un acuerdo: tres días en Promesas Chile, tres días en clubes y el día de partido o descanso, considerando que son niños desde 12 a 21 años. Por eso decidí entrenar tres veces por semana en dos horas por sesión, lo que casi siempre llegaba a dos horas y media o tres porque hacían una parte de físico con el profesor Francisco Chacana. Me dijeron que debía hacer más horas y retomé la idea de los sábados en la mañana, pero tampoco quedaron conformes”.

Reflexión sobre las horas del trabajo: “Me dijeron que hiciera cuatro horas seguidas diarias, además de las horas del sábado y horas de acompañamiento de partidos. En resumen, rellenar. Eso es lo que más ha aprendido acá: no importa lo que haces y si realmente ejecutas el trabajo real, lo que importa es que en el papelito diga que hiciste tanto. No importa lo que generes, importa lo que parece que haces, y eso me enerva. Son horas improductivas. Yo tengo una red de entrenamiento desde 15.30 a 19.30 horas, O sea, partir en una hora de colegio. O muchos chicos se tienen que ir a Playa Ancha y ese no es un lugar fácil de llegar. Yo tenía a chicos de Quilpué, Villa Alemana, Viña del Mar, La Calera, Quillota y Valparaíso. Algunos se demoran 2 horas y media y ¿yo les debo decir que viajen dos horas y media, que falten en el colegio, que no coman o coman cualquier cosa en el camino y que después tengan cuatro horas de entrenamiento? ¿A jóvenes sin apoyo kinésico, nutricional y médico? Es improductivo. En las etapas tempranas, infantiles, cadetes y juveniles, en un país donde el deporte es amateur y las instituciones públicas y privadas apoyan poco en la formación, cuatro horas no puede ser. Voy a terminar lesionándolos”.

Lesiones y reflexión final: “Elías Garfe, un gran kinesiólogo de la zona y gran amigo, me atendía a los jugadores gratis. Él hacía el favor a la buena, a costo cero, por la calidad de persona que es. No podemos seguir dependiendo de eso. Han sido tres años de pasarlo mal, me he sentido menospreciado y no quiero seguir. Me despido del balonmano en el sistema público y privado. Seguiré con mi empresa y mi fundación, que es donde realmente creo que puedo generar cambios y no dependo de gente con mentes pequeñas, que no hacen más que tirar para los suyos y que no saben realmente lo que es el deporte de alto rendimiento”.

AS le consultó a Oneto sobre la reacción de las autoridades sobre su situación: ¿se lo manifestó a las ministras Cecilia Pérez y Alexandra Benado? ¿hubo disposición a solucionar el problema?

- Sí, tuve un innumerable número de reuniones con Andrés Otero, subsecretario de las ministras Kantor y Pérez. Me reuní con Andrés junto a los jefes de Alto Rendimiento y Promesas Chile. En ese momento fui solo y a veces apoyado con el presidente de la Federación, Juan Pablo Montes o con Mateo Garralda. También lo comuniqué a los jefes de Promesas Chile, como Cristian Escalante o Fernando Becker....

- ¿Y a la nueva ministra?

- Lo comuniqué en la primera reunión que tuve con la jefa de gabinete, Natalia Bravo. En esa misma reunión conocí a Alexandra Benado y le comenté todo esto. Incluso, en el final de esa misma reunión es cuando la ministra me invitó a ser parte de la Corporación Santiago 2023. A nivel regional lo conversé con el ex director regional Mario León y con el actual director subrogante. Ellos mismos estuvieron en las reuniones y discusiones con Sebastián Brito y evidenciaron los problemas que ahí mismo se exponían, pero no se generó ningún cambio en todo ese tiempo.

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