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ENTREVISTA AS

Fue mundialista con Chile y hoy lidera la revolución del pádel en USA: “Soy uno de los pioneros”

Maximiliano Rozas es Top 10 de Estados Unidos en un deporte que poco a poco suma adeptos en aquel país. “Por clases, puedo ganar hasta 120 dólares la hora”, dice.

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Fue mundialista con Chile y hoy lidera la revolución del pádel en USA: “Soy uno de los pioneros”
@maxirozas98

Maximiliano Rozas tiene 24 años y juega pádel desde los 16. Con 19, partió a Estados Unidos con una beca deportiva para jugar tenis en Indianapolis y, actualmente, es uno de los precursores del pádel en aquel país. A diferencias de otras latitudes, aquel deporte recién ahora ha empezado a desarrollarse en el país norteamericano y Rozas tuvo mucho que ver.

‘Maxi’ se graduó de International Business y en la actualidad combina su Mágister en Finanzas con su labor como profesor de pádel y jugador del tour estadounidense semiprofesional que crece rápidamente. “Mi meta es llegar a ser el número uno de Estados Unidos”, cuenta en charla con AS Chile.

“Si soy uno o dos de Estados Unidos, podría pedir una visa de talento y a través de eso, en unos años más podría postular para la ciudadanía y pasaporte americano. Ese es mi proyecto”, agrega.

“El pádel está entrando bastante fuerte acá. Hay varios mexicanos y argentinos nacionalizados porque los beneficios de ser americano son muy grandes. Salud, temas financieros, oportunidades de trabajo y la vida que se maneja acá motiva a muchos para que vengan y hagan esta apuesta”, dice.

Maximiliano Rozas y Pedro Alonso (ex jugador del World Pádel Tour) en una premiación de un torneo en Houston, Texas.
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Maximiliano Rozas y Pedro Alonso (ex jugador del World Pádel Tour) en una premiación de un torneo en Houston, Texas.Gentileza: Maximiliano Roaza

- ¿Siente que tuvo la visión en el momento justo para dedicarse al pádel en un país donde todavía no se explotaba?

- Se podría decir que fui uno de los pioneros. Y me encanta que se siga masificando, porque eso implica que las oportunidades vayan creciendo para todos también.

- ¿Cómo se sustenta económicamente?

- Para poder pagar mis cuentas y subsistir hago clases de tenis y pádel, pero hoy solo me estoy dedicando a las clases de pádel. Acá sí es rentable hacerlas.

- ¿Cuánto cobra por clase?

- Entre 70 y 120 dólares la hora y la gente no tiene problemas en pagar ese monto. Están locos por jugar. Obviamente tengo que pagar la cancha, que dependiendo del lugar varía entre 20 y 40 dólares, pero la entrada de dinero sigue siendo muy buena.

- Hoy es Top 10 en el circuito estadounidense...

- Me metí muy rápido porque el circuito está recién creciendo. Llegué e hice semifinal, final, semifinal y campeón. En esos torneos conocí a Pedro Alonso, ex jugador del World Pádel Tour, y que jugó con Juan Lebrón (N. de la R: Lebrón es el actual número uno del mundo) que me empezó a hablar para que jugáramos y me invitó a un torneo en Houston y fuimos campeones. Él es manager de Siux, una marca muy reconocida y me ha pasado indumentaria. Me dio una mano muy grande y de a poco voy saliendo adelante financieramente.

- ¿Estaba perdiendo dinero?

- En la U no, porque no pagaba ni un peso, pero ahora en Miami estamos hablando de que entre cuatro vamos a pagar un arriendo de dos millones de pesos. Es un barrio residencial que me queda cerca de la universidad, que era lo que estábamos buscando. Pero es un monto considerable.

- ¿Reparten dinero los torneos de Estados Unidos?

- Actualmente unos mil dólares, por ahí. Es plata, pero hay que considerar que todo es más caro que en comparación a Chile.

- ¿Se siente reconocido en el pádel estadounidense?

- No sé si a nivel país, pero en Miami, que es el fuerte del pádel aquí, la mayoría me conoce. La idea es que todo se siga masificando.

- ¿Cómo es el nivel en comparación con Chile?

- Acá aún es menor, pero se está desarrollando muy rápido. En Nueva York abrieron hace poco un par de clubes, en Texas hay cuatro clubes y estamos hablando de ciudades gigantes. Hay que darle dos o tres años y va a estar explotado.

- ¿Qué metas tiene para el futuro?

- Si me preguntas, creo que tengo pasta para jugar al pádel profesional, pero si me dices ‘¿quieres ir a jugar a las prequaly de España y no tener un peso o consolidarte en Estados Unidos y tener tu propio negocio y una vida tranquila?’, elijo lo segundo. Ya viví el tema competitivo en el tenis y hoy quisiera tener una vida más consolidada pero siempre de la mano del deporte. Ahora, si de aquí a seis meses juego un par de torneos pro y me va bien, capaz que me cambie la perspectiva.

Maximiliano Rozas (tercero de izquierda a derecha) en un torneo jugado en Miami.
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Maximiliano Rozas (tercero de izquierda a derecha) en un torneo jugado en Miami.

El pasado mundialista de Maximiliano Rozas

Antes del pádel, Maximiliano Rozas representó a Chile en selecciones juveniles de tenis. Jugó Sudamericanos y llegó a jugar el Mundial Sub 14 de República Checa junto a Matías Soto y Ezequiel Martínez.

“Me fui becado pero ya estaba quemado con el tenis (ríe). Quería aprender inglés, buscar oportunidades”, comenta.

- ¿Qué lo ‘quemó' del tenis?

- Es muy solitario, no mucha gente lo practicaba y ya después cuando lo comparaba con el pádel, había 100 personas viendo un partido, compartiendo una cervecita. Yo jugaba una final nacional de tenis y estaba mi papá, mi entrenador y una tía. En el tenis entrenas muchas horas, pierdes en primera ronda y mis padres no tenían muchos recursos económicos, entonces siempre me tenía que estar consiguiendo auspiciadores. Fue un desgaste con el tiempo.

- ¿Lo terminó odiando como Andre Agassi?

- No, nunca tanto. De hecho, juego con los compañeros de mi universidad y me cago de la risa, pero pensar en competir de manera profesional, ni siquiera lo pienso.

- ¿Cuándo se dio cuenta que quería jugar al pádel?

- Cuando en 2018 yo estaba seleccionado para ir al Mundial de Paraguay, pero me habían aprobado la beca para venirme a Estados Unidos. Fue una decisión dura, mis papás me dijeron que hiciera lo que yo quería hacer realmente y terminé optando por la beca pensando más que nada en el futuro y porque quería aprender inglés.