Fue campeón del mundo con Chile y hoy lidera un proyecto brillante en Houston: “Estoy muy bien”

Sebastián Santibáñez (28) atiende la llamada de AS Chile desde Houston, su nueva casa desde mayo. El ex tenista, que fue campeón del mundo Sub 14 con Chile, partió a Texas para asumir un importante cargo en el Giammalva Racquet Club. Desde hace unos meses, es el director del programa de alto rendimiento del club ubicado a unos 50 kilómetros del centro de Houston.

“Económicamente estoy muy bien, me vine con un contrato por los próximos tres años y la idea es estar ese tiempo y ver cómo va la cosa. Estamos haciendo un proyecto bien grande. Se acaba de construir un colegio en el mismo club, hay 15 canchas y la idea es crear un próximo IMG acá en Texas y empezar a traer jugadores”, cuenta Santibáñez a AS.

- ¿Cómo surge la opción?

- Este club yo lo conocí hace unos cinco o seis años cuando yo estudiaba acá en Lamar University. Hubo un torneo por plata, salí campeón e hice muy buena amistad con el director del club de ese entonces. Lo contacté hace un año y ahora es dueño del club y me ofreció trabajo. Le conté que estaba pensando en dejar de jugar a nivel profesional y que estaba viendo otras opciones. Me vine como director del programa de alto rendimiento.

- ¿Cuánto tiempo meditó esa decisión?

- Fue harto la verdad. Cuando se me dio la opción estaba viendo qué hacer, ya no estaba viajando mucho por temas económicos y justo venía de jugar el Challenger de Viña y me fue bien en dobles y me fui a jugar Interclubes en Europa. En abril del año pasado me lo ofreció, pero le dije que todavía no porque tenía que pensar bien si seguía o no. Ya a final del año pasado le dije que aceptaba y empezamos con el papeleo.

- ¿Y fue muy difícil retirarse?

- Esa decisión me costó harto. En Junior me fue muy bien, pero después llegaron las lesiones. Tengo cuatro operaciones de cadera, en mi último año de junior no jugué nada y tomé la decisión de ir becado a Estados Unidos pero siempre pensando en que después volvería a competir a nivel pro. Terminé en 2019 la universidad, pero en 2020 no pude competir por lesión y ya en 2021 volví. Pero después de dos años intentándolo, no se me daban las cosas y económicamente ya era muy complicado. Estudié Economía y un MBA en Finanzas, entonces pensé en entrar a una empresa, pero quería seguir en el tenis. Planeo estar lo más que pueda. Me encanta estar seis horas en una cancha, no veo factible estar en una oficina (ríe)

- Se le escucha muy feliz por seguir ligado al tenis. ¿Nunca le ‘quemó' la cabeza por todo lo que tuvo que pasar?

- En algún momento sí me pasó un poco, a fines de 2022. Hablé con Guille Gómez y le dije que no sabía si seguir jugando. Lo dejé dos meses, pero justo venían los challengers de Chile y nos fue bien con Daniel Núñez, entonces dejé de competir de una forma más progresiva, lo fui soltando de a poco, pero puedo estar jugando y viendo tenis todo el día.

- ¿Qué fue lo más duro de ser tenista profesional?

- Los viajes cien por ciento. Siempre se me hizo duro por un tema emocional, de estar siempre solo haciendo giras bastante largas por un tema económico porque era lo que convenía, pero lo empecé a pasar mal. Es un deporte de mucha presión deportiva, pero después económica. Antes de los partidos piensas en que tienes que ganar porque de lo contrario, hay que pensar en dónde vas a dormir, cuánto te costará un bus, un pasaje de avión, era muy difícil.

- ¿Y cómo hacía para mantenerse económicamente cuando había semanas malas de competencia?

- Lo bueno es que desde los 18 años empecé a jugar Interclubes y me daban un lugar para vivir, me apoyaban con las comidas y me pagaban por cada partido jugado, pero eran tres meses del año sin competir en el circuito.