ENTREVISTA AS

Es hijo de un famoso cantante chileno y juega en un grande de Europa: “Mi meta era llegar aquí”

“Haber logrado esto es algo que me enorgullece mucho, creo que le hace bien al balonmano nacional”, indicó Luciano Scaramelli en conversación con As.

Es hijo de un famoso cantante chileno y juega en un grande de Europa: “Mi meta era llegar aquí”
Nicolás Lara
Actualizado a

Luciano Scaramelli (23) se ha convertido en uno de los referentes del balonmano chileno en Europa, es que el 2025 del punta de los “Guerreros” ha sido de ensueño.

En enero, compitió en su segundo mundial adulto, en agosto logró coronarse campeón de la liga italiana junto al Pallamano Conversano y finalmente, en septiembre, se cerró su fichaje por el Olympiakos de Grecia, un gigante del continente.

“Es súper difícil entrar al mercado europeo, ya que, por ejemplo, en Italia hay cupo extranjero, entonces los que llegan de afuera tienen que rendir sí o sí. Haber logrado esto es algo que me enorgullece mucho y creo que le hace bien al balonmano nacional”, indicó el deportista en conversación con As.

- Usted se fue a los 15 años a Europa, ¿cómo fue la reacción de su familia ante eso?

- Ellos me apoyaron desde el principio porque vieron que era algo que me apasionaba mucho. Desde que me inicié me puse como meta llegar aquí y empecé a luchar desde muy chico, creo que eso lo vieron mis papás y lo respetaron mucho.

- ¿Qué significa su familia para usted?

- Todo. Sin ellos no estaría donde estoy ahora, no podría haberme desarrollado como persona, como jugador. Les debo todo lo que soy.

- Usted partió con 15 años a Europa, ¿cómo fueron esos primeros días?

- Llegué con mucha ilusión y fue hermoso ver cómo se vive el balonmano, pero con el tiempo uno va viendo la realidad de aquí con la de Chile y la empieza a pasar mal, porque al final en nuestro país la realidad que existe es muy diferente, entonces es un desafío muy grande para nosotros como deportistas.

- Luciano, ¿este viaje lo hizo solo o acompañado por su familia?

- La primera vez me contacté con el ‘Pato’ Martínez. Él me ayudó y me recibió en Hungría para que me probara en Budapest. Quedé y luego él me hizo el contacto para que llegara a Huesca, también motivado por el tema de terminar mis estudios.

- El año pasado fue clave en la obtención del ‘Scudetto’ con el Pallamano Conversano, ¿cómo vivió esa temporada?

- Fue linda y complicada, ya que era mi segundo año y ya estaba mucho más consolidado en el equipo. Además, Conversano es una ciudad que vive mucho el balonmano y se sienten muy representados por el club. También fue un título muy especial porque mi familia pudo verlo en cancha. Conseguir un campeonato a nivel europeo es algo que nunca soñé o que creía que nunca iba a pasar...

- Ahora está en el Olympiakos de Grecia, ¿qué lo motivó partir para allá?

- Recibí la oferta y no lo pensé mucho porque el Olympiakos es un club muy grande en Europa. Aquí tienen de todo y el proyecto del balonmano es bueno. Si bien no llevan muchos años con esta rama, han demostrado ser ambiciosos.

- ¿Cómo va la adaptación a Grecia?

- Mira, en el equipo hay compañeros de varios lugares del mundo así que hablamos inglés. También tengo la suerte que el entrenador es italiano, entonces me puedo comunicar con él en ese idioma, lo que facilita las cosas.

- Hace unas semanas conversamos con Erwin Feutchmann, quien lo destacó como uno de los jugadores que deben sobresalir para que la Selección logre grandes cosas, ¿cómo toma esta responsabilidad?

- Ese es el mensaje que nos han dado todos los jugadores más veteranos, que tenemos que empezar a destacar a nivel de clubes para llegar bien a la Selección. Esos dichos me lo tomo como un lindo desafío, tengo que aprovechar mis oportunidades, tanto en mi club como en la Roja.

- Usted tiene un hobby que muy pocos conocen, ¿qué significa la música?

- La música siempre ha estado presente en mi vida por mi papá (Álvaro Scaramelli). Desde chico lo he visto cantar y tocar en diferentes lados, pero la verdad nunca tuve esa pasión por la músical. Sí tuve clases de piano, aunque nunca me obligaron. Durante la pandemia agarré la guitarra y me ayudó en mi día a día.

- También pudo presentarse en vivo teloneando a su padre, ¿le costó hacerlo?

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- La verdad no me dio vergüenza, ya que es algo que me gusta y te diría que se me hace más fácil porque al final es algo que no es mi profesión y lo hago más de recreación.

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